CAPITULO VII

1.2K 111 5
                                    

°●Imposible●°

Empecé a bajar presurosamente la ladera. Sin darme cuenta por donde iba pues mi mente estaba saturada con tantos pensamientos: ¿Pero cómo es posible? ¡Esos malditos! ¡Tienen que estar en todas partes! ¿Porque tenían que venir? ¡Tengo que irme lo más pronto posible!... ¡No!, no me voy a ir este es ¡mi hogar!... ¡O! ¡¿Yo llegue al de ellos?!...¡No eso no puede ser! ¡Si ellos llegaron antes que yo! ¿Por qué no los había visto en todos estos meses? ¡Si eso debe ser, debieron de a ver llegado hace poco! Entonces esperare a que se marchen o...

Me encontraba a mitad de camino y todavía no sabía qué hacer o que pensar con todo lo que sentía en estos momentos, no me quería ir eso estaba claro, pero que hacer... enfrentarlos, sabía que esa era una mala idea, pues me superaban en número.

¡¿Por qué no me mato?! Tuvo demasiado tiempo... ¡¿acaso no se dio cuenta que no podía moverme?! ¡Tal vez si se dio cuenta! pero eso no le importaría mucho, aunque pudiera moverme el podría paralizarme en un segundo y matarme. Pues para el yo era solo una simple humana. ¡Qué idiota! Y entonces si yo era presa fácil ¿porque me dejo ir? Tal vez quería hacer el juego más interesante, dejar que pensara que estaba a salvo y luego... ¡atacar!

Este razonamiento hizo que mis instintos se agudizaran, instintivamente volteé para ver si no me seguía. ¡Tal vez le dio miedo al verme en mi forma lobuna! Pero no creo... ellos eran más, al pensar en los otros dos. Otra pregunta sin respuesta me invadió.

¡Seguro era conocido ya que no se atacaron! ¿Pero porque quería que huyera de ellos? -Recordé el tono de preocupación, cuando me pidió que huyera. ¿Acaso quería protegerme?.... ¡No pienses estupideces! -Me reproche. Seguro no le gusta compartir a su presa.

Se me hizo un nudo en el estomago. De solo pensar en ¿qué ocurriría? ¡Si tuviera que enfrentarlos! ¡Por lo menos a uno si me llevo! -Pensé con toda seguridad.

Al poco tiempo ya me encontraba en mi casa. Por llamarlo de algún modo pues era unos de los sitios que más conocía y sin contar, que aquí se encontraba una pequeña pero espaciosa cueva para una persona, además done había descansado tranquilamente, estos últimos meses. Sin contar que todas mis pertenencias estaban aquí, bueno la bolsa con el contenido de las dos cestas que se les cayeron a aquellos escuincles.

¡No creo poder dormir! -Seguía pensando. ¡Hasta que la solución a mi problema me vino a la cabeza!! Me iré del otro lado de la montaña, pues allí estaré segura de día. No creo que quieran exponerse al sol, así solo tendré que estar alerta en las noches. ¡¿Pero sabrán que no hay gente aquí?! Trate de convencerme de que al verme se estarían preguntando sin ninguna seguridad, si no hay más gente en este lado del monte o por lo menos más seres como yo. Esto me hizo sentir un poco más tranquila, pues si tenían dudas sería poco probable un ataque abiertamente.

Estaba decidido, tome la bolsa con el hocico y me aleje de allí. Para cuando llegue al otro lado del monte ya estaba amaneciendo, encontré un buen lugar para descansar, primero tendría que cazar algo para no debilitarme. Pues tendría que estar en mis cinco sentidos al anochecer. Solo por precaución. Así lo hice y cuando cayó la noche, estaba tan alerta que hasta el más mínimo ruidito me hacía saltar. Esa noche se me hizo interminable.

Pasaron los días incluso semanas y no pasaba nada. Mi desesperación era tal que llegue a cuestionarme ¡¿si en verdad paso eso o no?! ¡Tal vez fue una pesadilla! Pero no podía ser posible, pues no podía dejar ni un instante de pensar en aquella noche y mucho menos en aquel ser. ¡Era tan real! Extrañamente comencé a desear que fuera real. Que varias veces tuve que hacer un esfuerzo sobre humano para detenerme, pues deseaba ferozmente, ir a aquel hermoso lugar solo para verlo una vez más. Y darme cuenta que si existía.

ENTRE LAS SOMBRAS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora