-Vaya – exclamé al ver el paisaje delante de mí – es completamente diferente a como lo vi durante mi visión
Elemiah y yo estábamos bajo la sombra de un enorme árbol que se encontraba a unos cuantos metros de la entrada hacia el pueblo abandonado de Craco, mientras observábamos todo el espacio frente a nosotros y estudiando todas las salidas y caminos que eran fáciles de acceder para entrar y salir rápidamente si nos encontramos con alguna sorpresa indeseada
Había escuchado hablar de este lugar. Un pueblo fantasma, una ciudad abandonada por un deslizamiento de tierra en 1963, pero jamás había venido a echarle un vistazo; y ahora me arrepentía totalmente de no haberlo hecho antes. Este era un lugar increíble pese a su, obviamente, estado de abandono y las épicas cantidades de polvo. El sol brillaba en lo alto después de que las nubes se dispersaran, y se encontraba iluminando la ciudad, dándole este aspecto mágico y misterioso que parecía envolverlo como un manto
La ciudad en si estaba ubicada al borde de una colina, pero, a diferencia de mi visión, no había ningún acantilado ni nada remotamente parecido. En su lugar, estaba la carretera y supuse que, cuando fui transportada aquí, fue en algún momento del pasado, lo cual era muy extraño. Pero no iba a cuestionar nada en este momento, pues teníamos otro problema
Este lugar era un hervidero de gente. Había un montón de turistas por aquí, y eso nos dificultaba un poco las cosas por el simple hecho de que, si todo se iba a la mierda, ellos se verían envueltos en una batalla sin precedentes. Gente inocente moriría. Al menos eso era lo que a mí me preocupaba, sin embargo, a Elemiah lo que lo tenía inquieto, era la energía que desprendía la ciudad y que, los humanos que tenían el don de la visión, me verían. A él no porque es La Muerte y puede ocultarse de las personas que tiene dones, pero yo por ser un errante, estoy expuesta a ellos y no podemos permitirnos el lujo de curiosos a mi alrededor y que nos siguieran al lugar al que íbamos
Mi mirada se dirigió a la cima de la colina, allí en donde se veía una torre hecha de roca que se alzaba por encima de la ciudad. Reconocía la torre. Fue allí en donde escuche la voz que me decía que viniera a este lugar. Pese al hecho de que en mi visión la vi completamente diferente, la reconocí y sabía que era allí a donde debía ir cuanto antes
Mire a Muerte a mi lado que estaba mirando con los ojos entrecerrados las murallas que rodeaban la ciudad con expresión concentrada. Su ceño se frunció y sus labios se apretaron en una fuerte línea al ver un hombre de cabello rubio y ojos marrones que paso frente a nosotros. Sabía que la presencia de Elemiah alteraba los nervios de los humanos, y este hombre no fue la excepción. Él se detuvo a medio paso y giro en nuestra dirección. Él no tenía el don de la visión, pero si el de la percepción. Sus pupilas se dilataron cuando, sin saber, sus ojos chocaron con los de Muerte. El, asustado, salto hacia atrás y salió corriendo hacia el otro lado
-No me gusta esto – se quejó Muerte a mi lado – no me importa que me sientan, pero que te vean a ti, si lo hace
Aleje el flequillo de mi rostro cuando el viento soplo con un poco de fuerza haciendo que este me tapara los ojos un segundo
-Lo sé – respondí y después solté un suspiro – pero debemos seguir. Sabes que debo ir allí sin importar que
El asintió y se acercó a mí un poco más. Tomo mi mano y entrelazo sus dedos con los míos. La niebla fría y viscosa subió por mi brazo y la energía hizo que saltara sobre mi lugar al notarla
-¿Qué estás haciendo? – le pregunte y mire sus ojos que de repente brillaban como dos citrinos incandescentes
El sonrió levemente
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EL LIBRO DE LOS CONDENADOS
ParanormalEn este mundo existen todo tipo de criaturas sobrenaturales. Criaturas que los humanos piensan que son fantasía pero en realidad no es así. Ellos viven entre nosotros y solo unos pocos pueden llegar a verlos. Cuando un humano tiene un encuentro tran...