Capítulo 18: Y yo no.

10.3K 752 112
                                        

―No, no puedes. ―Sollocé―. Tu mismo acabas de decir que no serias tan cruel. ―Landon me observó en completo silencio.

―No, la verdad es que yo no podría ser tan mala persona como tú. ―Dijo mirándome fijamente, había mucho rencor en su mirada. ―Sabes que me ha dolido esto que me has hecho, ¿No? ―Yo asentí. ―Bien, no quiero saber de ti, no por el momento, estoy dolido ¿Vale? Y no me siento bien estando cerca de ti.

››Pero no dejaré a Luc, no me siento listo ahora mismo como para decirle que soy su... padre, pero en algún momento se lo diré.

―Está bien, yo lo entiendo. Podrás seguir viendo a Luc, cuando quieras verlo solo tienes que ir a mi casa y tranquilo si no me quieres ver, solo avísame antes de aparecerte por allá. ―Le digo, por alguna razón el saber que Landon no me quiere ver, me duele.

―Y hazme un favor... no me mientas más. ―Dice y de una vez llega a mi mente que debo decirle que sabía lo de Alice y su novio, Killian.

―Hay... hay una cosa más que debes saber. ―Murmuré, Landon me miró de una forma que si las miradas mataran, ya yo no estaría en este mundo.

― ¿Qué más me has estado ocultando? ―Preguntó con voz ronca.

―Yo... yo, bueno. Es que... ―No me salían las palabras―. Yo sabía que Alice tenía otro novio. ―Solté todo de golpe.

― ¿Cómo?―Preguntó. ― ¡¿Sabias eso y no me lo dijiste?! ¡Por Dios!, me has mentido con todo, eres una mentirosa de primera. ―Me miró con desprecio.

―No, Landon, escucha. Cuando lo descubrí te lo iba a contar, pero Alice me amenazó con correrme del restaurante si yo te lo decía. No podía perder el trabajo. ―Dije.

― ¿No podías perder el trabajo? Hablas como si no tuvieras a personas que te podrían ayudar, tus padres tienen una empresa, está bien no son multimillonarios, pero viven bien y tú estás viviendo con ellos o me hubieras dicho que Luc era mi hijo y yo con gusto los hubiese mantenido. ―Dijo acercándose a mí.

― ¡No! Yo no tengo que estar viviendo mantenida por los demás, puedo hacerlo sola. ―Grité.

―Eres una maldita orgullosa, no quieres aceptar la ayuda de nadie cuando es obvio que la necesitas, estoy seguro de que tus padres te han dicho que podías trabajar con ellos, que te podían dar dinero y tú te has negado.

―No soy orgullosa, es solo que no me gusta sentirme como una carga para los demás, no tengo una carrera, no puedo conseguir un buen trabajo, no puedo ni darle un buen futuro a mi hijo por mi propia cuenta. ―Me derrumbé. No lo soportaba más.

››No tengo el dinero suficiente para criar a un niño y siento vergüenza, no quiero que mi hijo en un futuro se sienta avergonzado de mí por no poder comprarle los mismos juguetes de marca que tendrán sus compañeros de clase o que crea que por él se arruino mi juventud, porque no es así. Si, quedé embarazada muy joven y sin planearlo, pero yo amo a mi hijo, yo lo amo.

No podía ver bien, tenía los ojos borrosos por las lágrimas, así que no vi el momento en el que Landon se me acercó, pero sentí sus brazos alrededor de mi cintura, me estaba abrazando. Fuerte. Y más que abrazarme para consolarme, me abrazaba para consolarse a sí mismo, esto era algo que necesitábamos después de tanto discutir. Lloré. Lloré porque se sentía bien decir la verdad, me sentía aliviada. Lloré porque necesitaba tanto tener a Landon cerca, tan cerca que me asustaba esto que estaba sintiendo solo con un simple abrazo.

Al separarnos, Landon miró mis labios por unos segundos y llegué a pensar que me iba a besar, que sería débil, que por un momento se olvidaría de lo que había dicho antes, de que no me quería tener cerca. También sentí miedo, miedo de lo que estaba deseando. Miedo de que yo quisiera que Landon me besara. Ahí fue que lo entendí, yo sentía cosas por él, cosas fuertes. No sé en qué momento empecé a sentir esto, pero creo que fue hace mucho y no me había dado cuenta, pero es que si me pongo a pensar; cuando yo estaba en Londres con Luc, nunca me pasó por la mente estar con algún hombre, claro que no tenía tiempo para eso, pero ni siquiera un pensamiento acerca de estar con alguien. Cuando regresé y me reencontré con Landon me sentí bien, pero cuando conocí a Alice, supe que era su novia, me sentí fatal, no me gustó que ellos fueran novios.

Yo sentía y aun siento cosas por Landon, aunque nuestra relación siempre se basó en odio, él me molestaba y yo no lo soportaba, creo que en el momento que nos acostamos, algo empezó a cambiar en mi y si no me hubiese ido creo que me hubiese llegado a enamorar de él, pero no creo que a Landon le pasara lo mismo.

―Me... tengo que ir. ―Dije.

― ¿A un hotel? ―Preguntó.

―No, de vuelta a casa. ―Respondí.

―No puedes andar por ahí a esta hora. ―Dijo, yo me quedé en completo silencio―. ¿Por qué no le dijiste a tu novio que te trajera y te pasara a buscar? ―Preguntó.

― ¿Novio? Yo no tengo novio. ―Dije.

―Simon. ―Dijo y fue como si decir su nombre se le hiciera difícil, como si le provocara arcadas.

―Simon no es mi novio, él y Alice se unieron para hacerte saber la verdad, Alice me enviaba mensajes amenazándome con decírtelo todo y luego yo le conté la verdad a Simon, el grabó lo que yo le dije y se lo envió a Alice. ―Dije.

―Entonces Alice no fue la que consiguió esa estúpida grabación, fue Simon. ―Dijo y yo asentí―. Pero, ¿Cómo ella supo que yo era el padre? ―Preguntó y yo me encogí de hombros, la verdad es que no se me pasó por la mente preguntarle a Simon cómo ella supo la verdad. ―Cuando ella me envió ese audio, yo no quería creer que esa era tu voz y que lo que decías era cierto, luego no pude engañarme más. Era obvio que tú me habías mentido y yo tenía que aceptarlo. No lo pensé mucho, simplemente Salí de casa y fui directamente a la tuya. ―Continuó Landon.

―La culpable de ese audio es Alice, Simon no tiene nada que ver. ―Dije y Landon me dio una mirada enfurecida.

― ¿Qué? Te enamoraste tanto de él como para defenderlo.

―No es eso, es solo que Simon lo hizo por una buena razón, Alice lo obligó para que él hiciera eso.

― ¡No lo defiendas más! ―Me gritó.

― ¡¿A ti que te importa si lo defiendo o no?!―Le grité igual.

―Me importa y mucho. Me molesta.

― ¿Por qué te molesta?

― ¡Porque no me gusta verlo cerca de ti, me enferma saber que él puede besarte si le da la gana y que yo no puedo hacer nada porque él te gusta!―Gritó acercándose a mí, tanto hasta el punto de que nuestras narices chocaban. ―Él te gusta y yo... no. ―Susurró, luego se apartó de mi, caminó por el pasillo y se encerró en lo que creo es su habitación.



¿Dónde Está Mi Papi?©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora