CAPITULO I

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°Recuerdos°

Era tan sorprendentemente abrumadora la calma, y el silencio que se podía sentir en cada rincón de aquel bosque. No podía creer que ese lugar fuese el mismo de unos meses atrás, cuando todo aquello solo podía emanar angustia, dolor, impotencia, pero sobretodo miedo. El miedo que cada par de ojos reflejaba, por la incertidumbre de no saber si nuestra muerte seria rápida, lenta, compasiva, o extremadamente dolorosa. En manos de esos seres "los vulturi".

Pero ahora todo era diferente, el aire era extremadamente ligero y armonioso. Las flores llenaban el bosque, como una alfombra de miles de colores, un poco exagerados para esta pequeña ciudad. Porque aun que fuera primavera, nunca se había visto semejante exageración en Forks.

Me erguí para poder marcharme de aquel lugar, ya que toda esa felicidad que se podía sentir me resultaba un poco molesta. Salte para entrar en fase y aterrice en mis cuatro patas, corrí en dirección al sendero que se encontraba a unos pocos kilómetros de aquel lugar. De pronto un pensamiento me inundo, obligándome a bajar la velocidad de mis zancadas, a tal modo que solo iba un poco más rápido que con mi forma humana.

El simple hecho de imaginarme en aquella reunión, que se suscitaba en estos momentos en la playa de la push. En donde como de costumbre mi familia y amigos me verían con los ojos llenos de tristeza, y compasión. El imaginarme a unos cuantos pasos de Sam y Emily, me revolvió el estomago. No lo podía soportar más. Sin darme cuenta estaba corriendo en dirección opuesta a la push. Pase muy rápido el prado de las flores, en el que había estado hace unos momentos. Seguí corriendo cada vez más rápido que parecía que me venían cazando aquellos asquerosos chupasangres. Cuando no quedaba ni rastro de aquella sensación de malestar, y las imágenes de mi mente eran menos vividas, logre detenerme. Cansada me deje caer en la hierba y cerré los ojos, con la esperanza de detener las imágenes y cada uno de los pensamientos que me torturaban desde aquella tarde.

Salía de mi última clase acompañada por mis dos mejores amigas, Meredith y Nancy. Nos dirigimos hacia el estacionamiento, me despedí de ellas pues en el lado sur del estacionamiento, ya me estaba esperando mi Sam. Nos saludamos con un corto pero muy intenso beso, momentos después nos marchamos del lugar entre gritos y toda clase de piropos, que nos otorgaban las dos chicas locas (mis amigas) que se encontraban unos cuantos pasos atrás.

Nos dirigimos a toda velocidad, bueno lo más rápido que se podía en aquella vieja camioneta, que aunque no era muy bonita funcionaba bastante bien, y sobretodo nada ruidosa.

Cuando llegamos a mi casa, decidimos dar un paseo por la playa de la push. Llegamos a nuestro sitio preferido. Había un lindo mantel en el suelo, simulando una hermosa mesa, a lado del acantilado que nos ofrecía una impresionable vista. Me tomo de la mano dirigiéndome a la improvisada mesa y me beso con mucha ternura y pasión. Saco de su bolsa una cajita negra y me la entrego.

- ¡Leah cálmate no te asustes, no es un anillo! -Lo dijo al ver mi cara. Que efectivamente era de susto.

Abrí la pequeña caja y me sorprendió la hermosa esclava dorada que se encontraba allí, era preciosa y tenía nuestros nombres grabados.

- es para simbolizar el amor que siento por ti, y que no sentiré por nadie más. ¡Te amo le! -No pudo terminar de decir mi nombre porque le plantee un beso.

Cuando terminamos de comer, decidimos nadar un rato antes de volver a casa. Ya que aquella noche tendríamos una fiesta de bienvenida, otorgada a mis queridos tíos, por su regreso a la push.

ENTRE LAS SOMBRAS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora