Décima cuarta parte.

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Harry rió tontamente ante eso mientras caminaba con prisa hacia los brazos de su hija y, una vez comprobó que podía sentirla, la jaló hacia él, llorando en su hombro como niño chiquito mientras su hija lo consolaba con un fuerte abrazo, evitando que su papá se derrumbara en medio de la acción.

Tom sonrió ante el acto y se acercó a ellos con paso tranquilo, empezando a acariciar la espalda de Harry para que se tranquilizara, no era buena idea que la oportunidad de hablar con su hija se desperdiciara por estar llorando en su hombro toda la noche.

—Papá, tranquilo —susurró la chica con cariño—. Estoy aquí...

—Pero no por mucho tiempo —comentó Harry separándose mientras se sorbía lo mocos y secaba sus lágrimas—... Joder, eres más hermosa de lo que recuerdo.

El mayor rió y acarició el cabello de su chico antes de acercarse a Adara y abrazarla, quien le contestó alegre.

—Un gusto verte, cariño.

—Padre...

—¡Reunión familiar! —gritó Harry abriendo sus brazos motivado, pero, a segundos de unirse al abrazo, se detuvo— Falta Gred...

Adara sonrió y miró a su papá sacar un pequeño silbato, el sonido no tardó en llegar a sus oídos como un ligero pitido. Tom miró a Harry con incredulidad.

—¿En serio? —cuestionó. Harry se encogió de hombros— Tu hija está frente tuyo, ¿y prefieres llamar a Gred?

—¡Es parte de la familia! —replicó el menor haciendo un puchero—, el mejor regalo que me han dado después de que mi padre me permitiera llevarte conmigo a otras vidas.

—Gred es como mi hermano mayor —interrumpió la menor al ver que su padre se preparaba para volver a hablar—, papá tiene razón, es parte de la familia.

—¡Ésa es mi chica! —gritó Harry levantando sus brazos al aire— Siempre apoyando a papá... Ven, dame otro abrazo.

Adara rió y se coló hasta el lugar que, en algunas vidas pasadas, eran su refugio favorito, suspirando al notar que Harry seguía usando la misma loción que antes.

Un pequeño chillido se oyó a lo lejos y, antes de poder ver de qué se trataba, Gred que se encontraba arrojándose hacia la menor de aquella disfuncional familia.

Tom simplemente puso los ojos en blanco para luego unirse al abrazo con alegría.

♣ ♣ ♣ ♣

Harry miró con una sonrisa como Tom se acurrucaba a su lado completamente ido en el mundo de los sueños, ¿cuánto tiempo había pasado desde que eso pasó? Unos tres días. Tres días desde que habían visto a su pequeña.

El mayor se volvió a mover, esta vez para abrazarlo por la cintura y acercarlo hacia sí. El pelimorado rió por lo bajo ante eso y se acurrucó en el pecho de Tom, quien no parecía consciente de lo que hacía en esos momento, no que Harry le diera importancia, para él estaba bien si Tom podía dormir cómodamente una vez por todas, aunque, bueno, el único problema era la hora.

—Tom, despierta, ya son las seis —susurró acariciando el cabello negro.

—No quiero —balbuceó aferrándose a él—, ¿y si no vamos a clases este día? —cuestionó abriendo sus ojos y mirando al contrario esperanzado.

Harry lo miró unos momentos mientras inclinaba su cabeza hacia uno de sus costados.

—Nos regañarán —comentó antes de sonreír y asentir—, pero está bien. Hace mucho que no duermes así, te mereces un descanso. —Tom sonrió ante eso y volvió a cerrar los ojos— Tom... Antes de que duermas... —el mayor volvió a abrir los ojos con cansancio— supongo que ya no estás teniendo pesadillas, pero... ¿por qué?

Vida renovada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora