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Indian District es un restaurante ubicado en el centro de la ciudad, aproximadamente a 15 minutos de la preparatoria.
Abrió hace poco más de 3 años. Daniel y sus amigos estuvieron ahí desde el día de la inauguración y se hicieron buenos amigos de Hank, cocinero y dueño del lugar. Desde entonces van a comer ahí al menos dos veces al mes.
Gracias al buen sazón de Hank y su esposa Amy, Indian siempre tiene clientela a cualquier hora; desde los desayunos hasta la cena.
Y ese día no es la excepción, 17 de las 30 mesas distribuidas en todo el lugar se encuentran ocupadas por una variedad de gente. Desde algunos ejecutivos que trabajan cerca del lugar, parejas que festejan algo entre ellos y simples curiosos de deciden pasar a comer cualquier cosa que se les antoje del menú.
La ambientación de Indie es bastante agradable. Hank y su esposa vivieron en la época de conciertos increíbles como Woodstock, y mucha de la decoración hace alusión a esas épocas dónde lo que todo se quería transmitir era paz y amor.
El rock clásico y los ritmos suaves siempre están presentes en Indie District a cualquier hora del día, y eso ayuda mucho a poder pasar una comida amena con cualquier persona con la que se vaya a comer ahí. Inclusive si vas solo.
La mesa central -- La cuál es la favorita de Janneth. -- se encuentra vacía por suerte.
Justo cuando Daniel y sus amigos están por tomar asiento, Hank sale de la cocina con su delantal blanco, el cual siempre trata de mantener lo más limpio posible.
- ¡Mis chicos! ¿Cómo han estado?
- Hank, qué bueno es verte nuevamente. -- Le digo mientras me abraza fuertemente.
A pesar de tener sus años, Hank conserva muy buena apariencia física y se debe gracias a Amy, quien siempre está al pendiente de su salud. Y viceversa.
- Mitchell, ¿qué cuenta mi muchacho?
- Ya lo sabes Hank, uno que otro contratiempo pero ahí vamos.
Algo curioso en los saludos, es a la hora de saludar a Kyllian, pues siempre que se saludan juegan a la vencidas encima de la mesa.
Y hoy, como en las demás ocasiones, es así.
Hank se arremanga la camiseta dejando ver sus viejos pero aún fuertes brazos, mientas forcejea con los jóvenes y recién formados brazos de Kyllian.
Daniel jamás ha comprendido si Kyllian se deja vencer por Hank, o si éste en realidad es más fuerte o hábil que él. Pero como en las demás ocasiones anteriores, Hank lo ha vencido.
- ¡Demonios Hank! Tienes que decirme cuál es el secreto de mantener esa fuerza con tu edad.
- Verás Kyllian, todo está en las verduras y en hacer ejercicios diarios.
Finalmente, toca el turno de saludar a Janneth.
Hank y ella tienen un vínculo muy especial, a tal punto de que Janneth lo llama "tío."
- Tío Hank. -- Le dice mientras lo abraza.
- Mi niña lista.
Hank siempre le ha tenido un aprecio muy especial a Janneth, posiblemente por el hecho de que él y Amy nunca pudieron tener hijos. Y el sueño de Hank siempre fue tener una hija.
Después de un afectivo abrazo, Daniel y sus amigos toman asiento.
- Muy bien muchachos, ¿qué será esta vez? -- Pregunta mientras saca su libreta y lápiz.
- Plato de espaguetis con verduras al vapor para mí. -- Pide Janneth.
Hank murmura la orden mientras la anota en el papel.
- Que sean dos por favor Hank.
- El tuyo llevará ración extra de verduras Kyllian.
- Perfecto.
- ¿Dan?
- Eh, dame lo mismo que pida Mitchel.
- En ese caso, una hamburguesa especial con papas para cada uno.
Era de esperarse. Es el platillo favorito de Mitchel, y Daniel no se queja ya que la hamburguesa especial de Hank es realmente buena.
- Ah, y para beber una jarra de jugo de limón para todos. -- Pide Janneth para finalizar.
- Limonada. -- Murmura mientras termina de anotar en su libreta. -- Muy bien muchachos, en unos momentos regresamos Amy y yo con su pedido.
- Gracias Hank. -- Le dice Daniel antes de que él regrese a la cocina.
Algunos otros meseros pasean entre las mesas atendiendo a los demás comensales. Varios más han llegado después que nosotros y esperan ansiosos sus órdenes.
Daniel no lo había notado hasta ese momento, pero Hank siempre los ha atendido a ellos por encima que a las demás personas. Siempre se ha tomado su tiempo para tomar su orden personalmente.
Todos colocan sus mochilas debajo de la mesa en la que se encuentran.
- Joder, les juro que muero de hambre.
- Mayers, no comprendo cómo es que a pesar de que comes cual cerdo, no engordas tanto. -- Le comenta Kyllian.
- Verás, mi fortachón amigo francés, -- Se acomoda en la silla, mientras se acaricia el estómago. -- el truco no es ejercitarse, sino la digestión.
- Mayers, con un carajo.
- Es verdad, Doyle. ¿Qué haces tú para mantener esta forma?
- Patino, ya sabes. Cuando tengo tiempo.
- Es verdad, lo he visto hacerlo. -- Confirma Janneth.
- Bueno, eso explica los raspones y cortadas que tienes aveces en los codos.
Daniel acomoda su brazo derecho para inspeccionar su codo, y en efecto aún tiene una pequeña cicatriz de la última vez que patinó hace poco más de un mes.
Aprendió a patinar gracias a Kyllian, quien le enseñó trucos básicos en un solo día.
- Vamos Mitchel, te juro que si vas conmigo al gimnasio un tiempo vas a poder conquistar a
Natasha.
Entonces el peligro y malicia se reflejan en la mirada de Mitchel.
- ¡Kyllian! Qué bueno que tocas el tema de las mujeres. -- Sonríe, mientras voltea a ver a Janneth. Daniel sabe que algo anda mal. -- Jenkins, ¿supiste del incidente de Dani en el pasillo esta mañana?
Daniel patea a Mitchel por debajo de la mesa en la espinilla.
- Mayers... -- Comenta en tono amenazante.
- No estaba enterada. -- La curiosidad se asoma por los planetas de Janneth. -- ¿Qué incidente?
Mitchel lucha para no mostrar el dolor que la patada le ocasionó, y trata de contar la historia como si nada.
- Nuestro amigo Doyle, se topó frente a frente con Devendra Nolan. -- Al escuchar el nombre, Janneth gira la cabeza tan rápido a donde está sentado Daniel que casi parece que se rompiera el cuello. -- Chocaron en el pasillo y pasaron unos segundos muy incómodos uno frente al otro.
¿Segundos? Daniel juraría que fueron horas.
Janneth mira fijamente a Daniel sin apartarle los planteas de encima.
- ¿En serio?
Te voy a matar Mitchel Mayers. Piensa Daniel mientras le dedica una mirada rápida de esas que matan.
- Ahb... estem... -- Las palabras no salen de la boca de Daniel. -- Pueees, si. Tuve un rápido encuentro con Davendra.
- ¿Y cómo fue?
La mirada de Janneth intenta sacarle toda la verdad a Daniel, quien en ese momento desearía estar enterrado 10 metros debajo de la tierra.
- Incómodo, y rápido. Sólo le ayude a recoger unos papeles que se le cayeron y fue todo. Nunca me dirigió la palabra en ningún momento.
- Pero no paso de ahí. ¿Verdad? -- Pregunta impasible.
Me retracto, mejor matenme a mi.
- ¡Muchachos!
HANK. Gracias a los dioses.
Hank y Amy se apresuran a servir los platos de comida a cada uno del grupo de Daniel, pero Janneth aún no le aparta la mirada a Daniel.
Después de servir todos los platos y la jarra, regresan nuevamente a la cocina y a seguir atendiendo a los comensales.
- ¿Daniel? -- Aún quiere una explicación.
- No. -- Suelta por fin. -- No paso de eso.
- Oh, bien. -- Finalmente desvía la mirada a su plato  y empieza a comer.
Janneth cambia de humor tan rápidamente que en ese momento lo único que le importa es comer.
Mientras tanto, Daniel mira a Mayers directamente, quien siente su mirada y lo voltea a ver con la hamburguesa aún en su boca.
Totalmente ajeno a lo sucedido.

Enamorado de Janneth Jenkins.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora