Capítulo 35

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Bendito Dios

Ahora si nos llevó el que nos trajo

Estábamos más allá de jodidos

¿Cómo íbamos a hacer para huir esta vez?

No estaba segura, y mientras miraba el malvado demonio frente a mí, supe que no todos íbamos a volver a casa esta noche porque él se aseguraría de ello

Mi corazón latía tan rápido que sentía el pulso en cada uno de mis dedos y mi respiración se atascó en algún lugar de mi pecho mientras el miedo atenazaba mis entrañas, y las retorcía de forma dolorosa. Apreté la mano de Slaven fuertemente. Su mano estaba fría y temblaba ligeramente, y desee, con todas mis fuerzas, que él no estuviera aquí. No porque creyera que él era débil y no pudiera defenderse, no. Era porque quería que él estuviera a salvo, pero desear no cambia nada, así que me prepare mentalmente para hacer lo que sea que tuviera que hacer para que todos saliéramos con vida de este lugar

Adrik se movió frente a nosotros mientras los demonios gruñían de formas aterradoras. Me incline un poco para tener una mejor vista de a que nos enfrentábamos, pero cuando lo hice, desee no haberlo hecho. Eran francamente aterradores y espeluznantes. Eran esqueletos andantes, con la piel renegrida y quemada, y las cuencas de los ojos estaban vacías. No había ojos, pero lo que si había allí eran llamas de fuego

Demonios cazadores, otra variedad de demonios cazadores. Genial

Belial se movió al frente de sus lacayos. Se movía como la elegancia y el paso sigiloso de un felino mientras acechaba a su presa. Él se posiciono frente a ellos y sonrió mientras que sacaba de su bolsillo trasero un cuchillo de aspecto siniestro. Era un milagro que tuviera eso guardado allí sin apuñalarse el mismo, pero de nuevo, él era un demonio; y no solo un demonio ordinario. Él era un príncipe y uno de los cuatro jinetes del apocalipsis

El acaricio la hoja con sus dedos y después la levanto hacia su rostro. Saco su lengua y la paso por la hoja, cortando profundamente. Hice una mueca y mis músculos se crisparon al verlo hacer aquello mientras me observaba. Él sonrió ampliamente, con los dientes manchados de sangre, mientras el líquido carmesí caía al suelo

Adrik se tensó y vi como su mano temblaba ligeramente mientras se contenía

-¿Sabes, Jade? – dijo el príncipe – le tengo mucho cariño a esta hoja ¿Sabes porque? Porque me ha entregado mucho placer al desollar a mis enemigos. La hoja es especial. Es curva, esencial para retirar los músculos de los huesos y cortar nervios y tendones – acaricio de nuevo la hoja – y sus bordes nos afilados y dentados, y son excelentes para cortar el hueso – el soltó una larga risa y escalofríos subieron por mi espalda – causa un enorme de dolor y eso es excitante. Solo la utilizo para ocasiones especiales y con personas especiales. Y ¿Adivina qué? Tú eres una de ellas, dulzura – él sonrió y dio un paso adelante – prometo que te dolerá morir; un montón de dolor sufrirás por haber contrariado a Samara

-Uh – murmure y trague saliva – lamento decirte que no podrás usar tu cuchillo estrella esta noche

Él se rió y empuño el mango de su arma

-¿Quieres apostar?

Levante mi mentón

-¿Por qué no? – me encogí de hombros con aspecto relajado. Si mostraba el miedo que sentía, sería más vulnerable – vas a perder, porque al final, vas a ser tú el que tendrá ese cuchillo enterrado en lo más profundo de tu negro corazón

El soltó una risa después de un momento de silencio

-Me gustas – susurro – tienes las suficientes agallas como para amenazarme, eso es delicioso. Será una lástima asesinarte – el dio otro paso al frente, y yo retrocedí junto con Slaven que estaba tan silencioso como una tumba – pero tal vez, juegue contigo antes. Un juego en el que implicara que tu estés desnuda debajo de mi

EL LIBRO DE LOS CONDENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora