Capitulo IV

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ALAN

Me desperté pensando en ella, en que estaba durmiendo en su casa y que la primera persona que vería al despertarme seria ella. Pero lo que yo deseaba es despertarme cada mañana con ella a mi lado, en la misma cama que yo y para eso debía decirle que me gustaba, ser sincero y recibir una respuesta, aunque no fuera de mi agrado, necesitaba saber que sentía ella.

Me levante de la cama y fui a la cocina, suponía que ella estaría allí y así era. Estaba guapísima de todas las maneras, incluso recién levantada me volvía loco con el pelo alborotado y esos ojos que quería mirar a todas horas.

-          Buenos días- le dije con una sonrisa

-          Buenos días, como has dormido?- pregunto

-          Genial, muchas gracias enserio, parece que ha amanecido bien hoy- no sabía que decir, solo pensaba en cómo le iba  a decir lo que sentía

-          Si eso parece, y no me des las gracias- sonrió

Nos sentamos a desayunar, era mi oportunidad, pero empecé preguntándole por su piso para iniciar la conversación.

-          Y como es que tienes este piso?

-          Pues veras, cuando monté la revista no tenía tiempo de nada y menos de ir y volver a mi casa, ya sabes que está muy lejos, así que alquile este pisito y cuando tengo trabajo me quedo aquí

-          Y ahora hay mucho trabajo?- no estaba al corriente de eso

-          Si, pensaba informarte el miércoles junto al resto pero bueno te lo diré ahora. Dentro de un mes es la semana de la moda en Paris y tendremos que viajar algunos ahí para hacer el reportaje, como es la primera vez que la revista tratara un acontecimiento tan importante he querido dedicarle el máximo tiempo posible porque quiero que sea perfecto

-          Eres increíble- se sonrojo, era el momento- me encanta cuando te sonrojas- le dije acercándome y pude ver que se tensaba un poco- se nota que has tenido que hacer un gran trabajo para llegar donde estas, pero se nota que te gusta y lo haces genial- le dije mientras me acercaba aun mas a su oreja

-          Gra...gracias- me dijo y entonces yo le susurre en su oreja

-          Me gustas Sandra, desde el primer momento en que te vi en aquel local no he podido dejar de pensar en ti…- y la bese

No fue como el beso de aquella noche, para mí fue mucho mejor, porque ella estaba consciente, le acababa de decir que me gustaba y ella me estaba respondiendo el beso, eso solo podía significar una cosa, que yo también le gustaba, notaba sus delicados labios sobre los míos y no quería que acabara nunca ese momento, pero entonces se separó.

-          Tu también me gustas Alan, no sé que me has hecho, apenas te conozco, pero me gustas y me comporte así porque era tu jefa y no quería que las cosas pudieran salir mal, me ha costado mucho llegar hasta aquí

-          Lo sé, pero te preocupas demasiado, además yo sé que no te vas a arrepentir- sabía que no pasaría nada malo, yo no iba a dejar que ocurriera nada que pudiera estropear lo nuestro, me gustaba y  solo quería hacerla feliz

Debíamos empezar a vestirnos para ir a trabajar. Después de ducharnos y arreglarnos (por separado) cogimos su coche y fuimos a la oficina. Yo quería pasar más tiempo con ella, pero debíamos trabajar. Nos despedimos en el ascensor y cada uno se fue a su despacho.

Estaba completamente feliz, solo necesitaba a Sandra a mi lado para serlo y cada vez me daba más cuenta. Quería sorprenderla, quería prepararle una primera cita que no olvidara nunca. Sería la primera de muchas estaba seguro, porque no iba a dejar escapar a esa chica de mi lado. Entonces decidí llevarla a la sesión de fotos y allí prepararle un picnic. Ese lugar era precioso, me encantaba hacer fotos allí. Había un lago con un pequeño muelle donde habían barquitas para ir por el lago y muchos árboles, además de flores que daban el color al lugar, era maravilloso estar allí y sabia que le gustaría. Fui a buscarla y se lo pedí, menos mal que había aceptado. La lleve, estuvo viendo como hacia la sesión aproveche un momento que hablaba con Josh sobre los vestidos y lo prepare todo, porque faltaban muy pocas fotos para acabar. Cuando acabamos la sesión y nos quedamos solos le propuse comer juntos y cuando acepto le dije que tenía una sorpresa. La lleve allí y supe que había valido la pena cuando vi su cara, sus ojos estaban iluminados y tenía la sonrisa más bonita que había visto nunca. Me dijo que le encantaba y empezamos a besarnos. La tire al suelo suavemente y empezamos a rodar como niños. Tenía una sensación dentro de mí que no había sentido nunca y sobre todo estaba feliz, feliz de tener a esa chica entre mis brazos. Me parecía una locura, pero cada vez sentía más que me había enamorado a primera vista de ella, porque yo sentía mucho más que una simple atracción y lo sabía porque sentía más de lo que había sentido jamás con otra chica.

Algo inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora