v e i n t i c u a t r o

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Después de dos horas dando clases a viejos sudorosos he acabado mi sesión de king boxing. Me pregunto como habrá sido el primer día de Lia aquí, espero que Jisoo y compañía no le hayan metido mucha caña, no se vaya a asustar.

Cojo la toalla blanca del taburete, seco mi frente y le doy las gracias a los hombres que han asistido a mi clase. Camino un par de pasos hasta llegar al vestuario de chicos, echo la toalla al hombro y busco mi taquilla entre el vapor que desprenden las duchas. «La veintitrés» la encuentro. Tomo entre mis manos  el candado negro que cuelga y con el pulgar e índice pongo el código, dando vueltas a las ruedecillas. Termino por poner la combinación y la abro, al mismo tiempo, cae un papel.

«Estoy como una puta cabra, lo sé, y lo siento, pero gracias "chico"...

...pd: la Lia siempre te la lía»

Sonrío. La nota del coche.

Guardo el móvil en el bolsillo lateral del chándal, quiero olvidarme ya de la conversación con mi jefe, me tiene harto.

****

Por la mañana llaman a la puerta.

Jk está en el baño preparándose para ir al trabajo, vistiéndose, peinándose y todas esas cosas . Paso por delante de la puerta al ir a abrir. El timbre me ha hecho salir del dormitorio a medio vestir, con unos pantalones tweed y una camiseta. Tengo el pelo mojado, pero se me está secando más rápido de lo que querría.

Aprovecho el viaje y sujeto La Bolsa de entrenamiento, para dejarla en la entrada cuando veo a Jk que ha dejado la puerta entornada. Le veo un segundo reflejado en el espejo, observando su propia cara. Todavía tiene el pelo mojado, igual que yo. Le gotea lentamente sobre la camiseta blanca. «si es que siempre ha sido un desastre». Se inclina hacia el espejo y mira la zona donde estaba el moretón de hace unos meses, luego se baja el cuello de la camiseta y sonríe a su reflejo. Abre una gaveta debajo del lavabo, despacio. Me inclino instintivamente hacia delante, ansiosa por ver mejor.

Entonces llaman otra vez y doy un brinco, y cruzo rápidamente el pasillo para que Jk no pueda verme interesada por saber lo que hace, o por ver se nuevo si cicatriz en el pómulo. Básicamente, para que no me pille "espiándole"

Tae está al otro lado de la puerta. Lleva en las manos dos tazas de café con un dibujo del logo de la cafetería que hace esquina a mi casa. Dejó La Bolsa del gym, en el suelo, al lado de la puerta.

—Vaya, buenos días, pensé que estarías despierta —dice— Parece que te he despertado yo.

Y se sienta y aparta una silla con la puntera del pie, invitándome a sentarme con él en la mesa de la cocina.

—¿Qué haces aquí?—pregunto, y veo cómo recorre con la mirada el desorden de mi casa.

Las cosas del trabajo ocupan mucho más espacio del que deberían: los papeles en la mesilla del salón, los vasos de café en el fregadero, un cesto de ropa lleno a rebosar junto a la puerta del piso, y el cubo de la basura a estallar, (como no lo tiró yo, Jk está claro que no lo hará).

—¿Ya se ha ido a trabajar? —pregunta, esforzándose por no arrugar la nariz.

—Está en el baño.

The Truth » Jeon Jungkook ; BTS [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora