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Johanna revisaba muy concentrada que todo en su fiesta estuviese perfecto; los invitados, la comida, sus hijas perfectamente vestidas, al igual que su marido, solo faltaba que llegase "el desastre" de su hijo, como ella solía calificarlo.

Entonces, el timbre de la puerta sonó y una de las muchachas de servicio fue a abrir, encontrándose a Louis y Harry, los cuales entraron muy sonrientes a la gran velada, llena de lujos y con todos amigos de los Tomlinson.

En ese instante, el ojiazul cayó en la cuenta de que cualquiera de aquellos tipos ricachones podía reconocer a Harry y descubrirlos, por lo que se estremeció.

...-Mierda, ¿cómo no lo he pensado antes?- susurró.

La verdad ya era demasiado tarde y no podía escaparse, así que tendría que arriesgarse finalmente.

-Louis, querido hijo... bienvenido a casa- escuchó entonces a su madre acercándose a besarlo, no sin antes echarle un rápido vistazo para revisar su apariencia.

-Mamá e-este es Harry Styles, m-mi novio- balbuceó señalando a su acompañante con su temblorosa mano.

-Muy buenas noches sra. Tomlinson... permítame decirle que es usted más joven de lo que pensaba y mucho más bella... Ahora entiendo de donde ha sacado la belleza mi hermoso Louis—habló gentil el ojiverde y besando la mano de esta, la cual gratamente impresionada por el novio de su hijo, sonrió e incluso se ruborizó levemente.

-Oh muchas gracias, Harry...por favor, ven conmigo-dijo la mujer cogiéndolo del brazo y dejando solo y plantado a su hijo en la entrada-...te presentaré al resto de mi maravillosa familia.

Louis resignado, negó con la cabeza pues sabía que su madre no cambiaría nunca, aunque esta vez no le hubiese dicho nada con palabras, ella siempre trataba de hacerlo quedar mal.

Lo cierto, era que el ojiverde resultó moverse como pez en el agua pues parecía que hubiese estado entre esas personas toda su vida y a pesar del temor del informático, por suerte pareció que nadie lo iba a reconocer.

A pesar de estar bordando su actuación, hubo algunos escépticos en la familia que no se podían creer, cómo un chico como el acompañante, tan educado y refinado, podía haberse fijado en lo que ellos definían, como «un caos de persona», el cual era Louis.

Entre tanto, el ojiazul sostuvo su copa de vino desde la soledad de una esquina del gran salón durante prácticamente toda la noche, mientras que miraba el coro de mujeres que el ojiverde tenía a su alrededor.

El informático estaba encantado pues sin duda Harry era el centro de atención en la fiesta y estaba increíblemente desenvuelto, por lo que él había pasado a segundo plano y lo habían dejado tranquilo.

Eso realmente le dio para pensar en cómo habría sido la vida del rizado  y cómo había llegado a dedicarse a eso y en todo lo que tendría que estudiar para saberse los distintos papeles, según le exigían sus clientes y en toda la educación y cultura general que tendría que haber adquirido.

De vez en cuando, el ojiverde se percataba de la mirada de Louis y le hacía un ademán con la mano para que se acercase pero este se negaba con la cabeza y sonría levantando su copa en señal de aprobación.

...-Dios, ¿Cómo es posible que exista un hombre así y se dedique a ese oficio?-pensó Louis para sus adentros-...Es malditamente atractivo...no te enamores.... no te enamores... No seas tonto...Él está trabajando—se repitió—...Los hombres así no se fijan en chicos como tú.

De repente, una voz de sobra conocida por él, lo sacó de sus pensamientos.

-Aún no me creo cómo es que pudieses cazar un tipo así, hermanito- habló arrogante su hermana Lottie.

-Si emm si... pues créetelo- hermanita... Yo y sólo yo, soy el amor de su vida- dijo este marchándose molesto de allí hacia donde se encontraba Harry.

A veces era un poco bocazas pero es que su familia le crispaba mucho la paciencia, con todas sus críticas e impertinencias.

El ojiverde lo vio acercarse con cara de disgusto y como buen novio (de mentira), quiso animarlo, entonces hizo sitio entre todas las señoras y extendió sus manos hacia este.

-Ven, mi amor, vamos a bailar- dijo agarrándole fuertemente y llevándolo al centro de la sala.

-S-si, va-vamos- balbuceó el ojiazul yendo detrás de este, mientras sentía las furiosas miradas de las presentes, quiénes lo fulminaban con evidente envidia—…va-vayamos a bailar.

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3. Placer en las venas~Larry Stylinson💋 (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora