HASTA QUE TE CONOCÍ (Parte 2)

Mi ex

Ha pasado una semana de no saber nada de León. No lo he visto por la universidad y eso me preocupa, que haya dejado sus estudios por culpa de sus vicios, que le haya pasado algo por mi culpa, no sabía qué hacer.

Esteban se ha vuelto muy cercano a mí. Cada vez lo conozco más, me he dado cuenta de que es un chico muy lindo y tierno. Le pregunté por qué no tenía novia y con su respuesta me quedé en shock.

—Tuve una relación, poco antes de conocerte, me cambié de universidad por ella de hecho, porque no quería verla con el tipo que me la robó.

—¿Tu novia te dejó por otro?

—Sí, ella se hizo amiga de un chico que conoció en la calle. Quiso ayudarlo y con el paso del tiempo ella se enamoró de él y me dejó.

—¿Cómo se llama tu ex?

—Se llama Mía, es hermosa, tiene cabello rubio ondulado y ojos claros, casi grises.

"¿Es ella? ¿La novia de Damían es la ex novia de Esteban?"

—Yo. Yo también dejé a mi ex por otro —confesé agachando la cabeza por la vergüenza, Esteban sabía lo que sintió Damían cuando lo dejé.

—¿Por qué lo hiciste?

—Me enamoré de León, y aún lo amo, pero tal vez él tenga la razón. Tal vez estoy mejor sin él.

—¿Crees que puedas enamorarte de mí algún día Mariana?

—No lo creo, mi corazón ya tiene dueño y perdón por arruinar tu vida.

—¿Arruinar mi vida? —me preguntó  Esteban confundido, no lograba comprenderme, tenía que ser más clara.

—Tu ex novia es la nueva novia de mi ex novio, tal vez si yo no hubiera dejado a Damían por León, aún seguirías con Mía.

—¿De qué hablas Mariana? ¿Estás segura de que es Mía?

—Si, por la descripción física que me diste, estoy segura de que es ella, de verdad lo siento.

—No me pidas perdón, porque si no hubiera pasado todo esto. Jamás te habría conocido, tal vez estaba en el destino que nos encontráramos.

—No lo había visto de esa manera.

—Siempre tienes que buscar el lado positivo Mariana, yo te puedo ayudar a ver las cosas de otra manera —habló Esteban acercándose más a mí.

Sus labios comenzaron a rozar los míos, su aliento olía y sabía a menta fresca, su lengua tenía una perforación con una pieza en forma circular que jugaba con mi lengua de una manera deliciosa, besaba muy bien. Tanto que no me di cuenta cuando envolví mis brazos en su cuello y una de mis manos se había apoderado de su cabello, Esteban me abrazó de la cintura y me apretó muy fuerte contra él. Lamí con cuidado las piezas que tenía en su labio inferior. Mientras él me succionaba el labio superior mordiéndome delicadamente. Todos mis sentimientos malos desaparecieron por unos instantes, el beso de Esteban me confundió demasiado.

Después de que Esteban y yo nos besáramos, me pidió una oportunidad de conquistarme, no pude decirle que no. Solo le pude decir que no esperara nada de mí, que aún sentía cosas por León y que quería ayudarlo, que no lo iba a dejar solo.

Esteban solo asintió con la cabeza y me dijo que haría lo posible por hacerme feliz.
Yo solo pude esbozar una pequeña sonrisa.

***

Después de unos días decidí llamar a León, pero no contestaba, me mandaba a buzón directamente, así que decidí ir a buscarlo a su departamento pero nadie me abría la puerta, estuve media hora golpeando y tocando el timbre pero nadie salió. Hasta que uno de los vecinos me dijo que lo habían visto irse hace unas semanas con una maleta en la mano.

Sentí que lo había perdido, que se había ido por mi culpa y que jamás iba a volver. Que jamás volvería a verlo, ¿Por qué no se despidió de mí? ¿Por qué se fue?, no sabía qué hacer, no quería perderlo, no lo soportaría.
Salí a la calle y caminé sin rumbo, hasta que me encontré con alguien.

Era Damían.