Joder. Joder. Y joder. Me acojona pensar que Lia ahora está en cualquier carretera desconcertada sin saber dónde está, o si se ha puesto a beber más hasta llegar al coma etílico. Yo ya no sé ni que pensar, pero nada es positivo. Porque el simple hecho de que cualquier cosa que le ocurra, mi conciencia acarrearía con todos los cargos, estoy más que seguro.
Y tengo miedo de lo que le pueda pasar, o le puedan hacer. Pensar que cualquier mal ha sido causado por mí, no me lo perdonaría nunca, jamás.
Esa niña caótica de los arrebatos radicales, de las largas ojeras por quedarse viendo películas hasta tarde, su pelo recogido, sus pijamas de Disney, sus bromas tontas, esas que hace sobre todo con el lunar que tengo debajo de los labios. Y no sé. Sus achaques, sus manías. No, no me imagino, o no me gustaría pensar que si le pasa algo sea por mi culpa.
Me temo ya, todas la de preguntas que me hará por el numerito de esta madrugada, estoy seguro que me desquiciará hasta tal punto de explicárselo todo, aunque en cierto modo, yo también tengo ganas de que esto acabe, poder soltarlo todo y decir de una puñetera vez que ha terminado, pero de momento, tendré que seguir esperando, y resignado, rezar porque todo ese jaleo no acabe por quemarme -no de forma literal-, ni a mí, ni a la relación con Lia, que es lo que más afectado se vería si todo sale mal.
De todas formas haré todo lo que esté en mi mano para evitar lo segundo. Tampoco pienso en la típica frase de "Contigo porque si no, no puedo" o cosas ñoñas de ese estilo, más bien sería un "sin ti puedo, pero no quiero."
Gracias al cielo, a el karma en devolución, al destino o a la suerte he conseguido algo de tiempo para devolverle todo el dinero que le debo a Suga, ya me habían advertido que los negocios con él siempre eran tercos y eso que no era el primero que hacíamos, pero no me queda de otra que hacer los negocios con él, desde que pasó aquel altercado con la otra banda.
Llamo un par de veces al teléfono de Lia, pero me salta el buzón de voz, son casi las cinco de la mañana y aún no ha venido. Supongo que me fiaré de la palabra de Suga, el peliverde que me causa tantos problemas, cuando me dijo que su matón no le hará nada finalmente, o eso aclaró después de llegar a un acuerdo.
Recorro todos los recovecos de la casa, absolutamente todos. Tras ver el i phone en la mesilla de noche del lado izquierdo de la cama, es decir, su lado. Me doy cuenta que durante una hora, o más, he estado perdiendo el tiempo enviándole mensajes o haciendo tropecientas llamadas. Ella y su maldita manía de no llevar nada encima cuando sale conmigo a alguna parte.
Sólo me queda, esperar, impacientarme en que llegué ilesa y seguir esperando.
*****
¿Izquierda? ¿Derecha? ¿Voy hacia adelante? ¿O hacia atrás? ¿Norte o sur? ¿¡Dónde cojones estoy!? No tengo ni idea de cómo volver, podré haber andado unos tres kilómetros y medios con unos zapatos que me están matando y una camisa, que no es mía, apestando a alcohol y a maría. Genial, todo va de perlas. Fantástico.
Después de haber andado otros dos kilómetros más, aproximadamente, encuentro ese edificio de piedra tan familiar. El de mi trabajo. Reí sarcástica. Bueno ya me quedaría ahí a dormir para no escuchar las continuas quejas de mi gran amigo Tao, total, así remataría este día tan maravilloso.
¡Y que viva el sarcasmo joder!
Decido seguir el camino que doy para ir al trabajo a la inversa. Todo me pesa y me duele. La cabeza lo que más, pero no por el alcohol -que también- si no por la cantidad de veces que pienso en lo que me ha pasado.
"Sigue tu vida normal". Eso me ha dicho. Lo que no me ha dicho es como debo hacerlo. Porque tengo ganas de saber que está pasando, pero a la vez, me da miedo.
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The Truth » Jeon Jungkook ; BTS [Editando]
FanficCabezota, tozuda y un poco bocazas, así es Lia. Marne Lia. No es consciente de lo que pueden repercutir sus palabras. Y encajar no está dentro de sus planes. Alérgica a lo normal, a los estereotipos y de vez en cuando -algunas mañanas- a la vida. N...