Grace Sky, una chica competitiva hasta calar los huesos que posee un promedio de excelencia académica. Chris Jones, un chico inteligente que forma parte del montón, Y a diferencia de Grace, no se involucra tanto en la escuela. Para ellos, ganar la f...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si bien, desde la fiesta de Maia Ackerman las cosas entre Chris y Grace se habían ablandado, nadie esperaría que, desde el lunes ambos chicos comenzaran su amistad.
Su amistad tuvo lugar en la cafetería a la hora del receso, cuando Chris observó a una aburrida Grace que comía con sus "amigas". El chico no pudo resistirse a observarla tan triste y aburrida en aquella mesa que tomó una servilleta, la hizo bola y se la lanzó.
Grace rápidamente levantó la mirada furiosa y se encontró con los ojos color esmeralda del chico, instantáneamente su furia desapareció.
Toda la banda de Uncertain Nation se sentaba en la misma mesa, por lo que todas las miradas de la mesa de Chris estaban puestas en la chica.
Chris le sonrió y con un gesto de mano le indicó a Grace que se sentara en la mesa con ellos.
Grace no se lo pensó dos veces, se disculpó con sus compañeras que hablaban de Kai Wyght y se fue a sentar a la mesa de Chris, dónde rápidamente entabló conversación con la banda.
Los integrantes de Uncertain Nation eran todo lo que alguna vez Grace buscó en sus amigos, pero que nunca encontró.
Theo, Koi, Danáe, Orlando y Chris eran personas reales que se preocupaban por cosas reales y si bien no todos eran muy listos, eso le traía diversidad al grupo y justo eso era lo que Grace necesitaba. Amigos de verdad, y los había encontrado en Uncertain Nation.
El martes llegó tan rápido y sin avisar que nadie lo esperaba, excepto por Chris y Grace, que estaban ansiosos por compartir más cosas con su nuevo amigo.
A la salida, ambos chicos se reunieron dónde mismo, como ya era costumbre.
– Mis padres no están el día de hoy, tuvieron que ir a Washington por el trabajo de mi padre, pero me han dejado el auto –mencionó Chris mientras avanzaban en dirección al auto.
– No hay problema. Que coincidencia, mis padres también están allá –dijo Grace–. ¿Y Pauline?
– Si, que extraño. Iremos por ella a la primaria y después, tendremos que ir a algún restaurante.
– De acuerdo, la he extrañado mucho.
Chris se sorprendió al escuchar aquellas palabras que salieron de los gruesos labios de la chica.
Ambos se montaron en el auto y fueron por la pequeña Pauline a su escuela.
Esta vez, la niña traía puesto un tutú de bailarina de ballet, rosa.
– ¡Cece! –dijo Pauline emocionada mientras abrazaba a la chica.
Después de todo, no solo Sarah y Tomás le decían Cece a Grace.
– Pau, te extrañé –dijo Grace mientras le devolvía el abrazo.
Y sí, también Grace se había ideado un apodo para la pequeña.
