Capitulo 3

4.4K 354 7
                                    


- Pero no diste tu vida por mí... ¿Tú sabes cómo me sentí al tener que golpearte para pasar a través de ti y poder matar a Bucky, sabes cómo me sentí al recibir cada golpe tuyo, al escuchar cada palabra que me decías, cómo me sentí al ver que soltabas el escudo que te dio mi padre al rendirte? Son tantas preguntas que no terminaría más...- Me levante del suelo haciendo que el mayor me soltara, después de todo, a pesar de ser un holograma podía sentir su tacto; y camine hacia el living, quedándome quieto un momento y dándole la espalda - Vete... Vete y no quiero ver nunca más tu rostro, déjame volver a la vida que tenía antes de conocerte - Lagrimas se deslizaban por mis mejillas, mi voz se rompía poco a poco que dejaba escapar las palabras. Estaba decidido, este sería el fin.

- Ni siquiera te molestas en estar presente para poder hablarme – Comente mirándolo por un momento de reojo pero me sobresalte al escuchar la puerta ser tocada con suavidad y de una manera específica. Sabía quién era pero no podría dejarla pasar si aún Steve estaba en línea. – Viernes, la llamada ahora mismo – Le pedí a mi tecnología, escuchando por ultimo mi nombre ser pronunciado con desesperación por el mismísimo capitán ante mi atrevimiento.

Seque mis lágrimas con suavidad, respire con profundidad antes de acercarme a la puerta y abrirla con lentitud, dirigiendo mi mirada a la pequeña de tan solo un año que me esperaba del otro lado con una sonrisa en los brazos de Pepper. – ¿Creíste que no sabría a donde te ocultarías? – Me pregunto con su típico ceño fruncido. – Tony, tienes los ojos rojos – Comento haciendo que desviara mis ojos hacia los azules de la pequeña en sus brazos.

–Me alegra verte – Salude con mi característica sonrisa, dejándola pasar a la cabaña para después estirar mis brazos hacia mi hija, aunque a veces me dolía mirar esos hermosos ojos azules como los de su padre.

La abrace contra mi cuerpo con suavidad, dándole pequeños besos en su cabello, dejándome llevar por sus bajas risas que me volvían loco. Nadie sabía de la existencia de ella, solo Pepper y Happy pero no tenían derecho a decir nada ¿Qué pensarían al saber que yo, el mismísimo Anthony Stark, estuvo embarazado? Es raro escucharlo, lo sé, pero Banner tiene todas las pruebas de mi embarazo, un tanto riesgoso pero no me interesaba mi vida, si no la de ella.

- ¿Tony, te quedaras aquí por mucho tiempo? – Pregunto la mujer. Sentía su mirada sobre mí así que decidí esquivarla para conectar mis ojos con los de mi hija.

- No lo sé...- observe como mi hija me daba una leve sonrisa haciendo que me distrajera un poco. - Solo quiero un tiempo para ella y para mí. Quiero aislarme un poco de todo, ya ha pasado un año Pepper y aun no puedo estar tranquilo ni en mis sueños. Cuando vuelva, apareceré con ella en brazos y el mundo sabrá que tengo una hija – Le conté decidido, ya nadie me volverá a desmoronar.

- Tony, solo espero que tomes la decisión adecuada y cuida bien de ella, estuvo inquieta estos días que no te vio. Los dejare por hoy, volveré a la industria para seguir con mi trabajo, tu trata de descansar y llama a Barner para que pueda hacerle un chequeo a ella, es el único que por ahora la ha tratado – Sabía que ella estaba preocupada por nosotros pero le demostraría que ya no soy más ese niño mimado, Shirley me cambio completamente y por un momento hasta mis compañeros de trabajo se dieron cuenta de eso.

Pepper se había ido el mismo día dejándome con mi hija en la pequeña cabaña.

– A tu padre le hubiera gustado vivir así, sin que nadie nos moleste y con niños corriendo por el lugar – Le contaba a la pequeña como si me estuviera entiendo aunque pareciera que si ya que esta me regalaba una leve sonrisa que me enamoraba cada vez más. - ¿Por qué todo tuvo que terminar así Shirley? No quiero meterte en el medio pero él no tiene que saber que eres suya... será una mentira que me carcomerá por siempre – murmure abrazando con fuerza a mi hija, como si necesitara ser protegida en ese momento.

Los meses pasaban rápido, me llegaban mensajes de mi secretaria diciéndome que los periodistas se preguntaban dónde estaba, sabía que todo el mundo veía las noticias así que supuse que todos sabrían que andaba escondido en algún lugar de la tierra pero era difícil encontrarme.

– Mirando hacia la nada no te va a solucionar nada Tony, ya paso medio año, es hora de volver – Solté una baja risa ante eso para después dirigir mi mirada hacia la de Banner, negando levemente.

- No es que tenga miedo, los Stark nunca lo tienen, solo no quiero que me agobien con sus estupideces y que piensen cosas raras de ella, tampoco sabré la reacción de los vengadores cuando sepan. Pensar que ellos se enteren de todo es... es – solté un suspiré sin saber cómo continuar. - Y tú no puedes estar ahí porque tienes que volver a ocultarte del gobierno, no tengo nadie que me entienda y ayude Barner.

- Lo lograras Tony, no tienes que torturarte así, no de esta manera. Solo sigue adelante, hazlo por ella que te necesita más que nunca en este momento, no puedes seguir ocultándola, pronto cumplirá dos años y se dan cuenta de muchas cosas a esta edad, necesita fuerza para seguir creciendo y aprendiendo.

La hora había llegado. Tome en brazos a mi pequeña y no dude en acercarme a la puerta para decir adiós a mi escondite, acercándome poco a poco hacia la zona donde me esperaba mi avión privado para volver a mi rutinaria vida pero esta vez acompañado de la persona que más amo.

Periodistas rodeaban mi avión, me había tomado la molestia de decir cuando volvería y donde; esperaban respuestas y podía notar en sus rostros la sorpresa al ver a la niña, escuchando atentamente a todas sus preguntas pero ya tenía pensado que decirles – He vuelto, disculpen mi ausencia, tenía que arreglar muchos asuntos y entre ellos estaba mi hija Shirley Stark esperando, espero sepan entenderme y es todo lo que diré – Termine de decirles para después subirme al auto en el que Pepper y Happy me esperaban, ya que anteriormente les pedí que me esperaran allí.

Las noticias no tardaron en salir en revistas, diarios, canales televisivos y otros medio de comunicación donde pedían explicación sobre el origen de mi hija, sobre su madre, que había pasado con mi vida de Playboy, si fue un descuido, después de todo no di ninguna explicación sobre ella. Lo que menos me esperaba en ese momento que Steve ya le habían llegado las noticias como si le hubiesen tirado un balde de agua fría encima, aunque no solo él estaba sorprendido.

- ¿Steve sabias algo de eso? – Pregunto Sam mirando consternado al capitán, el cual cayo sentado sobre el sofá debido al shock sin decir ni una palabra.

Sentimientos y Recuerdos dolorososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora