Capítulo 5 - Promesas

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Brenda chillaba de puro terror, mientras era arrastrada con violencia fuera del claro. Rosalynn reaccionó con rapidez y la tomó de las manos, tirando de ella en dirección opuesta a las raíces que se la llevaban bosque adentro. Logró resistir por unos instantes, pero luego las raíces doblaron su fuerza y acabaron por derribar a Rosalynn, que seguía agarrada a Brenda, de modo que las arrastraron a las dos. Gritaron con toda la fuerza de sus pulmones, pero sus compañeros estaban demasiado lejos para oírlas... todos menos Darien, que daba vueltas aburrido muy cerca de allí, anotando tonterías sin sentido en su libreta, con desgana. Cuando oyó los alaridos, inmediatamente se volvió hacia su derecha, y entre los arbustos pudo ver cómo las dos chicas eran arrastradas por el suelo. Ojiplático, Darien se quedó un momento inmóvil, pero luego reaccionó, y arrojando la libreta corrió en la misma dirección que la de las veloces raíces, ocultándose tras los matorrales... algo dentro de él le dijo que aquello sólo podía ser la confirmación de que todo lo que se decía sobre Brenda era verdad... pero como buen escéptico, quería verlo con sus propios ojos y, no se lo negó a sí mismo... quería ayudarlas también. 

Rosalynn miraba a Brenda con el más innombrable de los miedos pintado en sus ojos marrones, con su mirada le preguntaba qué ocurría, pero la chica tampoco lo sabía a ciencia cierta... lo que sí sabía era que tenía que cerrar la boca para no tragarse la tierra y los hierbajos. Sus pieles se magullaron un tanto al contacto con las ortigas y las rocas del suelo. Las raíces las arrastraron unos metros más y después las soltaron en otro pequeño claro, retirándose. Las dos muchachas aún se agarraban con fuerza, pues tardaron unos segundos en darse cuenta de que ya no se movían.

A Darien le había costado seguir el inhumano ritmo de las raíces, pero finalmente llegó en silenció, permaneciendo aún oculto entre los helechos. Las dos chicas se miraban con los ojos desorbitados y respirando entrecortadamente, Rosalynn al fin pudo preguntar:

- ¿Qué... qué ha sido eso...?- 

Pero Brenda no contestó, se había quedado completamente inmóvil, mirando hacia el fondo del claro... Rosalynn miró también hacia allí: el pequeño cerezo... su sola contemplación, produjo escalofríos en ambas, pero sobre todo en Brenda... estaba enfermo... todas las flores se le marchitaban y se iban cayendo al suelo en un charco de pétalos rosa enfermizo, sus ramas grises estaban cubiertas de pequeños hongos y se iban retorciendo... Las estruendosas voces del bosque se callaron en la mente de Brenda, para dejar paso a una liviana vocecita, que cargada de angustia, dolor y miedo, pedía socorro inútilmente...  Darien y Rosalynn no podían oírla, pero sus pelos se erizaron al ver a ese joven arbolito moribundo. Brenda se levantó con mucho esfuerzo, con sangre en sus rodillas... y lentamente se acercó al cerezo, y tal vez por instinto, se agachó poniéndole las manos en el tronco y le preguntó mentalmente:

<< ¿Puedo hacer algo por ti...? >>

<< Ya no...>> contestó con esfuerzo << Pero sí que puedes hacer algo por este bosque... como yo, está enfermo... los humanos contamináis demasiado con vuestras fábricas, vuestros coches y con la basura que arrojáis... el verano pasado hubo dos incendios y la tala pronto acabará con nosotros >> En la mente de la muchacha se produjeron dos imágenes sobrecogedoras: La parte norte del bosque, envuelta en violentas llamas, los árboles muriendo entre horribles sufrimientos y profiriendo gritos de auxilio; y el dolor que en ellos provocaban las afiladas hachas de los leñadores al impactar con sus vulnerables troncos... << Dependemos de ti, Brenda... no nos ignores por más tiempo...>> le suplicó el arbolito << ¿Ves esa última ramita que me queda con flores sanas? Quiero que te la lleves antes de que se pudra también... y que la plantes en tu jardín. Para cuando se haga un árbol jóven y el bosque vuelva a ser lo que era, por favor, trasplántalo aquí, en este mismo sitio... al menos una parte de mí verá mi amado hogar sano y fuerte de nuevo...>> y dicho esto, exhaló su último aliento cuando la joven hizo lo que le ordenó... Brenda, totalmente conmovida, empezó a llorar, acariciando el tronco del árbol.

