Capítulo 6: El poder del saber

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Tenía una nueva sensación, diferente a todos los demás días. Mi mente daba vueltas totalmente, pero sabía que Nahara no puede ser mala. Ella es lo contrario del mal, es dulcemente loca, pero sería imposible que pasara algo grave. Asimilé la realidad porque confiaba en ella, y me dirigí a la escuela con valor.

Buscaba en todos los pasillos a Ethan para saber lo que pasaba.
—Nathan, Nathan. —Por suerte ya estaba Ethan llegando hacia mí, muy azarado. – Nathan, mira estas imágenes.
Observé detenidamente y estaba Nahara caminando con su coat.
—¿Y qué tienen que ver estas imágenes? —dije, pensando si ya en este corrupto país habían prohibido caminar en espacios públicos.
—Mira el lugar, Nathan. Acuérdate de ese día.

Miré los lugares alrededor de la imagen y estaba el STREET PEOPLE DESIRING THEIR INNER DRUG, el único lugar en la ciudad y en el país donde solo entraba gente ladrona, secuestradores y drogadictos. Y al ver a Nahara entrando ahí sabía que algo andaba mal, ella no podía ser. ¿Nahara era una persona mala? ¿Por eso faltaba a clase?...

—Nathan, ¿cómo estás? Me enteré lo de esta tal chica Nahara. Lo supuse, es una loca. No te deja hablar para nada, siempre riéndose y no para de hablar. En realidad me pregunto, ¿qué le has visto? —dijo Claytin, de nuevo entrometiéndose en asuntos ajenos. No sé cómo se daba cuenta de todo...

—Le vi algo que nunca vi en ti.
—Será nada, porque lo tengo todo.-Dijo con su voz arrogante
—Le vi amor, algo que creo que tú nunca puedas tener. En realidad, no te das cuenta que las personas te odian, que cada día chicos y chicas se sienten mal por tu actitud hiriente y manipuladora. Para de una vez, y si no lo entiendes así, espero no verte jamás.

Salí del pasillo dirigiéndome al aula de clases. Por suerte, Nahara estaba sentada ahí hermosa como siempre, de nuevo con sus rizos castaños naturales y sus lentes reflejando su mirada en mí. Me senté a su lado.
—Me asustaste, te estaba esperando. —Fijó su mirada en mí, y decidí no responder. Estaba furioso y pensativo por todas las imágenes que rodeaban en la escuela sobre ella.

—Ah, tú también estás creyendo cosas sin explicación alguna. Pensé que eras diferente, Nathan.
Es horrible el sonido de un corazón haciéndose pedazos en segundos, pensé.

Se acabaron las clases temprano y mi mente seguía rodeando de culpa ajena. La amaba, pero sentía que ocultaba algo y no quería estar con una persona mala junto a mí. La seguí hasta la salida de la escuela, no quería dejarla irse rápido y sin alguna explicación.

—¿Por qué me sigues? ¿Ya no estás contento creyendo las mentiras de todas las personas? Nathan, en verdad entregué toda mi confianza en ti. ¿Y es así como termina? —dijo, con muchas lágrimas en sus ojos.
—Espera, Nahara. Pero, es que... Las imágenes no engañan.
—Nathan, ahora veo que... te confundí con el amor. ¡Me había comparado con un amor!
La veía corriendo hacia el parque y quería detenerla pero sus pasos se hacían más veloces y sus lágrimas más fuertes.
—NAHARA, dame un momento, por favor. —Paró un taxi y se fue en dirección contraria. Estaba abrumado.

Su piel era de un material candage y sus maneras de fertoir. ¿Lo has entendido? Pues algo así me pasó cuando se fue. No entendí absolutamente nada.

—¿Se fue? —Preguntó Ethan, sudando de la corrida desde la escuela hasta aquí al parque.
—Sí, se ha ido.
Me sentí solo en un mundo vacío. ¿Cómo pude enojarme con la persona que hacía brillar mis ojos como mil lunas? ¿Dejé ir tan fácil lo que amaba?

—El que en verdad ama, no se rinde tan fácil... —Volteé mi mirada, era un anciano junto a una anciana y sus palabras tocantes.
—¿Y cómo no me voy a rendir? —dije llorando.
—No te dejes engañar por las apariencias o los chismes —me advirtió la anciana —porque, la belleza en sí, está en el alma.
Tenía toda la razón. Había dejado ir la motivación de mis días y no debería rendirme. Pero... ¿ahora qué haré?

Eras TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora