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Un joven caminaba por la acera, acercándose sin preocupaciones hasta la tienda cerca de su escuela, saluda a la encargada con una sonrisa luego de haber pasado una quincena desde que entró en esa tienda, tomá una canasta para seguidamente buscar las compras que le habian pedido sus tíos; los ojos oscuros sin vida de un señor observaban al joven castaño al otro lado del vidrio de la tienda, lo habia atrapado.

La lista de compras era sencilla, solo eran las compras del cumpleaño de sus tíos quienes cumplian cincuenta y nueve años, casí sesenta, los ancianos estaban felices ya que sabian que su sobrino se esmeraría en su regalo como cada año, solo esperaban que fuera una de sus galletas, aunque no podian soñar mucho. El joven de quince años se acerca a la encargada de operar la registradora con la intención de pagar todo e irse rapido de ahí con tal de terminar los regalos para la fiesta de sus tíos, estaba tan emocionado que ni siquiera se daba cuenta del peligro inminente. La encargada empacó todo en la bolsa de papel y se lo entregó al joven quien le agradeció con una sonrisa mientras saliá de la tienda y divisaba un camión de helados aparcandose al lado de la acera en el estacionamiento, Dipper reconocia bien ese camión, era el mismo que desde hace seis meses le daba helados gratis con tal de verlo feliz en esos días en los cuales estaba deprimido, algo por lo cual le agradecía.

Estas entrando en la boca del lobo querido.

El joven se acercó al señor de los helados muy contento de verlo nuevamente, esta vez pensaba pagar por lo helados ya que le daria a sus tíos también.

-Buenos días Mason – Dijo sonriente el joven hombre.

-Buenos días señor, ¿Cómo estuvo su día?

-Estuvo bien, no me quejo para nada.

Así inició una conversación trivial entre ambos individuos quienes se hablaban como si se conocieran de toda la vida, algo extraño para cualquiera pero no para Dipper, para él hablar con un hombre mayor no era extraño, vivió con sus tíos desde los nueve años, practicamente para él era normal.

En algún momento de la conversación el heladero se habia adentrado a su camión alegando que debia verificar si la maquina de helados estaba llena, ya que debia estar en el parque para su jornada en unos cuarenta minutos, el castaño no lo tomó mal y solo siguió hablando de su día como si nada; el tranquilizante fluia por el jarabe de chocolate que se deslizaba sobre el cremoso helado de vainilla que preparaba el hombre a espaldas del chico que hablaba ciego ante la amenaza que estaba de espaldas ante él.

El hombre giró sobre sus talones mostrandole el helado resien preparado al chico quien dejó de hablar por lo que sus ojos veían.

-Lo siento, pero yo pensaba en comprar tres helados, esta vez no puedo aceptar su amabilidad señor.

-Tranquilo, noto que estas muy cargado con esas bolsas asique pensé en darte tu helado ahora y puedes pagar por los otros dos despues ¿Qué dices?

El castaño no se lo pensó mucho para contestar una negativa ante la propuesta, el heladero tuvo que cambiar su táctica.

-¿Y si te llevo a tu casa en mi camión? – Propuso con una sonrisa ladina – Está cerca del parque asi que no me es molestia alguna.

Un suspiro salió de los labios del joven – No te rendiras hasta que acepte ¿Verdad?

-Correcto.

-¡Bien! Iré contigo. – Finalizó tomando el helado y subiendose con la bolsa de las compras en el camión heladero junto al hombre que habia sido tan amable con él esos meses.

Tarde se dio cuenta el oji-avellana que esa amabilidad ocultaba un sin fin de malas intenciones.

Caíste en la trampa cariño.

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Esta canción es de mis favoritas bASTAH ♥u♥

A diferencia del anterior, este es mucho más extenso por una diferencia de cuarenta palabras :v quien lo diria ._.

Cry Baby. [BillDip]Where stories live. Discover now