Capítulo 4 - Excursión...

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A la mañana siguiente, Rosalynn no se encontraba muy bien. Tosía sin parar y tenía fiebre, Brenda fue a buscar a la señora Collins antes de irse a su casa a las seis de la mañana.

- Rosalynn no para de toser... creo que se ha resfriado...- le dijo, cuando logró que se despertara... la mujer se había quedado dormida en el sofá, probablemente viendo la teletienda, ya que cuando Brenda bajó la tele estaba encendida.- Tal vez cogió frío anoche en la calle.-

- Vaya... bueno, subiré a verla...-

- Yo me tengo que ir ya a casa, tengo que volver antes de que mis padres se den cuenta de que me escapé... he recapacitado y he decidido dialogar con ellos...-

- Me parece muy bien, Brenda... para eso están los padres... -

- Vendré a visitar a Rosalynn después de clases, a ver qué tal está... espero que se recupere...-

- Sí, seguro que no será nada... hasta luego.- dijo la mujer con una sonrisa. Brenda abrió la puerta despidiéndose y salió a la calle. Hacía un frío espantoso, y corriendo volvió a su casa. Por suerte se había llevado sus llaves con ella y no tuvo que llamar o escalar por la escalera del jardín, así que sus padres no se despertaron. James Dawson, al ser el dueño de su propia empresa, se podía permitir el lujo de no aparecer por allí hasta que el reloj digital marcara dos dígitos en las horas... de modo que le dio tiempo a entrar a hurtadilla, subir en silencio las escaleras, entrar en su cuarto y meter a toda prisa la ropa que se había salido de los cajones, esconder las bombillas rotas y meterse en la cama justo para la hora en que su madre entraba a despertarla. 

- Brenda, ya es la hora de levantarse...- le dijo, zarandeándola un poco.

- Mmmm... ¿hoy es lunes?- preguntó sonriendo con pereza.

- Sí, boba... venga ¡arriba!- dijo y luego se fue. 

Brenda suspiró, y se quedó aún unos instantes tendida en la cámara, pensando en cómo lograría dormir aquella noche si volvía a ocurrir lo mismo... no podría ir a casa de Rosalynn otra vez a molestar, además ella no se encontraba bien. Se levantó, se vistió y bajó a desayunar.

En su vida anterior, nunca se hubiera imaginado que acabaría por quedarse tan absolutamente sola: cuando llegó al instituto, nadie la saludaba como de costumbre, y todos seguían cuchicheando sobre ella a sus espaldas... y no tan a sus espaldas... los más atrevidos incluso se lo gritaban a la cara, con tono de burla... << ¿Es que no se van a cansar nunca? >> pensaba, enfurecida, pero fingiendo con un gesto de indiferencia que no le importaba lo más mínimo lo que los demás pudieran decir de ella, aunque eso no era verdad. Como sabía que aquel día iba a estar sola incluso en la cafetería, se llevó un libro de recopilación de relatos de Poe y lo paseaba en sus brazos por el pasillo con algo de orgullo, ya no tenía que esconder esa parte de sí misma. 

Lo pasó fatal al ver que las que habían sido desde siempre sus mejores amigas, ahora la ignoraban... ni siquiera la miraron cuando pasó por su lado al salir del baño de las chicas... y cuando vio a Mathew coquetear con descaro con Rachel Williams, una de las animadoras... pero sin duda, lo peor fue llegar a su taquilla y ver que estaba forrada de fotos de ovnis, fantasmas y espectros. Todos en el pasillo se echaron a reír al ver la cara que puso al llegar y encontrarse así su taquilla, Haley, Mitchie y Sandra pasaron delante de ella, señalándola con el dedo y fingiendo un ataque de risa. Brenda nunca se había sentido tan humillada, comenzó a arrancar con furia las malditas fotos que cubrían la taquilla, lo cuál provocó todavía más risas entre los grupitos que había en el pasillo.

Darien Wolf, que acababa de llegar, atravesaba ese mismo pasillo se sorprendió ante todo aquel jaléo y se acercó a ver de qué se trataba. Entre la gente vio a la apurada Brenda quitar las fotos con desesperación ante las carcajadas de todos. Al igual que todo el instituto, Darien había oído los rumores sobre ella, y no pudo evitar poner una sonrisa burlona... aunque en el fondo sentía pena por ella. De pronto, sonó el timbre que marcaba el inicio de las clases, y la gente del pasillo comenzó a alejarse y a ir a sus aulas comentando lo ocurrido. Brenda aún seguía arrancando las fotos y cuando Darien pasó por su lado, le dijo sin detenerse:

El mensaje del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora