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Revelación y aceptación 

Sebastian no puede dejar de mover su pie con exasperación, sintiendo una amarga sensación subir por su garganta, lleva cerca de quince minutos parado como idiota en la entrada del cine, esperando a alguien que probablemente no aparecerá.

Está a punto de marcharse, diciendo a si mismo de que esto fue una estúpida idea cuando un agitado Michael llega corriendo a su lado, con el cabello revuelto y una apenada sonrisa en el rostro.

-¡Lo siento!- exclama una vez pudo recuperar el aire y Sebastian no puede evitar soltar una suave y discreta risa, lo que provoca que Michael se sonroje violetamente –No pasa nada- responde sintiendo una ola de ternura por el chico que intenta arreglarse el cabello.

Ambos entran al cine, piden los boletos, compran un combo de palomitas de maíz y refresco, y una vez están dentro de la sala y la película está por comenzar es cuando la realidad golpea a Sebastian en el rostro.

Está en una cita.

¡Está en una cita con Michael!

Trata de no sentirse demasiado nervioso sobre ese hecho, ha tenido muchas citas antes, esto no tendría por qué ser diferente. Salvo por el pequeño detalle que si es extremadamente diferente.

Porque Michael no es como esas chicas o chicos cabezas huecas con los que salía cuando estaba en la preparatoria o en la universidad, Sebastian no quiere que Michael sea un rollo de una noche y luego hasta nunca.

Sebastian de repente se siente brutalmente asustado, porque en sus veinticuatro años, por primera vez se está comportando como una quinceañera enamorada.

Y está a punto de tener un ataque de pánico ante tal revelación, pero entonces la risa de Michael lo saca de sus pensamientos, y lo obliga a observar al chico sentando a su lado. Es entonces cuando piensa, que tal vez, solo tal vez, los sentimientos que él le hace sentir no son del todo malos.

En ese momento, observando el rostro feliz y pleno de Michael, Sebastian tiene que admitir para sí mismo que tal vez, solo tal vez, siente algo por el cajero de ojos bonitos.

El chico de la tiendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora