Décima parte.

7.9K 909 129
                                    

Las vacaciones habían terminado más rápido de lo pensado, la casa de los Evans le había abierto las puertas con mucho entusiasmo. Harry casi lloró al poder conocer a los primeros abuelos que tuvo, Tom sólo pudo sonreír con lastima al conocer a una de las familias que había separado en una de sus vidas.

Lo más emocionante fue el regreso a clases, Peeves se había encargado de jugarle bromas a la mayoría del alumnado, los únicos que parecían salvarse de las vagancias del poltergeist eran los herederos Mort y Holmes, quienes conocían cada movimiento del individuo después de haber pasado muchos años conviviendo con él en muchas de sus otras vidas, sin mencionar que a Peeves no le agradaba la idea de terminar nuevamente atrapado en algún esfera mágica sólo porque una de sus bromas realmente lastimó al niño Mort y eso enojó a Holmes. Peeves realmente respetaba a esos dos, aunque el aburrimiento le ganaba muchas veces.

—No quiero —declaró el menor de los Black una vez que estuvo frente al enorme tren escarlata.

—Vamos, pequeño Rey, no pasará nada —animó Harry detrás de él.

—¿No? ¿Y si quedo en Hufflepuff? —siseó con desprecio el menor tan solo pensar en la idea— A parte, no quiero estar lejos de ti, pero tampoco quiero quedar en Gryffindor...

—Eso no importa, estaré a tu lado. Yo y Eliot... ¿Verdad, Tom? —el nombrado simplemente asintió mirando a su alrededor— Sin contar que Narcissa y Sirius también están...

—Narcissa se la pasará con su querido novio Malfoy y Sirius... Sirius es Sirius —explicó mostrando la indiferencia que no sentía. Harry sonrió ante eso.

—¿Y Andrómeda?

—No me hables de esa traidora —siseó molesto el pelinegro.

Leander suspiró ante eso y negó con la cabeza, volteando a su primo adoptado y sobrino lejano, haciendo que le mirara a los ojos con seriedad. Regulus se desconcertó ante ese hecho y frunció el ceño mirando las esmeraldas que tanto quería.

—¿Leo...?

—Son familia, Regulus —interrumpió—. Si yo me caso con algún hijo de muggles, ¿me dejarías de querer?

—Claro que no, pero...

—Si yo decidiera casarme con la persona que amo, ¿me rechazarías por eso?

—Pero... Leo...

—Reg, haz lo que tú pienses que esté bien, no lo que tu familia te dicte. Aunque eso te cueste la vida —susurró Harry acariciando el cabello del menor—. Ahora, vamos a subirnos a esta gran máquina antes de que nos dejen —comentó sonriendo con cariño.

Regulus sonrió de igual manera y empezó a caminar hacia uno de los compartimentos, viendo por la ventilla si estaban ocupado o no. Tom bufó molesto, ese niño le estaba quitando la atención de su azabache, suficiente tuvo con sus tres fastidiosas hermanas y con la familia de Lily encima de ellos preguntándoles si el mundo mágico esto o el mundo mágico aquello.

Harry rió al imaginarse los pensamientos de su compañero y le agarró la mano entrelazando sus dedos. El castaño miró al ojiverde y sonrió correspondiendo el apretón de manos.

—Sabes que tú eres mi persona favorita —susurró como si dijera un secreto.

Justo cuando Tom planeaba contestarle, Leander miró a un lado para ver el compartimento que acababan de pasar y frenó rápidamente, chocando con el pecho del ojiazul y agarrando con su otra mano el hombro del menor.

—Aquí están unos amigos, vamos —dijo Harry abriendo la puerta y entrando primero—... ¡Chicos! ¡Hace mucho tiempo que no los veo!

—Nos vimos ayer, Mort.

Vida renovada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora