t r e c e

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—¡Jungkook! ¡Joder! ¿¡Pero qué mierda me pongo!? —Grito. Estoy en lencería, frente al espejo del baño.

Llevo veintitantos minutos sin saber que ponerme, tan solo para elegir un vestido, una tela que pueda lucir junto mis nuevos y queridísimos Gucci.

—¿Todavía no te has vestido?—Se acerca el baño, pero le cierro la puerta en la cara. —¡Lia! ¡Date prisa!

Lii diti prisi.

Vuelvo a revisar la montaña de ropa que había dejado sobre el inodoro. Unas faldas cortas, otras de tubo, algún que otro mono, y vestidos de lentejuelas. ¿¡Pero es que es tan difícil encontrar una trapito!? Uno solo, por Dios, no estoy pidiendo nada del otro mundo.

Mira —Toca con los nudillos la puerta del baño.—¡Lia! ¡Abre!

—¡No! No encuentro nada ¡Quiero llorar! —Vaya Lia, hoy te está saliendo el lado dramático.

—Ten, abre, aquí tenías uno arrinconado que está bien. —Hace el ademán de entrar, pero he cerrado el pestillo. —¿Has cerrado?

—Exactamente.

—Venga, pruébate este. —Misteriosamente no está perdiendo los nervios conmigo.

—¿Cuál es? Seguro que ya me lo he probado.

—Pues tú sabrás. —Noto esa voz tensa detrás de la puerta, ahora sí, está perdiendo los nervios. Ya estaba tardando mucho.

Abro la puerta despacio, me asomo, él solo puede ver mis ojos. Que se iluminan como un farolillo en una noche oscura al ver el vestido que lleva en las manos. Acabo por abrir la puerta al completo.

—¡Este es perfecto! —Se lo arrebato de las manos con un gesto rápido y vuelvo a cerrar la puerta del baño. Escucho como resopla.

Escurro el vestido y, mi cuerpo queda fundado con la tela de seda de ese ajustado vestido rojo. Es un poco corto para mi gusto, pero Jungkook ha dicho que está "bien", no es el idóneo para una fiesta de empresa, aunque sí que es ideal para una noche de discoteca. Llevo la espalda al descubierto, no me convence.

—¿Te gusta? —Dejo que el aire que ha formado al abrir la puerta llegue de golpe a la cara de Jungkook, que está esperando en la puerta, como un jodido guardaespaldas.

—Sí.

—¿Sí?

—Sí.

—¿Solo un sí?

—Sí.

—Nada de que buenas estás, que novia más guapa tengo, o no sé... algo más.

—Exacto, solo un sí.

—¡Entonces no está bien!

—¡Que siiii!

—No, no está bien. —Me cruzo de brazos, y hago que me seco una lagrimilla falsa sobre mi mejilla.

—Que está bien, te estoy diciendo.

—¿Y por qué no me has dicho nada más?

—Porque no te va a durar mucho puesto. —Se ríe, yo también lo hago, pero por mi repentino nerviosismo.

—¡Aggg!—Cierro una vez más la puerta, fuerte.

Como no hay mucho más donde elegir, me quedo con este vestido. Busco entre el joyero algún complemento. Acabo escogiendo una de estas gargantillas que están tan de moda. Unas argollas, no escandalosamente grandes. Me atosigo el pelo con los dedos. ¿Qué le puedo hacer a este pelo? ¡Piensa Lia piensa! ¡Rápido!
Nada, así se queda, paso el cepillo repetidas veces, tengo el pelo lacio, muy, pero que muy lacio. Casi como una baba. No me cuesta desenredar algunos nudos que tengo.

The Truth » Jeon Jungkook ; BTS [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora