3. Placer en las venas~Larry Stylinson💋 (Terminada).

9.

Para celebrar el cumpleaños de su esposo, Jay Tomlinson reservó en un restaurante y cuando llegaron, uno a uno se fueron sentaron en la mesa.

La noche transcurría tranquila, a pesar de que Louis tuvo que responder algunas incómodas preguntas sobre su guapo y supuesto novio ojiverde, el cual este había inventado que se encontraba de viaje por trabajo.

El informático observó que todas las mesas del local estaban llenas y que al fondo de este se veía un reservado tras unas cortinas, del cual salía un poco de ruido de voces y risas.

"Esos si que saben divertirse", pensó el informático resoplando melancólico.

Una vez terminado el segundo plato, le entraron ganas de ir al lavabo, así que pidió permiso a sus padres y se levantó de la silla caminando hacia los aseos

Cuando pasó justo por el lado del reservado, una de las camareras salió del interior y entonces una de las cortinas se quedó algo doblada, lo que permitió a Louis ver un poco.

Se quedó de piedra, prefiriendo no haber visto nada, cuando allí dentro distinguió a Harry semidesnudo, siendo besado y manoseado por un viejo ricachón, pasado en copas.

Además de ellos dos, había otros ancianos y más acompañantes, por lo que el ojiazul sintió náuseas y echó a correr, no sin antes de que el ojiverde que se estaba riendo feliz por el alcohol, lo viese.

-Oh jo-joder...no, mierda, ¿Lou-Louis?- balbuceó.

Entre lágrimas, el informático llegó al baño y rápidamente se encerró en uno de los cubículos, no sabía por qué le afectaba tanto haber visto eso pues sabía a lo que se dedicaba el ojiverde, aunque había estado preocupado por si le había pasado algo malo, al no haberle cogido el teléfono.

Se sentía un tonto por ello pues bien se veía que el ojiverde estaba bien y trabajando, entonces entendió que tan solo se había hecho el loco y no había querido atender a sus llamadas.

...-¿Por qué?-Se preguntó-... no tiene sentido, él trabajaba por dinero, ¿por qué no me contestó?, ¿Acaso mi dinero no es tan bueno cómo el de esos asquerosos ricachones?.

Finalmente, este se secó las lágrimas, salió de su encierro y se lavó la cara pero cuando se disponía a salir hacia la mesa de nuevo, la puerta se abrió con un fuerte portazo.

-¡Lo-Louis!...¡Louis!- llamó Harry tras verlo correr hacia uno de los cubículos.

-¡Vete!, ¡déjame!

El gigoló estaba ebrio pero aún distinguía lo que hacía y donde estaba pero tambaleante llegó a la puerta del cubículo y entonces la aporreó.

-Lou-Louis sé que e-estás ahí.... Abre la pu-puerta para que po-podemos ha-hablar.

-¿De qué quieres hablar?-preguntó el ojiazul molesto-... todas las veces que yo te llamé no quisiste hacerlo.

El acompañante resopló con frustración.

-Abreme por favor, deja que te explique.

-Vete Harry, tus clientes te estarán esperando y yo ya no necesito de ti.

-¡Mi-Mierda Louis!, ¡A-Abreme joder!.-Gritó el ojiverde ya furioso-...¿No ves que estoy mal?.

De repente, el chasquido del pestillo se oyó y poco a poco la puerta se abrió, dejando ver al informático sentado en la taza del váter como si fuese un indio y su cara llena de lágrimas.

-Oh Dios pe-pequeño, lo si-siento-dijo el ojiverde al verlo así-... e-esto no está bien, no podemos ha-hacernos esto, yo no soy bu-bueno para ti.