Esa noche de manera instantánea nos escribimos al llegar cada quien a su casa, de manera un poco burlona intenté embarcar en ella, ese quizá es mi estilo, una risa sin sentido se refiere a miedo como confianza, lo peor de ambos lados.
Hablamos toda la noche, lamentablemente no más que de los besos y una repetición lamentable de la conversación de esa noche, no me disgustaba, pero quizá quería más, como siempre mis expectativas llegan al cielo para poder chocar lo más fuerte contra el suelo, si no ¿Qué sentido tiene? De igual manera disfruté la conversación hasta la despedida, acordamos vernos el día siguiente en el mismo lugar, pero ésta vez estaríamos tan listos y tan seguros de lo que haríamos que quizá no perderíamos un minuto en aperturas ni rodeos, ambos sabíamos que queríamos del otro, cuando ocurre eso que no es amor, no es cariño, simplemente es conexión, algo de instinto.
Pasó la mañana, a una hora tardar para la cita de ir a casa de Luna, como es inédito, me comunico con Daniel, afirma que estará listo en 40 minutos y yo comienzo a vestirme, a la hora de salir, bajo los dos respectivos pisos de distancia entre su casa y la mía, toco el timbre, y nos dirigimos hacía el ascensor, donde fue momento de una pregunta que el se había guardado muy bien para ser tan ocurrente e imprudente.
-Y ¿Qué pasa con Valerie? La engañaste muy mal, eso no se hace.Dijo eso con un tono burlón, algo desesperante para mi, pensé unos segundos en mi respuesta, ya que yo tampoco tenía una respuesta concreta, solo una idea y una causa. Mi razón era válida en mi cabeza, quizá solo en mi cabeza
-¿Qué pasa con ella? Está bien, debe de estar en su casa aburrida. Ella también me engañó, no tan mal, no tan feo pero lo hizo, estamos a mano.
Daniel no pudo contener la risa y cambió el sentido de sus preguntas, me preguntó muchísimo sobre Andrea, que tal fue y como fue, que estaba orgulloso de mi, todo con un tono de burla, pero era sincero, era Daniel.
En el camino siempre mencionaba a Valerie para hacerme sentir un poco culpable, lo intentaba, pero mi cabeza estaba libre de remordimiento, estaba contento y nada iba a cambiarlo, o eso creía...
Llegamos, Daniel había invitado a unos amigos suyos al sitio, ya que sabía que yo estaría un poco ocupado, el se lo imaginó y previó al caso, Gabriel Cesar y Roberto. Los tres muy amigos de él, conocidos para mí. Luna estaba vestida como siempre de una manera en la que intentaba provocar a todos, y quizá en algunos lo lograba... Andrea tenía un jeen y una camisa azul bordada, era muy linda... Nos saludamos todos, de manera muy cordial y casual, como si ayer no fuese pasado nada.
A beneficio de los demás intenté no ser tan directo y comencé a jugar con Daniel y sus amigos al futbol "Futbol" Una especie de penales, no me divertía mucho pero siempre intentó apoyar a Daniel, minutos después el balón lo botaron, y tuve tiempo para hacer lo que en realidad tenía planeado desde que salí de la puerta de vidrio la noche anterior... Andrea estaba sentada en el suelo alado de una puerta que daba hacía las escaleras más oscuras que eh visto en mi vida, allí había una especie de techo, me monté para poder buscar el balón, se los pasé a ellos de manera de intercambio para que me dejaran en paz, y bajé, al sentarme alado de Andrea, Luna como siempre colaboradora se llevó a todos a otro sitio. Sin más preámbulos comenzaron los besos, tan sabrosos como el día anterior, hasta mejor, estábamos más preparados, ambos tirados en el suelo, con unas ganas inmensas de besarnos, un descontrol un poco absurdo, se montó encima de mí y comenzamos a besarnos, seguimos en ese proceso cuando cayó el balón cerca de nosotros, nos detuvimos y les pasé el balón y lamentablemente ocurrió lo mismo unas tres veces más
No podía evitar sugerir entrar en las escaleras oscuras que estaban a una puerta de nosotros. Lo hice, y aceptó, me sentí glorioso y como si nada más me importara que llevarla al último piso de esas escaleras y poder tocar besar y sentir todo lo que deseara. Al llegar comenzaron los besos mejor que los de a plena luz, solo teníamos que sentir, sin más. Pude tocar su magnífico trasero, creía que era lo mejor que mis manos habían tocado, al intentar llevar mis manos a sus senos me lo impidió, eran pequeños y supongo que no le gustaba que los tocaran, un poco de complejo no está de más, estuvimos una hora aproximadamente, terminé sin camisa y ella con todo puesto, y todo tocado menos sus senos mis manos recorieron su cuerpo de una manera tan inocente pero con intensiones perversas que no se sabía que ocurría. Nos detuvimos por elección de otros, Daniel y los demás nos asustaron y salimos de allí, al salir nos vieron todos y todos se preguntaron qué pasó... Y nadie podía responderse sus preguntas internas. Y lo mejor de todo, aún quedaban unas cuatro horas de esa tarde, para quedarme allí y disfrutarlo todo, duramos tres horas en grupo, varios se fueron a las 7 y quedamos Daniel Cesar Andrea Luna y yo. Luna Daniel y Cesar se quedaron hablando. Y se distrajeron, aproveché el momento, me llevé rápidamente a Andrea a otra zona de esa planta baja extraña y con aspecto de laberinto, hablamos, nos reímos y jugamos, disfruté ese momento, fue por fin más lindo que sexual eso que sentía por ella, fue algo muy lindo, duramos quizás treinta minutos entre risa y risa y me besó, y los últimos treinta minutos hasta las ocho que tenía que irme, se gastaron en eso. Volvimos a donde estaban todos, y avisé que era hora de irnos.
Luna junto con Andrea bajó a abrirnos la puerta, esta vez la despedida dolió un poco, iba a extrañar sus besos toda la noche, no podía negarlo. Pero aún así me sentía el rey del mundo.
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Una história de odio.(Con fálta de amor)
RomantizmUna relativa historia incesante de amor y tragedia extraordinaria, y tan realmente común que se desea tanto odio como un deseo de simplicidad inválido. Vive una historia junto a una persona que no te comprenderá, pero de seguro sabrá como hacerte pe...