The Truth » Jeon Jungkook ; BTS [Editando]

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Empecé a dar vueltitas en la silla de cuero en la que estaba, no se si es un acto de nerviosismo o más bien pura inquietud. Llevo horas aquí metidas, bueno quizás exagere un poco, pero a mi me parece la misma cantidad de tiempo, no paro de darle vueltas a el asunto. Y aquellas pocas palabras que pude leer no paraban de rondar por mi cabeza "La empresa it's your proyect  tendrá que acudir a el tribunal en cuanto las autoridades les den un nuevo aviso". Puede que todo sea una paranoia mía, pero... ¿ Y si la empresa va a la quiebra y Kookie pierde su trabajo? o algo peor ¿Y si está metido en algo de este asunto y va a la cárcel?

La segunda opción se borró tan rápido de mi lista de posibles teorías en cuanto froté con mis dedos pulgar e índice el puente de mi nariz a la vez que negaba con la cabeza. Por el amor de dios, que estoy hablando de Jungkook, no le haría daño ni a una mosca en estado vegetativo.

A penas llevo tres horas y ya tengo ganas de incendiar este maldito edificio e irme a casa a ver cualquier serie de adolescente aburrido un sábado nocturno, lo que sea tiene mejor pinta que estar aquí soportando a Tao o a cualquier otro, la gran mayoría se creen que lo único para lo que valgo es para posar ante una cámara con el pompis bien alto, o en cualquier esquina de un bar de viejos verdes. Y si no piensan eso es lo que dan a entender, o lo que yo entiendo con sus caras de babosos repulsivos, a ver cuando entenderán los hombres que no nos vestimos para provocarlos.

Pero me contengo de no hacer ningún tipo de idiotez porque me hace falta el sueldo para pagar el alquiler y demás gastos, eso y porque aunque deteste -un huevo- a mis compañeros, un ochenta por ciento de ellos, me siento bien trabajando -o casi- en una vocación que me llamó desde que era chiquita.

Mis padres estarían más que orgullosas de mí, pero no son lo suficiente maduros para admitir  que haberme mudado hasta aquí finalmente no impidió que acabara con mi ultimo año de carrera. Tampoco es que me haga mucha falta los elogios de ellos, seguramente lo máximo que haría mi padre serían dos palmaditas en la espalda como diciendo "bien hija no eres una completa inútil, no del todo"

Dejé de enredar mi pelo con el bolígrafo rojo con el que jugueteaba anteriormente cuando sonó el teléfono del despacho, pegué tal brinco en la silla que por poco no acabo en el hospital por fractura de cóccix, pero mis reflejos ganaron esta vez a mi habitual torpeza.

—Has llamado a el mejor bufete de abogados de todo Seúl- contesto pegando el teléfono a mí oreja izquierda creyéndome una jodida recepcionista de primeras.

—¿Con quien hablo?- contestó una voz varonil seca que parecía algo desconcertada, quizás no fuera mi voz la que se esperaba tras la línea

—Estas hablando con el despacho de la señorita Jennie, ¿qué desea? - parecía que en vez de estar hablando con un cliente estaba en algún tipo de anuncios de aspiradores, hasta a mi me irrito mi propia voz de tele-tienda

—¿Usted no es Jennie? -Asentí con la cabeza aunque no me pudiera ver

—¿¡Es usted Jennie si o no!?- el hombre parecía estar perdiendo los papeles, me apuesto lo que sea a que ese hombre ahora mismo se está acordando de todos mis familiares más recientes.

—No, no soy Jennie, pero soy su...-hice una pausa, para pensar en algo convincente- soy su ayudante, eso es, su ayudante.   

—Pues estate bien atenta señora ayudante- recalcó la palabra "ayudante" y esta vez tenía un tono bastante amenazador.-Apunta todo lo que diga ahora no quiero que se le escape nada.- Utilicé el bolígrafo rojo que tenía antes y arranqué uno de los posit para tomar nota

—Quiero que esa zorra se entere bien, mi cliente no se presentará al juicio que estaba provisto para el próximo fin de semana.

—¿Podría concretar más por favor? Como comprenderá hay muchos casos, por desgracia cada vez hay más chorizos. -Escucho un largo suspiro, pero esta vez la que pierde la paciencia soy yo.