Capítulo 4 - Un trabajo perdido en menos de tres horas.

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Capítulo 4 - Un trabajo perdido en menos de tres horas.

Narra Daniela

Suena la alarma y mis ojos se niegan a abrirse. De todas formas me levanto obligando a mis pies a caminar. Universidad, debía ir aún con sueño. Salgo de mi habitación y camino rumbo al baño. Veo que Diego quiere entrar pero corro y me encierro.

- ¡Daniela! - lo escucho gritar mi nombre y tocar la puerta. Él puede ir a su propio baño ya que el muy maldito cogió la habitación más grande. Río aún escuchando los llamados de Diego y volteo. Upss, aquí está su ropa, lo que no entiendo es por que no se baña en su baño.

¿Pero qué más puedo pedir? Se trata de Diego Ainsworth, el chico de mente corta.

Eso no era tan cierto, la verdad es inteligente pero nunca lo voy a aceptar. Lavo mi cara, mis dientes, pero antes duermo sentada en el inodoro. Me baño y listo. Abro la puerta del baño y salgo.

- Cincuenta minutos Daniela, ¡cincuenta malditos minutos! ¿Por qué tardas tanto? - se queja Diego

- ¿Por qué no te bañas en tu propio baño?

- Por que no hay agua fría.

- ¿Hay calentador? - pregunto emocionada.

- Si - responde para luego cerrar la puerta del baño.

- Entonces debemos cambiar de habitación. - grito pero él solo me ignora.

Ruedo los ojos y camino hasta mi habitación. Voy hasta el closet y busco algo que ponerme.

- Dos horas con el profe Beckett...debo verme muy bien. - digo examinando cada una de las prendas de ropa.

Termino por escoger un romper negro con un volante en la parte de arriba, sandalias egipcias y me visto. Echo mi pelo suelto hacia un lado con algunos rizos suaves. Pongo un poco de polvo y lipstick realmente claro. Me pongo mi collar del símbolo de infinito color plata y mi pulsera de cuencas pequeñas color negra, no sé que tengo con esa pulsera que siempre la tengo puesta. Cojo mi celular, mis audífonos y mi mochila negra y bajo hasta la cocina. Decido prepararme un sandwich que es lo mejor que sé hacer y lo pongo sobre la mesa en un plato junto a un jugo de china.

- Gracias - me giro y veo a Diego devorando mi sandwich.

- ¡Era mío! - me quejo

- Tú lo has dicho, era. - responde, yo solo lo miro con los ojos entrecerrados y desbloqueo mi celular. - ¿Es en serio?

- ¿Qué? - pregunto

- Tienes como fondo de pantalla a Joel Pimentel. - dice mirando mi celular.

- ¿Y? ¿Qué tiene?

- Eres demasiado ridícula Daniela.

- Ajá y tú me imagino que tendrás una foto tuya en el gym como fondo de pantalla, eso es más ridículo.

- Piensa lo que quieras. Tu sandwich estaba asqueroso.

- No te madé a que te lo comieras. - respondí con una ceja alzada.

Diego se acercó a mi - ¿Por qué tienes que ser tan contestona? - apretó mis cachetes y salió de la cocina.

Olía demasiado bien.

- ¿No crees que hueles demasiado a perfume? En tu universidad, si es que vas a una, vas a marear a todos. - grité, mientras cogía mis cosas para irme, desayunaría en la universidad.

Caminé hasta la salida y allí vi a Diego.

- No huelo demasiado a perfume y sí voy a la universidad no soy tú.

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