Milk and Cookies

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¿Cuánto tiempo a pasado? Dos meses y contando. El castaño miraba la puerta de la habitación a oscuras mientras su cuerpo se encontraba en posición fetal en el suelo, su piel mostraba heridas incontables y rastros de lagrimas surcaban sus debiles ojos que luchaban por permanecer abiertos ante la sombra que se asomaba en la puerta indicandole que el show se reanudaria nuevamente.

El es el lobo, tu eres la víctima. Así de simple.

Lo sucedido en ese camión es un relato sencillo de explicar, el helado tenia una droga que lo habia hecho dormir, y mientras dormitaba por culpa de la droga, el lobo feróz se lo habia llevado a su casa sin ser visto por nadie.

O eso piensa.

Los gritos de dolor del castaño se oian en toda la habitación, piden piedad; clemencia; que detenga su sufrimiento y lo asesine para no vivir con el recuerdo. Las plegarias no son escuchadas.

La leche se derrama en las sabanas junto con las agrias fresas que tiñen las sabanas con descaro, la satisfacción en la cara del lobo repugna de sobre manera al joven bajo sus garras quien, en su mente, desea con todo el corazón que algo malo le pase al hombre que lo daña, que lo atropellen seria un buen ejemplo. El lobo deja al joven sobre la cama. Herido, humillado, destrozado. Ni siquiera le importa su estado emocional. Sale del cuarto en busca de algunas vendas y desinfectantes para curarle las heridas recientes, el joven desolado se queda inmovil mirando al vacio sin importarle lo anterior, parece estar acostumbrado, aunque eso no quita el dolor que siente en su cuerpo. El deseo homicida sigue ahí.

Los recuerdos de esos dos meses llenos de dolor se reproducen en su mente golpeandolo con la realidad de las cosas. No puede pedir ayuda, ya lo ha intentado, el teléfono está conectado a una alarma que el lobo habia instalado con tal de mantener controlado al joven secuestrado en su casa. Las puertas y ventanas estaban selladas para no ser abiertas con facilidad. Era un plan muy bien elaborado, sin errores, el chico estaria ahí hasta que el lobo se aburra de jugar con su cena. Triste de cierta forma.

El chirrido de la puerta se oye en la silenciosa habitación, el lobo entra con las vendas y desinfectantes para seguidamente curar al joven, no tiene delicadesa en sus acciones por lo que el joven se queja del trato sin ser escuchado nuevamente, no es novedad.

¿Hubo maltrato psicológico? Pues sí, los gritos y golpes se volvieron una rutina en la estadia del joven en ese infierno. El lobo habia decidido que el joven debia cocinarle y limpiar la casa porque, según él, la estadia en su casa no era grátis. El joven cocinaba de todo, y si algo no sabia bien o si no estaba bien colocado el lobo golpeaba sin piedad al joven gritandole lo malagradecido y bueno para nada que era, eso obvio afectaba la joven mente del castaño cautivo. Al limpiar era lo mismo, si algo no estaba bien acomodado o si algo aun tenia algo de polvo el lobo feróz se volvia a enojar y tomaba en brazos al joven golpeandolo contra los muebles sin detenerse hasta ver sangre fluir de las heridas, luego de curarlas limpiaba todo y era como si nada hubiera pasado.

¿Los vecinos sabian de ello? Claramente no, en ese barrio no muchos se quedaban en sus casas, ese vecindario era para los trabajadores que se la mantenian fuera de sus hogares a tiempo completo, algo que era beneficioso para los sadicos deseos del depredador que maltrataba al pobre joven de apagados ojos.

Si eso es amor, entonces no lo necesitas.

Los huesos rotos sanan a regañadientes por miedo a romperse más de la cuenta, los ojos inhumanos de la bestia miran al joven sin una pisca de amor, se levanta ordenándole que lo siga, el de piel pálida, con todo el dolor del mundo, lo sigue sin quejas.

-No te preocupes, muy pronto te podrás ir.

Es lo que siempre dice, pero no veo a nadie que le crea, digo, no es como si los cadaveres hablaran.

Deja al joven en la cocina indicandole que le prepare algo en lo que va a la sala, esta misma conecta con la cocina por un umbral en la pared, seria imposible que Mason escapara estando a la vista del lobo, y más con dichas cerraduras en las entradas y salidas. Resignado toma los ingredientes y se pone a trabajar, pero nota algo inusual, la bolsa de las compras que él habia hecho hace dos meses estaba en la alacena, no habian lacteos o liquídos en esa bolsa asique no se preocupa de la descomposición, voltea notando que el lobo sigue ahí, suspira rendido y saca las compras para seguidamente preparar lo primero que se le ocurre: Unas galletas.

En la bolsa habia harina, masa pastelera, vainilla, mantequilla y leche, usó todo lo de la bolsa para las galletas sin importarle mucho, no pensaba con claridad al mezclar los ingredientes, ya no le importaba, de todas maneras terminaria golpeado como siempre.

Suena el teléfono captando la atención del lobo, quien se levanta de su comodo sillón y se retira al otro lado de la sala lejos de la vista del joven, esto lo nota claramente, pero no lo toma en cuenta, no es como si sirviera para escapar, como dije, todo está sellado, necesitaria más tiempo para escapar sin ser notado por la fiera que estaba al teléfono sin prestarle atención; los ingredientes se mezclan entre sí formando una espesa masa con olor extragante, la masa es aplanada en el molde mientras las figuras adornan la mezcla de las galletas, los colores las decoran dandoles un toque mágico, seguidamente son llevadas al horno para su preparación, esta vez no hay errores, solo perfección. Demasiada diria yo.

La leche es previamente revisada junto con los ingredientes, hubo un error. Pero no hay de que preocuparse, no es algo que no se pueda solucionar.

El horno es previamente abierto dando paso a las galletas ya listas, se sirven de manera delicada en un plato limpio y la leche es servida de inmediato al mismo tiempo que el lobo termina su llamada, el joven le pide a la feróz bestia invitandola a comer, el antes mencionado camina de manera entre tranquila e impaciente hacia la cocina donde se sienta en la mesa observando detenidamente lo antes preparado, todo parece marchar bien, no hay errores, no hay trucos.

-Lo has hecho bien esta vez, te felicito. – Alaga el hombre antes de tomar una de las galletas y morderla.

El Pines no responde, solo observa callado, tal como el lobo le habia indicado semanas atrás.

Todo marcha bien.

Tus galletas son las mejores, eso me han dicho.

El lobo se levanta en pánico, empieza a vomitar mientras de manera desesperada toma el vaso con leche y la traga escupiendola segundos déspues; la vainilla era veneno; la leche estaba cortada.

Se oye un golpe seco, el debíl lobo a colapsado mientras tose y vomita sin parar, solo hay un espectante, quien planeó todo desde un inicio, sabia de la bolsa, sabia de las fechas de caducidad de los alimentos, él siempre las revisaba, aunque tardó más de lo esperado valió la pena con tal de verlo sufrir lo mismo que él sufrio esos dos últimos meses, con una ligera sonrisa toma el cartón de leche y vierte lo que quedó de dicho líquido encima del sucio animal que está muriendo lentamente, retorciendose como el repugnante gusano que es.

Ya sin espera va hacia la puerta a paso calmado y la abre quitando cada una de las cerraduras sintiendo la libertad que tanto anelaba.

Una pareja trabajadora que pasaba por la casa vió al joven lastimado que cojeaba saliendo de manera lastimera de la dicha vivienda, su rostro demacrado como si no tuviera vida, caminos de lagrimas recorrian sus mejillas, sus ropas tan viejas, sucias y malgastadas, sus pies descalsos y lastimados, solo llevaba un camisón grande y un abrigo de tela viejo que ni siquiera lo protegia del frio en las noches, la pareja preocupada se acercó a auxiliar al joven, quien en brazos de la mujer se desmayó a causa de todas las heridas producidas ese día.

La oscuridad fue su única amiga hasta que despertó en un hospital, el olor a medicina y detergente era inconfundible.

Sus tíos lloraban a su lado agradeciendo a una deidad en el cielo el hecho de que el joven habia abierto los ojos, lo habian extrañado y él los habia extrañado a ellos, ya estaba devuelta en casa despues de dos meses de sufrimiento.

En la casa del lobo los detectives encontraron en las paredes del humilde hogar esqueletos y cadaveres en descomposición de víctimas pasadas, Dipper hubiese sido uno más de la lista si no lo hubiese asesinado primero.

¿Cómo se siente tu primer asesinato cariño?

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No se ustedes pero me dieron ganas comer galletas :v

Cry Baby. [BillDip]Where stories live. Discover now