Viajando para conocerte

Parte 3 Desayuno Nara

—Entiendo, así que ustedes no pertenecen aquí y bueno es claro que me recuerdan mucho a sus padres, eso explica las bandas de konoha, pero no entiendo cómo es que llegaron aquí, ustedes dicen que encontraron a una clase de ser humanoide, y hubo un destello pensando que sería una explosión pero realmente no saben que era si no explotó — Observó con atención la ventana donde podía contemplar Konoha de noche, después de una larga historia con esos niños, voltean a verlos— Se quedaran en la casa principal de sus familias, mañana mandaré a Shinobis a investigar el lugar. —ella volteó a ver a sus ayudantes para mandar a llamar a los abuelos de estos llegando en pocos minutos— Les encargo a estos niños, cuídenlos, estaremos investigando, vigílenlos y no teman en devolverles sus armas ninjas, nunca traicionarían a konoha.

Los tres mayores no entendían nada pero asintieron ¿de qué hablaron? Esa era una gran cuestión con una curiosidad inimaginable para los mayores, pero al retirarse los niños cada quien escogió a su propio abuelo para irse a descansar, eran niños después de todo, tenían sueño por lo tarde que era, el joven nara bostezó por el sueño, miró a sus amigos

— Los veo mañana aquí, como a las 11 am ¿está bien? Nos vemos mañana chicos sería interesante conocer konoha de esta época —siguió a su abuelo, el niño llevo sus manos a su nuca para sostenerla y caminar con pereza y bostezar

—Shikadai ni parece preocupado — Comentó Inojin con un suspiro de alivio negando mirando a chouchou — descansa chouchou nos vemos mañana — Miró hacia la dirección donde se había ido su abuelo y lo estaba esperando corrió hacia el con un pequeño sonrojo notorio por su pálida piel, tomando la mano del mayor sorprendiéndole así al mayor decidiendo irse de una vez con el tomados de la mano

— Descansen muchachos — dijo al final la niña de aquellos orbes miel con sueño y hambre, quería cenar, ella bostezo un poco — ¿abuelito antes de ir a casa podríamos ir a cenar unos dango?

Pasó la noche, Shikadai se encontraba en el cuarto de invitados de la casa principal, para él estaba sorprendido por los pocos cambios de la casa de su abuela, realmente parecía cómo el la recordaba, pero podía sentir un toque más feliz ¿sería por su abuelo? El niño miraba el techo se pregunta qué hora será, pero sorpresivo al escuchar una alarma sonar y escuchar una voz muy familiar quejarse del despertador, él niño se ocultó en las cobijas nervioso escuchando pasos perezosos caminar por el pasillo al detenerse la alarma abriendo su puerta, era Shikaku, miró al niño ocultarse, se tomó la nuca el mayor se acercó y picó donde creía que estaba su pancita del menor, cosa que para la fortuna de Shikadai le pareció gracioso por la cosquillas que le estaba provocando al sentir tantos piquetes en su pansa, delatando que estaba despierto por sus risas, se destapó un poco para que su sorpresa recibiera un beso del mayor por la frente

— Anda ve a bañarte y desayuna con nosotros, sé que Yoshino querrá verte, Shikamaru sigue durmiendo no despertará hasta más tarde,

El niño asintió se sentía tan cómodo con el mayor, su abuela no había problema en que la viera, pero ver a su abuelo podía sentir esa felicidad en el corazón que tanto hablaba su amigo Boruto, él se tocó la frente en cuanto salió el mayor, estaba feliz, era un buen inicio de día, el menor quitó esas cobijas que lo cubrían dejándolas aún lado, tomando una toalla para irse a bañar, el presentía que sería una mañana esplendida, tan hogareño quizá sentiría como si estuviera de vacaciones y sus padres lo mandaran a vivir con sus abuelos un tiempo... esperaba que sus amigos igual la pasaran tan bien como él.

Mientras en otra casa, en cierta florería, en una parte de la casa estaba acostado Inojin, y por petición de Inojin a lado de él, se encontraba aquel hombre mayor de ojos verdes quien en ese momento estaba durmiendo a su lado, extendiendo su brazo para que fuera ocupado como almohada por el rubio de ojos azules, quien yacía dormido incluso podría decir que estaba cómodo acurrucado con su abuelo, hasta que interrumpieron su sueño, aquella señora de melena café y orbes café era la mamá de Ino, El hombre mayor abrió los ojos lentamente, mirando a su esposa tallándose el ojo, ¿era una bolsa de mandado vacía? Y lo que tenía en la mano sería una ¿lista? Qué día tan algetreado tendría el rubio.