Algo inesperado

Capitulo VII

Cuando me desperté note que Alan tenía su brazo agarrado a mi cuerpo y me sentí feliz, había dormido tan bien a su lado que deseaba hacerlo todos los días. Quería estar con él porque cuanto  más lo conocía más me gustaba. Era el chico perfecto. Me giré lentamente para mirarle a la cara y estaba mirándome, pero en cuanto me vio se hizo el dormido.

-          Alan te he visto, se que estas despierto- le dije quitando su brazo de mi cuerpo y mirándole, pero no contesto

Le deje ahí y me iba a levantar cuando me agarro de la cintura y me tiro a la cama mientras me hacia cosquillas

-          Alan para- le dije entre risas

-          Porque debería hacerlo?- me dijo riéndose y poniéndose encima mío para que no me escapara

-          Porque me vas a matar- le dije exagerando, no podía parar de reír, entonces paro- que pasa?- le  pregunte

-          Que no soportaría que murieras, y menos por mi culpa- me lo dijo con una cara tan seria que me subió un escalofrió por el cuerpo

-          Era de la risa bobo- le dije mientras me acercaba a su cara

-          Bobo? Ahora sí que no paro- me dijo eso y acto seguido volvió a hacerme cosquillas

-          Noo, para por favor- me reía, no podía hablar- no eres bobo, lo decía en tono cariñoso- le dije haciendo un puchero

-          Me tienes cariño?- me dijo mientras se acercaba, ya había dejado de hacerme cosquillas

-          Te tengo más que eso- le dije y le bese

Me correspondió al beso haciéndolo más intenso. Echaba de menos esos labios, echaba de menos todo de él y ahora tenía claro que no permitiría que nada me volviera a alejar de su lado.

-          Esta vez no te irás?- me pregunto

-          Si por mi fuera no me iría nunca

Entonces me volvió a besar, el estaba encima mío pero le cogí y me puse yo encima. Me empezó a acariciar el cuerpo, sin pasar de las caderas. Aunque yo me moría de ganas de que siguiéramos, pero entonces él se separó.

-          Te apetece que vayamos a desayunar y luego visitemos la ciudad?

-          Claro- le dije sonriendo, aunque no entendía porque quería irse tan rápido.

Me puse unos shorts vaqueros y una camiseta amarilla con unas sandalias para poder caminar cómoda. Al salir del baño me quedé mirándole embobada, estaba tan guapo… llevaba unos piratas vaqueros y una camiseta azul de manga corta. En cuanto vio que estaba lista bajamos a desayunar. Al salir del hotel me agarró de la mano y sentí de nuevo esa sensación tan extraña y tan agradable a la vez que tenia siempre que él estaba cerca. Fuimos caminando ya que el hotel no estaba muy alejado. Visitamos un montón de monumentos y museos y por supuesto la Torre Eiffel que me pareció más bonita de lo que ya era en fotos. Estábamos agotados, así que decidimos parar, sino esta noche no podríamos estar atentos al desfile del cual casi me había olvidado durante toda la mañana que habíamos pasado. Me divertía muchísimo a su lado, tanto que me pasaban las horas como si fueran segundos. Fuimos a comer a una terracita que había en un parque.

-          Te lo estas pasando bien?- me pregunto

-          Mejor que bien- le respondí con una gran sonrisa

-          Sabes Sandra, nunca creí que me sentiría tan bien al lado de alguien como contigo

-          A mí me pasa igual, haces que se me olvide todo lo que tengo que hacer durante el rato que estoy contigo y así consigo relajarme y disfrutar de las cosas.