CAPITULO XII

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°●Excusas●°

Habían pasado varios días desde que Leo nos visito. Desde entonces aun que Kay estuvo todo el tiempo a mi lado, fue como si no estuviera. El estaba ausente, tan metido en sus pensamientos que había veces que le tenía que repetir las cosas.

- ¡Kay! ¿Por qué no vamos a visitar a tus hermanos? -Dije.

- ¿Cómo? -Me dijo distraído.

- ¡que por qué no vamos con Ethan y Leo! -insistí.

- No. -Dijo secamente - ¡Quiero decir que no es buena idea cariño! -Agrego dulcemente.

- ¿Por qué? -volví a insistir ya que quería saber que era lo que estaba pasando.

- bueno pues... porque no creo que estén en casa. Seguro andan de caza. -respondió.

- ¡tanto mejor! ¡Hay que acompañarlos! -agregue entusiasmada.

- ¿acaso tienes hambre? ¡No es suficiente con lo de la despensa! -Me dijo sorprendido.

- ¡no lo dijo por mi! tú eres el debería comer ¡llevas una semana sin hacerlo! -Le indique.

- ¡no te preocupes por mi Leah! ¡Yo estoy bien! -emitió restándole importancia.

- pero...

- ¡además quiero quedarme en casa y ver una película! -me interrumpió animadamente.

- ¡¿otra?! ¡Pero si ya las vimos todas! -le dije sorprendida.

- ah....es que la de anoche me gusto mucho y la quiero volver a ver. -respondió y dándome un beso.

Claro el sabía que si hacia eso no podía negarle nada, por lo que nos fuimos a ver la película. Aunque sabía qué el estaba tratando de evitar a toda costa que fuéramos a ver a sus hermanos. ¿Pero por qué? ¡No podía entenderlo!

Todo se fue haciendo más extraño, no solo porque cambio de idea con respecto a lo de traer a Meredith y Nancy, con la absurda excusa que no era el momento, que el clima estaba muy inhóspito, que esperarán a que llegara la primavera. Aunque sabía que esa no podía ser la razón, no quise insistir por ahora. Pues todo estaba tan extraño que ni si quiera salíamos de nuestra casa, o si salíamos lo hacíamos solo unos cuantos metros, y si yo intentaba ir más lejos él ponía cualquier excusa para que regresáramos y nos quedáramos en casa. Escusas que no me desagradaban para nada, pues estar en sus brazos era increíble. Pero yo seguía inquieta preguntándome que rayos pasaba, Kay me ocultaba algo y tenía que averiguar de qué se trataba.

Ese día me levante temprano y Kay no estaba junto a mí, me asome por el ventanal. Allí se encontraba caminando despacio y muy pensativo por la orilla del lago.

- ¡Kay! ¿Qué te pasa? -Le dije preocupada cuando llegue junto a él.

- ¡nada cariño! ¿Qué me va a pasar? -respondió.

- ¡no lose! Por eso te lo pregunto, ¡has estado muy extraño estos últimos días! -le recrimine.

- bueno...tienes razón. -dijo nuevamente pensativo. - ¡Leah! ¿Quería pedirte que nos vayamos unos días al otro lado del monte? -Agrego.

- ¡¿Por qué?! -Emití sorprendida.

- porque quiero pasar unos días en la cascada contigo. -expreso.

Sabía que esa no era la razón verdadera, ¡pero me gusto esa excusa! Pues yo también quería volver a ese lugar.

- ¡me parece una buena idea! -Le dije.

ENTRE LAS SOMBRAS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora