30 Minutes [Epilogo]

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Solo fueron treinta minutos en los que pude escuchar tu voz.

En un cuarto pequeño, con las paredes forradas de miles de cubículos llenos de cadáveres bien guardados bajo altas temperaturas, se encontraban cuatro camillas de acero con un cuerpo en cada una. Dos hombres y dos mujeres.

Los cuatro muertos; los cuatro inmóviles.

El cuerpo de una de las jóvenes, de piel tatuada de golpes con hermosos cabellos teñidos en azules con negros, se levanta de su "cómoda" cama de metal aun cubriéndose con esa sábana blanca que impedía dar vista libre a lo que, obviamente, ocultaba. Esta joven sin vida ve a su alrededor confundida, supone que está en el cielo por unos pocos segundos, pero luego se hace una pregunta "¿Desde cuándo el cielo es frio?", ella sigue observando hasta encontrarse con la azulada mirada de su otra compañera femenina en ese cuarto, ambas curiosas se miran por unos instantes hasta que una de ella decide tomar la iniciativa.

-Hola, me llamo Michael. – Dice con tranquilidad la joven de cabellos teñidos, a la que ahora conocemos como Michael.

-Yo soy Catrina, un gusto en conocerte. – Responde de vuelta la otra de joven de castaños cabellos cortos con marcas de pircings en las orejas. Una adolescente en su años de rebeldía seguramente.

-¿Conoces este lugar? – Pregunta la peli azul.

-No estoy segura, pero puedo asegurar que no es el infierno. – Comenta graciosa logrando animar no solo a la teñida, sino también a los jóvenes señores a su lado.

Un rubio de largos cabellos que llegan a cubrir su ojo izquierdo junto a un castaño de cara aniñada se levantan de sus lugares con unas ligeras sonrisas por el intento de chiste de la adolescente.

-Dios, si se supone este es el infierno pues sugeriría que aumentaran la calefacción. – Comentó el rubio riendo junto a su compañero.

Las féminas estaban estupefactas a la vez que intrigadas, se creían las únicas ahí por un segundo.

-Hola, ¿Quiénes son? – Pregunta una de las mujeres en el cuarto.

-Oh, mis disculpas, mi nombre es Mason, – Dice señalándose a sí mismo – y este de aquí es Bill, mi novio. – Aclara señalando al rubio que saluda a las señoritas con un simple ademán.

-Un gusto – Responde la más madura de las jóvenes. – Sé que sonara idiota, pero ¿Tienen idea de que es este lugar? Es que nosotras no estamos muy seguras de lo que es este sitio. – Pregunta dudosa del posible conocimiento que tengan los chicos del sitio en donde están.

-Oh, bueno... – El castaño hace una leve pausa mirando alrededor antes de contestar. – Presiento que es la morgue.

-Oh. – Exclama impresionada la adolescente antes de preguntar. – ¿Es decir que estamos muertos?

-Eso parece. – Responde neutral el rubio ante lo obvio.

Por supuesto que los dos están muertos, ¿Cómo no lo van a estar luego de cometer homicidio/suicidio?

Dios con este par de homicidas.

¿Puedes volar...? ¿Sin perder?

Los dos iban de la mano, con los dedos entrelazados, sin mirar a nadie. Excepto a la cámara.

-¡Hola a todos! – Saludó el castaño haciendo un gesto mientras leves risitas se escapaban de entre sus labios.

Ambos homicidas estaban en un parque, grabando lo que parecía ser un video casero.

Cry Baby. [BillDip]Where stories live. Discover now