- Perdóname... perdóname...- dijo la muchacha entre sollozos, se sentía culpable por no haber actuado antes. - Te prometo... te prometo que así lo haré...-

Darien y Rosalynn no habían entendido nada, y al ver a Brenda llorar de esa forma a los pies del cerezo muerto, se pararon a pensar si la joven no estaría loca... era algo estremecedor... Su amiga finalmente decidió acercarse a ella y preguntarle:

- ¿Qué te ocurre? ¿De qué va todo esto?-

- Rosalynn... este cerezo ha muerto por mi culpa... llevaba pidiéndome ayuda desde hacía dos semanas... lo de que oigo voces es cierto, todo este bosque me habla... me pedía ayuda, y yo pensando que se trataba de un espíritu maligno que quería atormentarme, intenté alejarme lo más posible de este lugar... pero ya veo que sólo querían mi ayuda... tengo que salvar el bosque... se lo he prometido a este arbolito antes de que muriese... -

Rosalynn había escuchado atentamente todo lo que Brenda había dicho, totalmente seria... y después le dijo:

- Brenda... coincidirás conmigo en que esto no tiene ni pies ni cabeza... es... muy difícil de creer...-

- Rosalynn, por favor tienes que creerme... ¿cómo explicas entonces lo de las raíces que nos han arrastrado hasta aquí? El bosque quería que viéramos esto para que reaccionemos...-

- Ya, pero... yo no oigo esas voces que aseguras oír... compréndeme... esto es demasiado... surrealista... - dijo con algo de apuro.- Necesitaría una señal para poder creerlo... una señal muy clara...-

Y en ese preciso momento, un nubarrón cubrió el claro y comenzó a llover copiosamente. Los presentes miraron al cielo empapándose, Rosalynn y Darien no daban crédito a sus ojos... la chica iba a decir que aquello era sólo una casualidad cuando de pronto, un rayo penetró en el claro a la velocidad del rayo e impactó en el cerezo... que comenzó a arder envuelto en llamas plateadas... Al segundo la tormenta amainó y el pequeño árbol quedó reducido a un montón de cenizas azules. Los presentes se habían quedado sin habla, el bosque había escuchado a Rosalynn... el bosque los vigilaba y les entendía... el bosque estaba vivo aún...

<< Brenda, hay alguien más aquí aparte de Rosalynn... ese chico, Darien...>> le dijeron miles de voces procedentes de los árboles, aún consternados por la muerte del cerecito.

- Darien... muéstrate...- le dijo Brenda en voz alta.

El chico, sin salir de su asombro, salió de entre los árboles y atónito, preguntó:

- ¿Cómo sabías que estaba ahí?-

- ...Me lo dijo el bosque...-

Un escalofrío recorrió la espalda de Darien y Rosalynn... aquello superaba lo que habían leído en los libros de fantasía, lo que conocían como su mundo real... Tal vez fuera un sueño, pensaron... y se pellizcaron mil veces, pero ahí seguía Brenda, de pie ante ellos, con la ropa medio rasgada, magulladuras por todo el cuerpo, empapada por la lluvia, y ante sus pies el montón de brillantes cenizas azules. De pronto se dieron cuenta de que sus heridas cicatrizaban, al igual que las de Rosalynn, que la ropa volvía a tener su forma original, y que los tres se secaron por completo.

- Esto es... es... es...- intentó hablar Rosalynn.

- ¿Es suficiente como para que me creáis de una vez?- preguntó Brenda.- Desgraciadamente es real... el bosque está en peligro y tenemos que salvarlo... -

De pronto, una voz muy potente, interrumpió a la chica... y esta vez todos lo oyeron:

- Ya habéis visto lo que la desgraciada mano de vuestra raza puede hacer... tú nos despertaste, Brenda... tienes... tenéis que ayudarnos o pronto todos acabaremos como el pequeño cerezo...-

Los tres muchachos se miraron atemorizados.

- Sí... es prueba suficiente...- susurró Rosalynn, muerta de miedo.

El mensaje del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora