Viernes.

337 38 0
                                    


Viernes, viernes…. El día favorito de varias personas, claro estaba. Empezaba el fin de semana, los estudiantes corrían felices por su libertad momentánea, libre de todas las responsabilidades escolares.

Los viernes, un día agradable para trabajar la florería, claro estaba.

Se esperaba que este fuera el mejor día de ventas, sin embargo, era algo más parecido a los martes… días tranquilos como aquellos eran los favoritos de Cass para poder trabajar en la florería. La tranquilidad es su mejor amiga, después de todo.

Claro, que esa tranquilidad era relativa. Pues pocas horas después de abrir, una algo enferma Steph llegaba a visitarla.

Nada fuera de lo normal. Steph era realmente única. Con una chispa que hacia a la pelinegra sonreír y poder salir de su zona de confort. Varias cosas no hubieran pasado de no ser por que la rubia animó a la tímida joven, como su amistad con la prometida del mayor de los Wayne.

—No puedo creer que Tim conociera a aquel que por fin lo hiciera admitir que también le gustan los chicos— Aunque mormada, su ánimo se podía escuchar en su ronca voz.

—No creo que sea buena idea que sigas hablando, Steph. Deberías ir a casa a descansar.

Ante aquellas palabras, Cassandra recibió la mayor mirada de perrito triste que Stephanie podría manejar. ¿Por qué siempre que hablaba con ella, parecía que hablaba con un infante?
Claro, no es que le molestara.  Realmente apreciaba los momentos que pasaba con ella. Una sonrisa se dibujo en sus bellas facciones, no pudo evitar abrazarla.

—Cass. — La rubia alargaba de manera cómica la a. Aquello hizo reír a la pelinegra.
Estaba realmente agradecida de poder trabajar y ser parte de la familia Wayne. La habían aceptado a pesar de ser una persona de pocas palabras, un “arma andante”, quien creía que no podía ser digna de amor.

Quien creía que no merecía ser amada.

Y es que, claro que todos aquellos que vivian en la mansión la recibieron con los brazos abiertos. ¿Qué más podía pedir? Desde las maravillosas sonrisas de Dick, las sesiones de ballet en la sala de la mansión con Jason por la mañana, ver como Alfred cocinaba mientras se quejaba del amo Bruce por ser una persona tan necia como para aceptar sus sentimientos por el reportero del Daily Planet.
Claro, como olvidar a Duke y a Steph, sus mejores amigos.

La vida era buena.

Pero claro, volviendo a la actualidad.
El aroma de las flores era la parte favorita de Cass, mientras despedía a Stephanie en la puerta. Algunas personas entraban después de eso. La sonrisa en la cara de la joven era perenne.

Claro que los viernes  son un buen día.

The FloWaynesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora