Me encontraba tomando el desayuno con Bárbara, mientras ella me contaba que tal había ido su noche. Estaba muy feliz ya que lo había pasado genial con el misterioso chico, que resulto llamarse Julián, y habían quedado en volver a verse hoy. Hablaba muy emocionada y yo, a pesar de que me alegraba mucho por ella, no podía dejar de pensar en que Javi se había ido.
- ¿Y qué tal fue tu noche?- preguntó
- Fue muy bien, pero con una final inesperado
- ¿Qué pasó?
- Javi se ha ido, me dijo que no podía quedarse más días aquí, que me fuera con él y continuáramos como estos maravillosos días, y a mí no se me ocurrió nada más que decirle que aún no podía irme…
- Sandra, siento decirte esto pero creo te estás equivocando. Eres libre de hacer lo que quieras pero tienes a un chico que lo ha dado todo por ti, que siempre ha estado a tu lado, que ha venido hasta aquí para buscarte, haciéndote pasar unos días increíbles y tú le dejas irse sin más, sin irte con él? De verdad que no te entiendo.
- Yo tampoco me entiendo- le dije empezando a llorar- está mañana he sentido un vacío inmenso al saber que se iba y fui a por él, pero ya no estaba
- ¿Y cómo quieres que esté? Después de haberlo rechazado otra vez
- No lo sé, todo es culpa mía
- Pues sí, pero sabes porque?
- ¿Por qué?
- Porque tienes la oportunidad de ser feliz, de dejarte llevar por lo que sientes con una persona que no te va a hacer daño y no lo aprovechas. Y sabes una cosa más? Te vas a arrepentir toda tu vida si le dejas escapar, así que ya estás haciendo tus maletas y yendo a buscarle.
- Tienes razón, está mañana me levanté dispuesta a buscarle, porque le quiero, porque estoy enamorada de él… soy una estúpida, no sé qué hago aún aquí. Gracias Bárbara, gracias por todo- dije entre sollozos
- No me las des, vamos corre que te ayudo con las maletas.
Mientras Bárbara me ayudaba a meterlo todo en las maletas reservé un billete para el próximo vuelo a Barcelona, que era en una hora. Deseaba que me diera tiempo a llegar porque si no tendría que esperar hasta mañana.
Hicimos las maletas corriendo, pagué en recepción y tras conocer a Julián y pedirle que cuidara mucho a Bárbara, me fundí en un abrazo con ella, dándole las gracias por todo lo que había hecho y por conseguir abrirme los ojos, además quedamos que nos volveríamos a ver, que ella vendría a España.
Salí corriendo del hotel para pedir un taxi que me llevara al aeropuerto, el camino era largo y yo no dejaba de mirar el reloj, tenía que llegar a tiempo, no podía esperar más, mi corazón me pedía a gritos liberar estos sentimientos que había tenido oprimidos y que deseaban salir. Faltaban 5 minutos para que saliera el avión cuando llegué al aeropuerto, fui corriendo a facturar mis maletas, las puertas de embarque estaban cerrándose y, como si se tratara de una película, salí corriendo pidiéndole a la chica que se encontraba allí que me dejara pasar. La chica debió asustarse tanto de verme tan sofocada que decidió ayudarme, y llamo para que no despegaran y me dejaran subir al avión. Le di un abrazo enorme y fui corriendo a meterme al avión.
Me senté y solté un gran suspiro, ya estaba aquí, ahora solo me quedaba esperar las 11 horas de vuelo que había de la India a España. Calculaba que en España ahora serían las 7 y media de la mañana, ya que aquí eran las 12, así que llegaría allí sobre 6 y media o 7 de la tarde, buena hora para ir a buscar a Javi.

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Algo inesperado
RomansaSandra es una chica que ha cumplido su sueño de tener una revista, su padre le pide que contrate a un fotógrafo que es hijo de un amigo suyo, lo que ella no sabe es que el chico con el que se besa cuando sale con sus amigos una noche sera el que apa...