Epílogo

381 33 27
                                    

- Quitáos de enmedio, Brenda.- dijo su padre, furioso.

- No lo haremos a menos que renuncies a talar este bosque...- respondió ella, con el carácter ya encendido.

- ¡Por favor! ¿No te das cuenta del ridículo que me estás haciendo pasar?- exclamó el hombre.- Jamás hubiera pensado que mi única hija caería tan bajo.-

- Eres tú el que se ha presentado con todos esos operarios para talar un bosque que lleva aquí mucho más tiempo que todos nosotros... ¿No te da vergüenza? ¡No tienes ningún derecho a ello!- exclamó la muchacha, con determinación.

Dawson hizo una mueca, tratando de controlarse, y le puso en la cara el permiso que el alcalde había firmado.

- ¿Ves esto? Este terreno ahora es legítimamente mío, y por tanto puedo hacer con él lo que me venga en gana... y resulta que hoy me apetece arrancar de cuajo todos esos árboles enfermos... y vosotros, panda de niñatos, no vais a conseguir nada estando encadenados a sus troncos.- les dijo a todos. Los miembros del club empezaron a abuchear a James, que gruñó.- No me hagas perder la paciencia, mocosa....dile a tus amiguitos que se callen.- se dirigió a Brenda.

Darien, que en cuanto había visto al hombre acercarse con tal fiereza a Brenda se había estado conteniendo con mucho esfuerzo, sintió que la sangre le hervía por dentro. Sus músculos se tensaron y estalló diciéndole a Dawson:

- No es de extrañar que si usted es capaz de destruír un bosque por pura ambición, también sea capaz de tratar así a su propia hija.-

Brenda se volvió hacia Darien, sorprendidísima, no se esperaba que después de lo que había pasado entre ellos él tuviera el valor de defenderla ante su padre. El señor Dawson le miró de arriba abajo con el mayor de los desprecios.

- ¿Cómo has dicho... ? Repítelo si te atreves.-

- Decía, que usted es un hombre sin escrúpulos, que no respeta ni los deseos de su hija...- respondió Darien, con más atrevimiento incluso que antes.- ...y añado que aunque sea su padre, ella no es como usted... ella sabe qué es lo que verdaderamente importa...- luego alargó la mano y estrechó la de Brenda, que también se la apretó, muy agradecida y casi con lágrimas en los ojos.

- Lamentarás haber dicho eso, insolente...- le amenazó Dawson, mirándole fijamente a los ojos, pero Darien no los bajó, sostuvo la mirada desafiante.- Estáis perdiendo el tiempo... no hay nada que podáis hacer para que no os echemos de aquí a patadas.-

- No nos importa si llamas a la policía.- dijo Brenda.- No nos desencadenaremos.-

James sonrió con malicia.

- Bien, pues en ese caso romperemos las cadenas...- dijo señalando a sus hombres.

- Pues entonces...- intervino Bruno, tomando la mano de Rosalynn y la de Darien.- Aunque las cadenas no nos unan, lo harán nuestras manos...-

- Porque nos une una lazo más fuerte que cualquier cadena...- añadió Rosalynn, sonriendo.

- Y porque ese lazo es más valioso que todo lo que has pagado por este bosque, papá...- dijo Brenda. Todos los miembros del club se dieron de las manos, y continuaron gritando hasta casi quedarse sin voz.

- Conmovedor...- decía Dawson.- Pero vuestro lazo no servirá para detenerme... ¡Que rujan esas sierras!- añadió, y dándose la vuelta les dio la señal a los operarios, que enseguida pusieron en marcha los motores de las sierras mecánicas.- Última oportunidad... si no os apartáis, os haremos pedazos...-

Brenda no se podía creer los extremos a los que su padre podía llegar.

- No le escuchéis, sólo lo dice para asustarnos... ¡que nadie se mueva! ¡NO A LA TALA, EL BOSQUE NOS LLAMA! ¡NO A LA TALA, EL BOSQUE NOS LLAMA!- gritó, animando a los que se habían echado a temblar, y pronto todos la coreaban.

El mensaje del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora