Malentendido
Desde esa salida al cine, tanto Sebastian como Michael habían salido juntos varias veces más a lo largo de las semanas, sin excluir a sus encuentros semanales en el supermercado.
Sebastian estaba contento, pues poco a poco iba conociendo más al chico de ojos miel y se está dando cuenta de que es una persona divertida, con la que puede hablar de cualquier cosa y ser el mismo sin ningún temor de que lo vayan a juzgar.
Y es ese mismo motivo por el que Sebastian esta aterrorizado. Porque Michael se está volviendo un gran amigo, poco a poco se está convirtiendo en alguien casi indispensable en su vida y Sebastian nunca había sentido una conexión así con nadie.
Tres meses antes de que Emily saliera de vacaciones por el receso navideño de la universidad, hubo una tarde en la que no tuvo clases debido a que la universidad fue invadida por una plaga y debían fumigar, por lo que la chica se ofrece a acompañar a su hermano al supermercado.
Ambos recorren el lugar riendo y hablando como solo dos hermanos podrían hacerlo, al llegar a la caja registradora, Sebastian no puede evitar notar que falta algo indispensable en sus días de compras.
La sonrisa tímida en el rostro de Michael.
El chico los atiende de manera seca y casi brusca, pero antes de que Sebastian pueda cuestionar si le sucede algo, la gente formada detrás de ellos los obligan a él y a Emily a avanzar y salir de la fila.
Sebastian acompaña a Emily a casa con una presión de preocupación que le oprime el pecho. Emily como buena hermana que es, se percata de ese hecho, pero decide no mencionar nada.
No sabía que era lo que había sucedido, pero Sebastian estaba cien por ciento seguro de algo.
No iba dejar las cosas así.
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El chico de la tienda
RomancePara Sebastian, el hacer la compra de la casa era una tarea que siempre le había fastidiado. Pero no podía quejarse o decir algo al respecto, porque cuando se mudó a la ciudad de Seattle en compañía de Emily, su hermana pequeña, ambos se habían divi...