Capítulo 21 - Enfermera-¿enferma?

1.8K 135 3
                                    

Capítulo 21 - Enfermera-¿enferma?

Narra Daniela

La puerta de la entrada se escuchó abrir y cerrarse, Diego había llegado. Las gotas de lluvia artificial caían sobre mi y sonreí al saber o más bien suponer que Diego había llegado, pues me estaba bañando y lógicamente no podía ver a través de las paredes para asegurarme si había llegado o no. 

Cierro el grifo y me envuelvo en mi toalla. Quito cada gota de agua que haya sobre mi piel clara y me visto. Subo el pantalón corto de pijama de prisa al la puerta abrirse.

- ¿No sabes tocar? - dije enojada al ver a Diego.

Al mirarlo mejor noto que está pálido y en seguida se agacha hasta la altura del inodoro para devolver todo lo que había comido. Hago muecas de asco pero aún con la nariz tapada sobo la espalda de Diego. Me voy a una esquina (al marco de la puerta) cuento éste se levanta y veo como se enjuaga la boca.

- ¿Ya te sientes mejor?

No contesta (malcriado) y procede a lavarse los dientes (al menos no es puerco).

Fui hasta la sala, si no me iba a contestar entonces para qué estaba allí con él. Yo solo quería saber si estaba bien pero parece que aún seguía enojado por lo de Ian.

Dejo mi vaso ya sin jugo en en el fregadero y camino hasta las escaleras. Antes de llegar a ellas veo a Diego caminar en dirección a mi. Se ve pálido y parece tener dolor o sentirse demasiado mal pues la mueca que está haciendo lo indica. Lo miro con el ceño funcido y cuando quedo casi frente a él, se desploma y yo intento sostenerlo lo cual logro con mucho esfuerzo.

- Diego ¿estás bien? - pregunto preocupada.

¿Cómo va a estar bien criatura estúpida?

Ignoro a mi inoportuno subconsciente.

- Diego ven, ayudame que pesas. - dije haciendo fuerzas. - Vamos a tu habitación.

Logré (no sé como) recostar a Diego sobre su cama. Lo miré y en serio me dio pena, parecía estar pasándolo mal. Había sudor en su frente y la mueca de antes aún no se iba de su rostro.

- ¿Quieres que te prepare unas sopas? - pregunté obervándolo,  tenía sus ojos cerrados.

- No sabes cocinar. - dijo muy bajo

- Lo sé, hace unas horas por poco quemo la casa pero podría volverlo a intentar.

Negó con la cabeza.

- Entonces me voy. - dije e intenté pasar por su lado e irme pero su mano me detuvo y solte un quejido de dolor que hizo que él abriera sus ojos.

Me mió extraño.

- Me quemé intentando cocinar. - me expliqué

- No te vayas...me siento muy mal...quédate. - pidió, se notaba que se sentía muy mal.

Lo miré y asentí. Pasé por el otro lado de la cama y me acosté junto a Diego. Miré al techo. Fue inevitable pensar en la última vez que estuve aquí. Intenté borrar ese recuerdo ¿pero como iba a poder borrarlo? Me giré hasta poder ver a Diego a los ojos. Él me miraba atentamente. Su cabello estaba mojado por el sudor y fue inevitable no ir por una pequeña toalla para secar las gotas de sudor. Entoces eso hice y me encontraba secando las gotas de sudor de su frente pero su mano me detuvo.

- No es necesario. - dijo aún en un tono bajo.

- Claro que si. - volví a secar el sudo de su frente pero volvió a impedirlo.

RoommatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora