La tortura de amarte

Capitulo 6: Mi delirio, tu deseo... Lo evidente es nuestro desenfreno

Capitulo 6: Mi delirio, tu deseo… Lo evidente es nuestro desenfreno

Ángel se coloco una bata color negro, y se aproximo a Alexandra para colocarla de pie, sintió que algo se le oprimía en el pecho, no era lastima era algo más.

-No te enamores de ella, sabes bien que eso estropearía todo lo planeado para cumplir la profecía.

Se dijo para sí, mientras la observaba con detención. Ante sus ojos era realmente bella, la deseaba como nunca creo llegar a desear a alguien. Comenzó a olerla, quería impregnarse de toda ella, no quería perderse ningún  instante de su desnudes, de su respiración agitada.

Tomo su rostro en sus manos y comenzó a hablarle

-Cálmate querida, no te hare daño solo quiero sentirte, te deseo y lo sabes

Alexandra lo miro solo para decirle

-Ahora soy tu esclava, no me debes explicación alguna, toma de mi lo que desees, pero no esperes de mi alguna muestra de regreso, porque podrás obtener de mi cuerpo todo lo que desees, nada más.

Ángel se molesto por aquella palabras y la tomo con rabia y comenzó a besarla de una manera desenfrenada, pero no sentía ese mismos deseo que había sentido de ella como en el comedor.

Le soltó las amarras que aprisionaban sus muñecas, la tomo entre sus brazos cargándola, hacia la habitación de ella. La recostó y la cubrió con las mantas.

-Sera mejor que descanses para que tu cabeza se enfrié un poco, buenas noches querida.

Ángel salió de la habitación, dando un portazo, se encontraba molesto. Se dirigió hacia el bar de la mansión y se sirvió un licor, el cual bebió para servirse todo de un sorbo, uno tras otro.

-Ella cederá, tiene que hacerlo ninguna mujer se a resistido jamás, ella no será la excepción…

Alexandra durmió por algunas horas, aunque cuando despertó aun continuaba siendo de noche, se levanto, se quito sus prendas y se dirigió a la ducha. Necesitaba relajarse.

Se ducho por largo rato, salió del baño tapándose la boca por el susto que recibió. Ángel se encontraba acostado en su cama aparentemente dormido. A pesar de que se encontraba molesta con el no pudo evitar mirarlo con detenimiento, era realmente bello, a ella le gustaba lo que generaba en ella ese deseo casi infrenable, pero no permitiría que  se diera dé cuenta de lo que generaba en ella

-Me haría parecer débil ante el, eso no lo puedo permitir

Se acerco poco a poco para no despertarlo, se sentó a su lado de espaldas para secar su cabello. Ángel la tomo de sorpresa la voltio y se subió encima de ella, quedando frente a ella.

-Luces realmente guapa con el cabello mojado, debiste haberme llamado para hacerte compañía

Alexandra lo miro fijamente a los ojos, estaba nerviosa y no quería que él se percatara

-Estuviste bebiendo, será mejor que vayas a dormir a tu habitación, no es bueno que estés aquí en estas condiciones, te ruego me dejes descansar aunque sea por esta noche, ambos ya tuvimos suficiente ¿no crees?

-No querida, no lo creo, yo quiero más, pero más de ti, deseo demostrarte que por más que te hagas la fuerte me deseas y te daré una pequeña lección ahora.

Ángel comenzó a besarla lentamente, eso era nuevo para ella, de lo besos anteriores que le había dado el nunca se había dado el tiempo de besarla detenidamente, es por eso que ella le correspondió ese beso, introduciendo su lengua en la boca de Ángel.

La miro de una manera diferente, eso era más que deseo, había algo más en sus ojos esa noche. Ella curvo sus caderas para sentirse más cerca de él, lo cual esto lo acepto como una invitación quitándole la toalla que cubría el cuerpo de Alexandra.

El beso cada centímetro de su cuerpo, acariciando delicadamente sus senos, mientras el succionaba uno de sus pezones. Ella gimió de placer, enredando sus dedos entre los cabellos de el.

Ángel subió para mirarla fijamente

-Si continuamos así, no me podre detener

Ella poso su mano en el miembro erecto de Ángel y empezó a acariciarlo de arriba abajo, aumentando poco a poco la velocidad mientras lo besaba con descontrol

-No sé lo que provocas en mí, pero me tienes delirando

Ángel no quería que solo ella le produjera placer, así que bajo sus manos introduciendo sus dedos en el húmedo interior de ella. Ambos se encontraban al límite, pero fue Ángel, para el asombro de ella quien se detuvo

-Querida debo detenerme, de lo contrario no podre detenerme y te hare el amor toda la noche

Ángel se puso de pie la beso en la frente y se fue de la habitación a toda prisa dejándola completamente sola.

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Aquí esta el capitulo 6, comenzare la maqueta del 7 para no dejarlos en ascuas, espero sus votitos y también sugerencias de lo que deseen que ocurra, un gran abrazo