Louis Tomlinson, es un chico independiente, el cual dejó los lujos de su hogar y que trabaja humildemente de informático. Debido a que ha estado mintiendo a su adinerada y excéntrica familia, este necesitará una pareja urgentemente para acudir a una...
Tras terminar la incómoda cena y la despedida, Harry y Louis se fueron a la casa del ojiverde pues había insistido hasta el cansancio, ya que deseaba enseñarle una cosa al ojiazul.
El informático se quedó boquiabierto con el hogar de este pues era muy amplia, elegante y muy luminosa, entonces pensó que a su madre le encantaría, ya que era todo lo contrario a la pocilga en la que él vivía, aunque para el ojiazul era su encantadora pocilga.
...-¿Qué era lo que querías mostrarme, Harry?- preguntó mirándolo, mientras servía dos copas de licor.
-¿Qué te pasa?, ¿estás incómodo?.... no lo estés pequeño, no voy a comerte si no quieres.
-Ja... ja... ja.... muy gracioso.
-Anda ven, acercarte amor— lo cierto era que ese cariñoso apelativo le salió al ojiverde sin pensar.
Louis se acercó algo confuso, entonces este le mostró unos dibujos, los cuales estaban hechos a carboncillo y eran realmente increíbles.
-Wow...Harry, son geniales, ¿Los has hecho tú?.
-Sip...siempre me ha gustado dibujar pero no creo ser bueno.
-¿Estás de broma? pero si son fantásticos—añadió el informático incrédulo.
Este fue pasándolos uno a uno; había paisajes, retratos y otros con cosas sueltas... seguro hechas sin sentido para los demás pero si en la cabeza de Harry.
Entonces, ya casi llegando a los últimos, Louis se quedó boquiabierto al encontrarse un retrato suyo, el cual este había hecho de memoria.
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-Es para ti, quiero regalártelo... Es por ayudarme y ser tan bueno conmigo—dijo el rizado acercándose más.
-No tienes porqué darme nada pero gracias, es increíble me encanta-dijo el ojiazul sonriendo-...¿Sabes?, mi madre te adoptaría definitivamente, si supiera que haces esto, ella adora a los artistas.
Harry sonrió ampliamente, ya que a pesar de sus cosas, la familia de Louis era genial y se querían, él añoraba no haber tenido una así.
-Bueno y... ¿qué quieres hacer?, A mi se me ocurren un par de cosas y aún es temprano- dijo el ojiverde besándolo el cuello.
-Lo siento pero tengo que irme, Harry, mañana trabajo.
El rizado hizo un puchero y luego besó sus labios.
-Quédate a pasar la noche conmigo, te prometo que mañana te llevaré temprano a tu casa y podrás ir a trabajar sin problema.... por favor Louis...por favor, ¿Si?..¿Si?....
El informático rodó los ojos.
-Pero temprano eh...no puedo permitirme perder este trabajo—dijo este en un intento de verse serio, aunque muy sonrojado pues tener al ojiverde besándolo, no ayudaba mucho.
El rizado asintió triunfante mientras le quitaba la chaqueta y la corbata, entonces Louis entendió el mensaje y se desabrochó rápidamente la camisa, que enseguida fue arrancada para continuar besándose con hambre.
Fue caminando de espaldas hacia el sofá con el informático agarrado, luego lo tumbó en él y acto seguido se quitó la ropa, dejándose sólo su boxer, el cual advertía su gran bulto.
Con un rápido movimiento el ex acompañante le arrancó los pantalones y se tumbó encima suyo, a la vez que el ojiazul se abría de piernas rozando sus bultos entre beso y beso.
Harry empezó a simular embestidas encima de este, las cuales los hacían estremecerse, sus agitadas y entrecortadas respiraciones dejaban escapar algún que otro jadeo o gemidos de placer.
Louis le acarició entonces la espalda, llegando a sus boxer, rápidamente metió su mano dentro de él y agarró una nalga de Harry, lo cual le hizo soltar un fuerte suspiro y sentir un calambre en sus pollas.
El ojiverde le quitó entonces el boxer y luego se quitó el suyo pues ya no aguantaba más y tenía que hacerlo, por lo que tras coger un condón, y ponérselo, colocarse entre las piernas del ojiazul, introdujo su ansiosa polla en él.
—Oh joder, se siente tan bien, eres tan estrecho siempre, me aprietas tanto, que nada es comparado a esta increíble sensación.
El informático soltó unos cuantos quejidos por el dolor pero no le importó, porque enseguida el rizado comenzó el vaivén de embestidas que llegando a su próstata, le hicieron llegar a las estrellas.
Follar con el rizado era lo más jodidamente placentero que había experimentado y el sentirlo en su interior llenándolo completamente, era como estar en el cielo.
Harry siempre era increíble follando, sabía exactamente dónde tocarle y que hacerle, era una auténtica locura tener sexo juntos.
Tras varias fuertes estocadas más, este se corrió en su vientre y poco después lo hizo Harry dentro del profilactico, mientras soltaba sonoros jadeos de placer.
-Oh Dios, joder, pequeño, eres increíble...me encanta follar contigo. Me pones a mil- dijo eufórico, saliendo del informático.
Poco después, estos fueron a la cama y se durmieron muy abrazado pues estaban felices y agotados.
-Buenas noches, pequeño.
-Buenas noches Harry...te quiero.
Al escuchar eso, el ojiverde abrió los ojos rápidamente y se giró para mirarlo pero resultó que el informático ya se había dormido, luego pensó que seguro había entendido mal...le era impensable que un chico como ese pudiese enamorarse de un chico como él.
Resignado suspiró con tristeza, ya que pensó que simplemente no podía ser pues él hasta hacia poco tiempo había sido un prostituto y no tenía más que problemas, a pesar de que amaba a Louis, tener una relación con él, le era impensable.
Después de eso, ya no pudo dormirse, este se pasó el tiempo observando como el ojiazul dormía, mientras sonría embobado y soñaba despierto, cómo sería una vida juntos pues en definitiva por soñar no perdía nada.
-Eres tan bonito, pequeño... Ojalá fuese verdad que me quieres, yo sería el hombre más feliz de la tierra- susurró tristemente.
Ya en la madrugada, finalmente también se quedó dormido y soñó con una hermosa vida con Louis, lejos de la prostitución, de Liam, de sus hermanos y demás problemas.
