Brenda se sintió tan aliviada después de haber pasado la tarde charlando con Darien sobre sus problemas, que ni siquiera se molestó en dirigirle malas caras a su padre cuando se cruzaba con él. Llamó a Rosalynn y a Bruno para contárselo con toda la calma que fue capaz de reunir... ambos sonaron realmente afectados al otro lado del teléfono y la chica pudo sentir su empatía, eran conscientes de que no era nada fácil tener que vivir en la misma casa con la persona que pretendía destruír el bosque.
Pero al día siguiente, tras finalizar las clases, recibieron una excelente noticia: el director Skinner había encontrado un aula para ellos y por lo tanto, podían fundar su club. No pudieron estar más contentos, con un club podrían organizarse bien para animar a la gente a concienciarse y a ayudarles. El director les dio las llaves del aula 32, que a pesar de que se encontraba en el sótano, era bastante amplia y disponía de proyector y pantalla para diapositivas. Brenda se encontraba admirándola en el centro, ilusionada ante todas las cosas que podrían hacer para salvar el bosque de la ciudad. Darien, Rosalynn y Bruno se dirigieron una mirada cargada de significado... parecían tramar algo...
- Brenda.- la llamó Darien y ella se volvió hacia ellos, con la sonrisa todavía dibujada en su cara.- Los tres hemos estado hablando... y hemos pensado que lo justo sería que tú fueras la presidenta de nuestro club.-
Aquello pilló por sorpresa a la chica, que abrió mucho los ojos.
- Pero...- protestó, pero Rosalynn se acercó a ella y la tomó de las manos.
- Nada de peros... de no ser por tu empeño y porque el bosque te eligió a ti, ahora no estaríamos aquí... no seríamos amigos, seguiríamos siendo esos cuatro desconocidos que de lago se conocían. Es todo gracias a ti.-
Los ojos de Brenda se empañaron por un momento al ver las entusiasmadas caras de sus amigos... nunca nadie se había tomado tanta consideración por ella, al menos desinteresadamente.
- Gracias...- pudo decir...- Sois los mejores.-
- ¡ABRAZO DE GRUPO!- gritó Rosalynn y entre risas, los cuatro se abrazaron balanceándose, luego se separaron.
- Venga, venga, deje de llorar, presidenta.- dijo Darien divertido.- ¡Tenemos que ponernos manos a la obra ya mismo!-
Ella se secó las lágrimas, aún sin poder creerse la buena suerte que tenía al estar rodeada de aquellos amigos de verdad, que la apoyarían siempre, sin importarles cómo era ella.
- Tienes razón... bien, habrá que acondicionar un poco todo esto... un poco de limpieza no vendría mal... y tal vez mover un poco los muebles para tener más espacio.-
- ¡Nosotros dos nos encargamos de eso!- dijeron Rosalynn y Bruno, poniendo sus pulgares hacia arriba.
- Gracias.- les dijo.- Mientras, Darien... ¿qué te parece si ponemos en marcha ese ordenador y vemos si podemos diseñar unos cuantos carteles anunciando el club? Luego los pegaremos por todo Middleton High y repartiremos folletos.-
Darien hizo el gesto del saludo militar.
- ¡A la orden, mi capitana!- y sin más dilación, los cuatro se pusieron a trabajar. Por suerte, Darien sabía mucho sobre diseño gráfico y pudieron hacer unos carteles muy originales, con colores y figuras que llamaban mucho la atención, y se pusieron a pensar en los eslogans que pondrían para atraer a la gente y animarles a hacerse miembros del club. Mientras, Bruno y Rosalynn iban empotrando contra la pared los muebles que no iban a usar y daban una barrida al suelo y quitaban el polvo de las mesas y sillas. Cuando Darien y Brenda acabaron de diseñar los folletos y carteles, los metieron en un pen drive y mientras ella iba a secretaría a encargar las copias, Darien les ayudó a seguir limpiando y acondicionando el lugar. Al cabo de unos veinte minutos, Brenda volvió cargada con una caja enorme en la que habían metido todos los carteles y folletos, la ayudaron a dejarlos en la mesa y luego ella, junto con Rosalynn, les sujetó la escalera a Bruno y Darien mientras ellos cambiaban las bombillas y fluorescentes, que llevaban fundidos muchos años.
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El mensaje del bosque
AdventureEl bosque ha sido despertado y ahora se manifiesta con toda la fuerza que le queda, pidiendo socorro y sólo cuatro muchachos responderán a esa llamada. Los gritos de auxilio de la naturaleza resuenan en la cabeza de Brenda, quien verá su vida trunca...