Cuando me sonreís

◢Capitulo 1: Más de una pregunta◣

Antes de que empecés a leer necesito aclararte una cosa.

Esta novela está ambientada en Buenos Aires, Argentina por lo cual a lo largo de la novela vas a encontrar ciertas palabras como ''queres'', ''obvio'', ''dale'', entre otras. Sin mencionar al famoso ''vos''.

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Si hay algo que odio en este mundo es caminar. Y aunque mi amiga viva a unas cuadras de mi casa solo quisiera ir en mi auto como una chica mas. Pero no, a mama se le ocurrió quitármelo justo hoy y solo por haberme quedado toda la madrugada chateando.

No tiene sentido. ¿Acaso no logra entender que su hija no es exactamente un ser social? En fin, no importa. Me muero de calor. Podría haberlo previsto. Todos me miran como si fuera un bicho raro al estar usando una campera con este clima pero ya estoy acostumbrada a esas miradas.

Solo sigo mi camino. No quiero molestar a nadie pero parecer lo hago. No entiendo por que, ¿yo que les hice? Déjenme en paz.

Si, puede ser que sea medio perseguida pero es que no puedo evitarlo. Soy así. Tan rara que ni siquiera yo logro entenderme.

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Luna iba caminando por la calle cuando de repente alguien se le atraviesa.

—Perdón, señor —exclamo— ¿Que me decías, Jesús?

—Que me alegro de que vayas al baile de esta noche.

—Lo voy a hacer solo por vos —protestó Luna— Odio esos estúpidos bailes.

—¡No me digas eso! Yo que tenia ganas de llevarte a uno.

Ella se detuvo a poner sus ojos en blanco. 

—Mi amor —susurró— Me tengo que ir por que mi hermana acaba de llegar. Te amo, chau.

—Te amo.

De repente, el sol no estaba mas. Se había nublado de manera inesperada. Una gota le cayo. Luego dos y así sucesivamente. En cuestión de minutos, la lluvia era tan fuerte que tuvo que detenerse en un árbol a esperar que pare de llover, pero como ya estaba completamente empapada prefirió seguir caminando.

Sin darse cuenta, estuvo cerca de tropezarse. Al ser tan repentino, no tuvo tiempo de evitar una caída. Ya era tarde, podría tropezarse y quedaría completamente empapada. Tuvo suerte. Un chico se detuvo a atraparla en el momento justo.

—Gracias —murmuro.

—De nada —le sonrió el. 

Sus miradas coincidieron por un momento. A el le resulto familiar su mirada, a ella le paso lo mismo.  El la ayudo a levantarse y fue cuando lograron reconocerse.

—Luna, ¿sos vos?

—No — exclamo. Ella salio corriendo, asustada.

El empezó a reírse al ver su reacción. Por poco se tropieza de nuevo.

—Sos vos, Luna — rió.

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—Zoe.

Ella no la escuchaba. Los auriculares le impedían hacerlo. Sofia lograba escucharlo también. Made in the USA de Demi Lovato.

—¡Zoe! — grito, sacándole los auriculares a su amiga para que le prestara atención.

—¿Que querés, Sofa?

—Cuantas veces te tengo que decir que no me digas "Sofa" — tomo aire — Quiero hablar, se supone que por eso viniste a mi casa.