A la mañana siguiente, traté de seguir los consejos de Natalie. Me vestí con ropa más “alegre”, me peiné el cabello y me maquillé levemente. Según ella, eso ayudaría a mi papel de novia en apuro, y de paso, agradaría a los demás. Para mi era peor que eso: me sentía como un payaso de feria a punto de dar un show en vivo y en directo. Realmente perturbador.
Cuando bajé por la escalera, tratando de no toparme con mamá y su interrogario, ella apareció en su típica bata rosa, mientras una taza de café humeante le reposaba en las manos.
—¿Qué estás haciendo?
Últimamente para mi madre preguntar lo obvio se ha convertido en deporte olímpico.
—Voy a la escuela.
—Te ves bien, Robin. ¿Ves lo linda qué estás? Peinarse no es un delito, ahora lo notas.— Dijo soltando una risotada.
Nuevamente, traté de zafarme de ella. Pero como siempre, sus incómodos planes eran distintos.
—Alto ahí señorita.— Ordenó como si fuera un policía federal—. Te quiero a ti y a Louis hoy aquí para cenar.
—¿Qué Louis?— Pregunté, para luego recordar toda la noche anterior. Realmente era mala fingiendo, claramente, si estudiara actuación, mi carrera si iría al caño—. ¡Ah, si! Él..., claro le diré, pero no te prometo nada.
Ella asintió no muy convencida, deseándome un buen día y dejándome ir sin más contratiempo.
En la entrada de la escuela, busqué con la mirada a Natalie, la cual estaba recostada contra el enrejado con su hermano mayor. Era castaño, alto y delgado. No lo suficiente agraciado para ser guapo, pero podría servirme como novio falso por el día de hoy. Si no lo usaba a él, me quedaría como la solterona mentirosa ante los ojos minuciosos de Mike, cosa que prefería evitar.
Me acerqué a ambos pasando por el lado de Bradley. Me sorprendió sobre manera que al hacerlo no soltará ningún comentario como usualmente solía hacerlo, por lo cual me alegré levemente.
—¡Casi que no apareces!— Se quejó Natalie, dándome una sonrisa—. Te presento a tu nuevo novio, mi odioso hermano Ryan.
Él me inspeccionó, soltando una risita—. ¿Me pagarán, verdad?
Dándole una mirada de reproche, Natalie le asintió—. Te pagaremos cuando hagas el trabajo sucio. Ahora, hagámoslo.
Él asintió, fue entonces cuando entramos al plantel. Los tres pasábamos entre la gente, sin captar la ociosa mirada de los demás. ¿Qué pasaba el día de hoy? ¿De repente ya no era su atracción de feria? Era extraño.
Al estar frente a mi casillero, me recosté en éste, suspirando con levedad. Natalie empezó a talonear con su tacón, mientras Ryan estaba con los brazos cruzados e impaciente por ver a Mike tanto como yo.
De la nada, se oyeron murmullos más altos de lo normal. Allí, frente a todo el mundo, apareció Mike Robinson. Pero no era el mismo patético y poco atractivo Mike Robinson que había conocido en la noche anterior, estaba distinto.
Sus jeans rasgados pedían a gritos una lavada, mientras su camisa blanca con chaqueta de cuero decían al mundo '¡Bam! Llegó su chico malo cliché'.
Su mota de cabello estaba desordenada sexymente, mientras sus orbes estaban tapados por unas gafas de aviador.Mientras avanzaba por el pasillo, se robaba la atención de toda la prole femenina que allí habitaba, ganándose suspiros y guiñadas de ojo, muy típico de las tipas de mi escuela. Para ellas, un chico nuevo es como carne nueva lista para devorar.
Me miró de pies a cabeza cuando estuvo frente a nosotros, y una sonrisa pícara le colgó de los labios.
Justo en aquel momento quisé que un terremoto sacudiera la ciudad, que los extraterrestres decidieran secuestrarme y disecarme o que simplemente mi madre se partiera una uña para terminar en el hospital con ella.
Cualquier cosa, lo que fuera, seria mejor que estar mintiéndole a Mike en la cara.—¿Louis?— Dijo, señalando a Ryan con el dedo índice.
—¿Me hablas a mí?— Preguntó éste con despiste absoluto.
¡Santo Jesucristo sacramentado, sácame de aquí!»—Me llamo Ryan.— ¡Agregó el idiota! ¿Quién te preguntó, maldición?
—¡Ryan! Louis es su segundo nombre, ya sabes, Ryan Louis.— Me rescató Natalie con sorna fingida y nerviosa—. Disculpa a mi hermano, anda muy distraído últimamente con su novia. ¿Acaso no son tiernos?
Natalie le dio un no tan disimulado codazo a Ryan en la costilla, haciendo que éste pusiera su brazo con pereza sobre mis hombros. Muy típico de las parejas ¿no es así?
Mike se quitó las gafas, mientras nos miraba alternativamente—. Oye Louis, chico One Direction o como sea que te llames, ¿podrías dejarme a solas con Robin y llevarte a tu hermana la carabina contigo?
Los tres quedamos atónitos.
Vaya, si que era un hijo de puta sin remedio.Natalie le mostró su dedo medio, mientras se iba con Ryan detrás.
Mike se recostó sobre un casillero, mientras cruzaba los brazos y me miraba.
—Tú si que resultaste más diferente de lo que creí.
—Lo mismo digo. Ayer parecías un chico con autismo babeando en aquel asqueroso suéter verde. ¿Y hoy vienes vestido cómo si trabajarás vendiendo droga con el Chapo Guzmán? Realmente increíble.
Él soltó una carcajada cargada de humor, mientras le brillaban los ojos—. ¿Cuánto te pidió aquel chico para fingir qué era tu novio? ¿20 dólares? Porque hizo un papel fatal.
Bueno, en aquello no discutiré. Recuerdenme jamás volver a seguir los consejos de mi mejor amiga.
—¿Alguna vez te han dicho qué eres un entrometido?
Antes de que su boca soltara alguna otra palabra, el timbre resonó en el pasillo.
—Salvada por la campana.— Dijo con una risa.
Fruncí el ceño, mientras él seguía con su torpe sonrisa.
—Ya después hablaremos, ésta noche, para ser exactos. Tu madre creyó buena idea que el chico Jonas Brothers, tú y yo cenáramos ésta noche. Préparate, amiga fenómeno.
—¡Qué mamá hizo qué!— Grité sorprendida y ofuscada.
—Nos vemos en la noche, tigre.
Luego de despeinar mi cabello, se largó caminando, con su porte irritantemente seguro.
Juro que desde hoy hubiese querido ser huérfana.
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Fattie ©
Teen Fiction❝Sentada al borde de mi propio abismo, me prometo no dejarme caer. ❞ Cuando Robin Smith decide dejar los estereotipos de lado y empezar a vivir su vida conforme con su físico, varias cosas pueden pasar. La vida mejorará, o empeorará. Una sola cosa e...