Louis Tomlinson, es un chico independiente, el cual dejó los lujos de su hogar y que trabaja humildemente de informático. Debido a que ha estado mintiendo a su adinerada y excéntrica familia, este necesitará una pareja urgentemente para acudir a una...
Al llegar a la pista de baile, Louis se soltó del agarre y miró molesto al ojiverde.
...—¿Se puede saber que demonios te ocurre?- preguntó frotando su muñeca, la cual le dolía.
-Perdona, es que estaba deseando deshacerme de las amigas de tu madre...joder, me estaban atosigando con preguntas sobre ti y no paraban de tirarme los trastos.
La canción que sonaba acabó y entonces comenzó una suave balada que animó a las parejas de la fiesta a bailar pegados, entonces el acompañante cogió al ojiazul de la cintura y lo atrajo hacia, provocando que este chocase con su firme y trabajado pecho.
Los presentes no paraban de mirarlos, haciendo sentir muy incómodo al informático pues él no quería llamar tanto la atención.
-Bésame, Louis—le susurró el rizado luego de un rato bailando.
-¿Qué?, ¿por qué?- susurró este atónito.
-Vamos a ver...¿será por que se supone que somos novios y a todos estos les cuesta centrarse en sus vidas?—preguntó sarcástico Harry.
El informático negó dudoso pues había besado a algún chico en el Instituto pero no tenía mucha experiencia.
—No...no creo que sea necesar....
Este pudo terminar su excusa pues el gigoló inclinó su cara, humedeciendo sus labios algo resecos, entonces apretó más el agarre de la cintura de su clente, elevándolo un poco más y continuación pegó sus labios.
El beso empezó siendo tímido pero Harry cambió el ritmo, saboreando al ojiazul, el cual sin darse cuenta, no cesó de gemir entrecortadamente.
Después de unos minutos, finalizó el sorprendente beso que dejó a Louis desorientado y sin fuerzas pues sentía sus piernas fallarme y su corazón agitaba fuertemente su pequeño pecho, provocado así que se agarrase más al ojiverde.
—Oh Di-Dios mío.
Ese beso para el ojiazul había sido el mejor de toda su vida, jamás pensó que se pudiese sentir tanto en ese solo acto y estaba seguro que si hubiese durado unos minutos más, seguramente hubiese tenido un orgasmo allí mismo.
En ese preciso instante, no le quedó ninguna duda de que sin el menor reproche, el acompañante ojiverde valía todo lo que cobraba.
Tras esa evidente muestra de unión, las demás personas dejaron de mirarlos y se centraron en otras cosas, mientras que el gigoló observó extrañado a su cliente, al mismo tiempo que se preguntaba cómo ese precioso, pequeño y débil chico, con un simple beso le había conseguido remover todo en su interior.
El resto de la velada, transcurrió sin sobresaltos, ni malas caras, ya que pareció que la familia Tomlinson y demás invitados, finalmente hubieron aceptado al "novio" del informático sin problema, aunque los nervios hicieron que Louis bebiese más de la cuenta.
…-Precioso, deberíamos irnos ya, estás algo mareado por el alcohol y tampoco quiero que te gastes tu sueldo en mí...recuerda que cobro cien dólares por hora—dijo el acompañante luego de varias horas allí.
-Si Ha-Harry lo sé, hip... cien por ho-hora y doscientos más si hay sexo, lo re-recuerdo perfectamente hip- dijo el ojiazul clavando sus hermosos ojos azules en este, mientras lo sujetaba—…mi-miralos hip... los has de-dejado sin habla, te adoran hip...
El ojiverde lo miraba atónito, realmente este era un caramelo de chico y se lamentaba que tan solo lo hubiese contratado como acompañante.
—Anda vamos, Louis, ya es suficiente.
Tras agarrarlo bien, ambos se despidieron finalmente de la familia Tomlinson y de los invitados que aún quedaban en la fiesta y a continuación lo llevó al coche casi a rastras.
El ojiazul sin darse cuenta se quedó dormido en el asiento del copiloto, mientras que Harry a su lado, luchó consigo mismo para no girarse, mirarlo embobado y estrellarse.
...—¿Qué demonios te pasa?, Es solo un cliente más— se regañó molesto—...te pagará el servicio y a otra cosa....seguro que ya nunca lo volverás a ver.
Cuando llegaron al edificio de Louis, varios minutos después, el ojiazul se despertó al escuchar la puerta cerrarse, entonces miró a su alrededor y vio que el acompañante ya no estaba a su lado, ya que se había bajado del coche y estaba unos metros más adelante, moviéndose de un lado hacia el otro, mientras hablaba cosas que no alcanzaba a escuchar.
-¿Harry?, ¿estás bien?—Preguntó el informático bajándose
-S-siii...emm... ahora voy....espera ahí un momento- le respondió algo alterado.
-O-Oye, su-subiré a casa y te traeré el dinero, hip, ¿de acuerdo?.
Este echó a andar tambaleante hacía el portal pero de repente escuchó pasos tras él y unas fuertes manos que lo sujetaban, entonces se giró y vio que era el ojiverde.
-Tra-Tranquilo, te voy a pagar hip... Po-Podrías haberme e-esperado en el coche hip... Me da ver-vergüenza, hip...mi jodida casa es un desastre, hip.
El rizado suspiró con resignación.
-No es eso... No quiero que te pase nada y hasta que me pagues y me vaya, tú estás bajo mi protección, recuerda que sigo siendo tu novio.
Louis sonrió ante esa respuesta pues Harry era tan jodidamente viril y atractivo, que cualquiera podía correrse con solo con mirarlo y escucharlo.
Juntos, entraron en el ascensor y entonces el ojiazul notó que el acompañante estaba bastante raro pues aunque estaba ebrio, detectaba que algo había cambiado.
Finalmente, llegaron ante su puerta y tras sacar su llave del bolsillo, el gigoló se la sacó de la mano y abrió, quedándose asombrado pues realmente el apartamento de este era una pocilga, a comparación del suyo.
Estaba confuso pues cada vez entendía menos, cómo el informático podía vivir allí, en un piso viejo, con grietas, humedades, los muebles destrozados y tan poca luz.
—Joder, realmente si eres un chico muy extraño—exclamó sin poder evitarlo.
Louis sonrió mientras caminaba hacia la nevera, entonces cogió dos refrescos, luego le dio uno y se giró hacia su habitación, mientras que el ojiverde se sentó en el roído sofá a la espera de su paga, aunque sabía que tenía que irse de allí cuanto antes.
Varios minutos después, el informático al fin regresó.
-Si-Siento la ta-tardanza hip...emm, se me ha ca-caído todo el re-refresco por encima hip— balbuceó este tendiendo el dinero de su mano —... to-toma lo tuyo, muchas gracias, Ha-Harry
El ojiverde estaba paralizado pues lo miraba embobado, ya que no estaba en sus planes que Louis trajese el dinero, sin camiseta y con el pantalón desabrochado.
-Oh joder, pequeño...maldita sea.
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