Cuando me sonreís

◢Capitulo 2: ¿El nuevo?◣

Después de aquel día pensé que ya no tenia salida. 

Mi hermano se reía de mi como de costumbre pero empezó a respetarme un poco. Tal vez sea el hecho de que este madurando o que el también este enamorado y tenga novia. ¿Pueden creerlo? Tiago tiene novia. Yo no logro entender como fue que sucedió.

En cambio para mis papas fue difícil aceptar la noticia. Al principio tenían mucho miedo. Decían que tal vez Jesús no era la persona que decía ser. Era internet, pasaba eso todos los días. Tantas chicas engañadas por "viejos" pervertidos. Pero cuando finalmente comprobaron que Jesús era real se alegraron por mi. Aunque mi mama sigue insistiendo de que debería salir mas, conocer gente.

¿De que va a servir? Nadie se fijo en mi nunca, ahora menos. Tampoco es que me importe. Yo tengo a mi novio y no necesito nada mas. Lo amo como nunca ame a nadie.

Para mis amigas fue mas fácil. Estaban felices por mi aunque al principio parecía que el secreto podría arriesgar nuestra amistad. Habérselos ocultado fue algo que yo nunca logre a soportar, pero que tuve que hacer. 

El otro día me cruce a Ian en la plaza. Ese chico necesita madurar. Solo me molestaba pero yo hacia un buen trabajo ignorando cada una de sus palabras. El me las lanzaba como si fueran mil dardos atacándome al mismo tiempo pero yo estaba preparada para esquivarlos. Ojala se haya ido, la idea de que vivamos cerca no me esta gustando para nada.

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Todavía era temprano, cuando Luna se despertó al oír los gritos de su madre. 

—Sera mejor que te vayas a tu casa, por favor.

Mientras caminaba por el pasillo se dio cuenta que una chica estaba saliendo de su casa.

—¿Quien era, mama?

—La novia de este — exclamo, señalando a Tiago — ¿Podes creer que ni siquiera me pidió permiso para traerla? Desubicado.

—Ah, era eso — bufo — No se por que te sorprende, el es así.

Su madre la fulmino con la mirada. 

—Mejor me voy a dormir, todavía es temprano.

Luna y Tiago chocaron en medio del pasillo. A su madre le sorprendió que no empezaran a discutir pero al ver lo furioso que su hijo estaba con ella decidió guardar silencio. Pero el no podía guardarse sus palabras.

—Cuando cumpla dieciocho años me voy de esta casa para siempre, ¿me entendiste?

—Si, claro — ironizo su madre.

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—Yo te amo, Zoe. Esto no puede terminar así.

—Basta, no te humilles — dijo ella, apenada — No sos vos, soy yo.

—Hay otro, ¿verdad? — exclamo, entre sollozos — ¿Es eso?

—No es así. Es solo que... creo que sera mejor que estemos con otras personas. Juan, sos un buen chico y estoy seguro que vas a encontrar a una chica que sea mil veces mejor que yo.

El se arrodillo ante ella y le suplicaba pero era inútil. Zoe estaba decidida a dejarlo. Ella no quiso decírselo para no hacerlo sufrir pero no lo amaba mas. Ese sentimiento que la invadió una vez se apago para siempre. Ahora esos sentimientos eran para alguien mas. Y por mas que intento evitarlo, nadie elige de quien enamorarse. Por mas que intentaba, no lograba apartarla ni un segundo de su mente.

"Apartarla".

A Zoe le gustaba una chica. Aunque nadie lo sabia.

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