Capítulo 14.

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Y es el momento en el que la realidad se vuelve alterna. En donde todo acaba en un punto en el que no sabes si es de verdad lo que estás viviendo o si tan sólo lo estás soñando.

Después del incidente en McDonald's, la cita de mi amiga se hizo un espectáculo. Junto con Caramelo y los demás pasamos un resto de día excelente. Decir que habíamos hecho pocas cosas sería mentir, ya que estuvimos comprando, comiendo e incluso revolcándonos en el suelo de la risa producida por nosotros mismos. En mis años de adolescencia jamás había imaginado que una salida de amigos podía ser tan genial. Mis salidas anteriormente se resumían en ir a la casa de Natalie, ver una película y dormir. Sí, realmente aburrido, pero se podía decir que ahora la estábamos pasando realmente bien.

Todo tomaba otro matiz. Debía admitir que tanto Bradley como Caramelo me habían impresionado. El chico se veía muy empeñado en sorprendernos a mi amiga y a mí, a la vez que Caramelo se redimía con ambas por sus burlas durante años. Me sentía a gusto, dejando de lado mi modo de alerta.

Y ahora, allí estábamos.
A unos cuantos kilómetros de un abandonado centro comercial yacía una laguna cristalina, la cual empezaba a ser iluminada por la luz de precaria del atardecer. La noche caería pronto, pero a ninguno de los cuatro nos inquietó.

Caramelo y yo nos encontrábamos sentadas a unos metros del agua, mientras que mi amiga y Bradley jugueteaban en ésta. A pesar de la vestimenta de Natalie y el precario ambiente romántico que poseía el lugar, ambos se veían bastante a gusto, lo cual hacía que en mis labios se reflejara una sonrisa. Me complacía sobre manera ver a mi única amiga feliz. Era fantástico.

—Hacen bonita pareja, ¿no crees?— Cuestionó Caramelo a mi lado, abrazando sus piernas para refugiarse del incipiente frío—. Verlos así me hace desear tener un poco de romance en mi vida.

Solté una risita—. ¿Hablas enserio? No puedo creer eso de que no tengas romance, o lo que sea. Muchos mueren solo porque les tires aunque sea una mirada, es ridículo.— Repliqué.

Su pequeña sonrisa desapareció lentamente, a la vez que sus ojos no se despegaban de Natalie y Bradley—. Soy una mujer promedio, Robin. Es claro que tendré muchos pretendientes— Explicó en voz baja, más para ella misma que para mí —. Los hombres temen buscar a las mejores mujeres por miedo al rechazo.

Suspiré con los ojos bien abiertos. Realmente tenía un punto—. Pero aún así, debe haber alguien...

—No.— Soltó —. Los hombres suelen dejarse llevar por las mujeres con belleza prominente. Unas buenas piernas, un buen pecho y una cara bonita llaman la atención, pero, nadie ve más allá de eso.

Seguí su mirada y miré a la pareja jovial que seguía chapoteando agua, mientras la noche caía.

»—Es entonces cuando notas que hay dos tipos de mujeres: las que merecen un amor y las que simplemente no podemos tenerlo — Explicó, para después señalar a Natalie fugazmente—, Natalie es una de la primera clase. Ella es tierna, comprensiva y hermosa, ¿lo comprendes? Ella merece un amor, y lo ha encontrado. Puede que rompan hoy, o tal vez mañana, o nunca, pero aún así tiene la certeza de que tuvo un amor y tendrá otro después.

La luna empezó a iluminar el agua, haciéndola aún más cristalina.

»—Después, estamos nosotras —Soltó con una risita—, en primer lugar estoy yo, la chica con belleza que tiene a todos a sus pies. A diferencia de otras, la belleza no me ha servido de una mierda. Me ha hecho una mala persona, he dañado a gente que no lo merecía e incluso me he dañado a mi misma. Aunque todos piensen que estoy feliz, simplemente no lo soy.

Fattie © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora