d i e c i o c h o

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—¿Q-qué? ¿Por qué? —Abro los ojos atónita, sus palabras se escabullen entre mis oídos como una jarra de agua fría. —Todo ahora estaba bien ¿no?

—Ya, pero... se acabó. —Mira sus zapatillas, cabizbajo. Muerde sus uñas como si quisiera arrancárselas de cuajo, debe estar nervioso porque no es un acto habitual en él. Me levanto del sofá para empezar a caminar de un lado a otro en la cocina, que está conectada con el diminuto salón. —Me estás poniendo de los nervios, ¿puedes estarte quieta?— sacude su flequillo con un golpe de cabeza, luego se lo peina con la yema de los dedos. Se frota la cara con los puños, como si de repente tuviera un cansancio acumulado y que antes quisiera camuflar.

—No lo entiendo. No tiene sentido.

—Se acabó, y ya. No hay nada que entender.

Le intento intimidar con la mirada, pero él no la despega de sus zapatillas. No es capaz de mirarme a los ojos. Y eso me jode. Porque no está siendo sincero.

—¿Y por qué parece que te importa una mierda? Estás diciendo que me dejas, con el mismo énfasis que dices que vas a comprar el pan.

—¿Quién ha dicho que no me importe? ¿Qué te crees que me olvidaré de ti de la noche a la mañana?

Y el primer cuchillo de la noche se clava en mí, y bien profundo. Se quiere olvidar... de mí.

—¿Y por qué? ¿Por qué tienes qué olvidarme? —Cierro los puños, conteniendo toda la impotencia que se va acumulando poco a poco, colmando con rapidez mi paciencia.

No llores. No llores. Joder Lia, no llores.

—Y-yo...

—¡Dime! ¡Dame un motivo! ¡Uno solo! —Mi tono de voz se eleva, igual que me acelero hablando. En resumidas cuentas: una paranoica gritando y gesticulando mucho.—¿Qué vas a decir lo típico de "no eres tú soy yo"? ¿Eh? ¿Te vienes con esas?

—Deberías calmarte un poco.

—¿¡Qué me calme!? ¿¡Yo!? —El tono agudo se une con mi sarcasmo más audaz, Jungkook me mira de soslayo, como si estuviese comprobando que estoy llorando.

—Lia, se madura, tienes que entender que se acabó. No le busques las explicaciones, porque no las hay.

—¿No las hay? O sea, me dejas porque te apetece ¿no? —Vuelvo al salón para postrarme delante de él, haciendo oídos sordos a las voces de los locutores del partido de béisbol de fondo. Me cruzo de brazos. —¿Es que ya no me quieres no?

—Lia esto no es tan fácil.

—Jeon, es muy, pero que muy fácil.

—Lia, claro que te quiero. Cuando no querías que te quisieran, te quería. Cuando no te querías ni tú misma, te quería. Cuando te pegabas tus berrinches de niña tirados en el suelo llorando por la vida, te quería. Cuando bailabas, celebrabas un día menos en el calendario de tu jornada laboral, te quería. Cuando hablabas pestes de tus compañeros de trabajo, te quería. Tus locuras, tus vaivenes emocionales. —Suspira. Y toma aire para continuar. Esta vez retira su vista y clava su mirada en la mía. —Cuando eres idiota, te quiero.

—Y si me dices que me quieres ¿por qué me dejas?

—Porque todo ha cambiado.

The Truth » Jeon Jungkook ; BTS [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora