Capítulo 23 - ¿Cita? Fracaso garantizado.

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Capítulo 23 - ¿Cita? Fracaso garantizado.

Narra Daniela

Ya había pasado un tiempo considerado y pronto tendríamos unas semanas de vacaciones. Me alegraba la idea de que ese "pronto" quería decir dos semanas. Así es, estábamos a ley de dos semanas para que al fin pudiéramos ser libres de tanto ajetreo y estudio. Las vacaciones solo eran por unas semanas, no era demasiado pero estaba bien, al menos tendríamos un periodo de descanso. Aún no sé a donde voy a ir porque es obvio que me iré de la casa por esas semanas. Lo mas probable es que me quede en algún lugar de vacaciones donde haya piscina o la playa esté cerca. Necesito con urgencia playaterapia o piscinaterapia.

Si les cuento...en todo este tiempo he salido con varios chicos, normal. Me ha ido pésimo, normal. El primero era demasiado idiota ¿o era el segundo? Lo que sea, el punto es que uno de ellos era un idiota, el otro era demasiado detallista y romántico tanto así que me abría la puerta de su auto. Asco, eso para mi es lo más patético del mundo. Tal vez sea rara o no sé pero el hecho de que un chico te abra la puerta del auto o te ayude a sentarte en una silla de un restaurante es lo suficientemente estúpido para mi. El otro era muy ¿cómo decirlo? ¿estricto? ¿controlador? El próximo era perfecto pero yo no busco alguien perfecto. Para el siguiente todo iba bien, el chico era imperfecto, pero en ese momento buscaba perfección. Lo sé, no hay nadie que me entienda. Eso me lo ha dicho mi madre desde hace mucho cuando fui por primera ves a Disney y le dije que no me gustó solo porque yo quería ver a las princesas en cada lugar al que iba. La cosa es que yo me imaginaba que habían cientos de princesas en cualquier parte y que sería todo tan mágico como en el video que había visto. En fin, si me gustó solo que soy un poco exigente. Vale vale, soy muuuy exigente. El otro chico estaba bien, hasta que me enteré que iba a tener un hijo y todo se acabó. El próximo también iba bien hasta que conocí a su hermana que era tan celosa como si su hermano fuera su ex novio o algo así...entonces todo acabó allí.

¿Ahora? Ahora estoy bajando las escaleras de la casa ya que voy a salir con otro chico. ¿Qué? Uno nunca sabe cuando se encontrará al abuelo de sus nietos. Además, ahora lo voy a intentar con un rubio de ojos celestes. No son mi tipo pero debo cambiar de gustos para ver si tengo más suerte. No piensen que soy como Diego, jamás sería como Diego. Él sale con una chica y el mismo día o durante la semana ya la bota porque está usada, en cambio yo no me vendo (o regalo) como él lo hace.

Me detengo al bajar el último escalón cuando la puerta se abre y entra Diego junto a una chica.

Lo miro con una ceja alzada - ¿Quién es ella? - la señalo.

- ¿Ella es tu hermana? - pregunta la chica.

Estoy a punto de decir que no pero Diego se adelanta y posa su brazo sobre mis hombros atrayendome a él.

- Así es, ella es Daniela. Mi hermana. - Diego le sonríe a la chica.

Lo miré perpleja ¿su hermana?

- No se parecen, pero ella es adorable. - la miro con los ojos entrecerrados ¿me dijo que soy adorable? ¿La iguana estúpida me dijo que soy adorable?

- Lo que pasa es que somos hermanos de padre. - Diego lo soliciona rápido.

- Hermanito ¿podemos ir a la cocina un momento? - lo miro mal y él me sigue.

- ¿Qué rayos pasa contigo? Yo no soy tu hermana. - dije enojada

- Lo sé Daniela pero fue la única manera que encontré para que ella no se enojara al saber que vives aquí.

- Entonces para que puedas ligar con una chica yo tengo que decir que soy tu hermana. - lo miro perpleja.

- Exacto. - sonríe ¿a caso piensa que con su encantadora sonrisa me va a hacer ayudarlo? - ¿Me ayudas?

- Esta bien.

Que rápido te convence.

- Pero dime cómo se llama o algo. Se ve que es mayor que nosotros. - pongo mis manos en mi cintura.

- Se llama Ana.

- ¡¿Ana?! ¡¿La loca?!

- Si ella, la amiga de la prima de Bill.

- ¡Estás mal, Diego!

- Si ya vente. - me toma de la mano y me lleva hasta la sala donde esta la iguana.

La iguana me mira y sonríe y yo le sonrío de vuelta de la manera más falsa posible.

- Bueno ya yo me iba - sonrío falsamente - Adiosito y diviertanse.

- Eh eh, ¿para dónde vas? - ¿ahora Diego también tenía que hacer el papel de hermano mayor sobreprotector?

- Voy a salir con un rubio de ojos celestes que está buenísimo, hermanito. No te lo imaginas. Es altísimo, súper musculoso. Ya sabes, todo lo contrario a ti. - sonrío maldadosa y sigo mi camino.

- No vas a ir ¿no terminaste con el último novio o amigo la semana pasada?

- Exactamente, tú lo has dicho. La semana pasada. Esta es otra semana. - río y salgo de la casa.

Todo lo que quería era molestar a Diego y parece que lo conseguí. El deportivo amarillo se estacionó en frente de la casa y yo caminé hasta abrir la puerta y subir al interior de este.

- Hola - saludo sonriente

- Hola - me mira extraño y yo le devuelvo el ceño fruncido.

- ¿Qué pasa? - pregunto

- ¿Por qué estas así vestida?

- ¿Qué tiene? - miro mi atuendo.

Estaba vestida de negro (normal en mi, el negro me gusta) tenía una camisa negra sencilla y sobre esta una chaqueta de cuero con unos jeans cortos y claros, mis botas altas de tacón y claro, unas mallas negras con flores en encaje.

- Es que...no estás vestida como una señorita. Y el rojo de tu cabello no ayuda.

Reí sin gracia acomodando un mechón de mi cabello suelto hacia atrás. Luego lo miré.

- Lo siento por no ser una Barbie para ti, un Ken superficial. - intenté bajar del auto pero él me detuvo.

- No quería hacerte sentir mal. Pero es que estoy acostumbrado a... - lo interrumpí.

- Si si ya sé, estás acostumbrado a tu Barbie rubia con vestido rosa.

- Pues si.

- Entonces no sé que mierdas hago yo aquí. - espeté

- Tranquilizate Daniela.

Si pensaron que aún así me bajé del auto y me largué pues no fue así. No iba a pasar la verguenza de tener que volver a la casa. Así que decidí permanecer en el auto y continuar con la cita.

La cita...un asco. Y no fue un asco por que los rubios no son mi tipo sino porque el idota de Fabián me llevó a su casa para que viera todos sus trofeos ya que juega football. Se la pasó hablando todo el tiempo él mismo. Le pregunté que si no iríamos a algún lado y me dijo que sí. Entonces fuimos al cine a ver una película de acción que juraría se grabó en la era de los dinosaurios. Una porquería de película de mierda. Fabián parecía estar emocionado con la película y yo solo me hundía en el asiento mientras hacía cualquier cosa en mi celular procurando que se acabara la película lo más pronto posible. Luego fuimos a comer algo. La cara o más bien la expresión de Fabián al verme comer tanto me hizo reír y ups...escupirle el refresco. En mi defensa...¡En parte se lo merecía! Luego me miró muy enojado y dijo que me pidiera un taxi y se largó. Genia ¿no?

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¿Saben algo? Ya esto se está acabando. Solo faltan al rededor de siete capítulos más.

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