Él sabía que no existía un villano tan fuerte como lo era Vlad Plasmius, y además era el único con quién compartía su misma suerte, ambos mitad humano-mitad fantasma, solo que él le llevaba como veinte años de experiencia, ¿contra eso quien puede ganar? El fantasma le superaba en todas las formas posibles.
Aquella pregunta rondó su mente ese día, estaba con sus amigos en la Hamburguesa Apestosa, sentados como suelen estarlo después de un largo día de luchar contra fantasmas y la escuela, la externó e voz alta y sus amigos le miraron con simpatía.
―Nadie...―se dijo así mismo―o al menos, no yo.
―Vamos Danny, no digas eso―le dijo su amiga gótica poniendo una mano sobre su hombro
―Tú puedes derrotarlo―animó el moreno con entusiasmo
―Es mucho más fuerte que yo, tiene años de experiencia que los respaldan ¿y yo? Bueno, solo unos cuantos meses―entrecerró los ojos, deprimido
―Bueno, nadie dijo que lo derrotarías hoy o mañana ¡lograrás hacerlo pronto! ―explicó la de ojos morados, le dolía verlo así
―Hazle caso a Sam, ella sabe de estas cosas―se encogió de hombros, de un momento a otro se sintió un mal tercio en esa situación
―Tal vez...
Más no pudo continuar con lo que iba a decir, ya que curiosamente, en ese momento, un fantasma arribó al lugar, pronto los gritos de los comensales inundaron el recinto, asustados por el repentino ataque,
―Genial―murmuró abatido
Se levantó con rapidez para ir en dirección del baño donde desde hace unos meses utilizaba para transformarse, ¿Quién podría estar en ese sitio durante un ataque fantasma? La respuesta era bastante obvia, sin más se colocó en posición mientras un par de aros blancos pasaban por su cuerpo desde el abdomen hasta salir por sus pies y su cabeza cada uno dejando ver al chico fantasma, sus ojos verdes mostraban una gran determinación, quería terminar con esto pronto para ir a su casa, y al pensarlo mejor se sonrió ligeramente, ya que ese fantasma bien podría ser parte de su entrenamiento improvisado para acabar con Vlad Plasmius.
Con eso en mente salió disparado atravesando la puerta al volverse intangible e invisible en un solo instante, al buscar al fantasma por todos lados no pudo encontrarlo hasta que un fuerte golpe lo lanzó lejos hacia delante rompiendo una mesa, se levantó de entre los escombros sobando con sutileza su cabeza, le dolió bastante el golpe, al mirar al frente se dio cuenta de que era uno de sus tantos enemigos, el Acechador, bien, ese sí que sería un reto y más porque apenas estaba logrando controlar los rayos de ectoenergía, un buen calentamiento, el otro comenzó con su aburrida parte de "soy el Acechador y bla, bla, bla", a Danny no le importaba e iluminando su mano con ectoenergía (de color verdoso) le lanzó un rayo directo en la cara, fue gracioso y por ello rió, le siguió varios metros fuera del local donde se reponía del sorpresivo ataque, sin embargo este le devolvió el ataque con una de las redes que su traje poseía.
Lo atrapó claro está, ya que no lo vio venir, una descarga eléctrica proveniente del traje le llegó provocándole un pequeño gruñido, ya se estaba acostumbrando a ello, sin más utilizando sus habilidades fantasmales logró romper la red y al salir de ella le lanzó de nueva cuenta ataques seguidos de ectoenergía que lo dejaron el en piso medio consciente, la chica gótica apareció de la nada para lanzarle el termo Fenton y con eso pudo atrapar al fantasma, en sus labios se dibujó una sonrisa victoriosa sobre su enemigo, sin embargo nunca se le paso por la cabeza el saber cómo había regresado tan rápido, ya que después de todo, semanas atrás lo había atrapado y lanzado a la Zona Fantasma pero como siempre era bastante despistado.
Los días transcurrieron igual que siempre, ese día el rubio quarterback del equipo de fútbol americano no le molestó, sin embargo, le dio una carta de forma ilícita, con suerte nadie lo notó y no fue molestado tampoco por sus amigos, la carta decía:
"Hola Danny, bueno, desde hace mucho tiempo quiero decirte algo, no es nada malo ni cosas así, espero puedas venir después de clases, estaré detrás de la cafetería...
Dash."
Extrañado por la peculiar e inesperada nota, las clases trasncurrieron con normalidad, excepto que no recibió burlas de su parte en ese tiempo, solo silencio y miradas que captaba por el rabillo del ojo. Fue al lugar citado en la carta tras el término de las clases, solo para toparse con un nervioso rubio, este se le acercó, haciendo que se pusiera a la defensiva, éste empezó a tartamudear cosas inentendibles para el de cabello negro por lo cual no entendía mucho, solo dos palabras fueron dichas con la suficiente coherencia como para entenderlas.
― ¿Qué dijiste?―exclamó abriendo los ojos con sorpresa, no creyendo haber escuchado correctamente
―Me gustas―volvió a repetir el rubio algo apenado
―Dash, si esto es una broma, es bastante mala―se obligó a reír sin sentirlo, incluso con un ligero tic en el ojo derecho
― ¡Es enserio! ¡No bromearía con algo así!―dijo entre decepcionado y ofendido el mariscal
― ¡Estás loco! No soy gay―algo de eso no era del todo verdad ya que tenía ciertas inclinaciones hacia los varones pero de todas formas el rubio no era de su agrado―ni mucho menos podrías gustarme, me has tratado con la punta del pie desde tercer grado.
―No sabía como acercarme...―confesó, intentando acercársele, el otro se alejó―te estoy diciendo la verdad.
―No comparto esos sentimientos...―mencionó un poco más calmado
―Dame una oportunidad―en su voz había una suplica que sus ojos denotaban
―Lo siento Dash, pero no puedo―se giró dándole la espalda, ahora comprendía las palabras que alguna vez le dijo su hermana―no le diré a nadie de todas formas...
Sin decir más se retiró del lugar caminando sin mirar atrás, estaba pensativo en lo que el quarterback le dijo y en las palabras que su hermana había dicho tiempo atrás, cuando molestaba a Sam cuando eran niños "cuando un chico molesta a una chica es porque le gusta" y con esas palabras dejó de molestarla pues solo lo hacía para fastidiar, no sentía un apego de ese tipo con ella.
Su ceño se frunció y negó con la cabeza, era estúpido, especialmente porque Dash siempre estaba molestándole de una manera que bien podría ser cruel, posiblemente se trataba de una especie de broma que el matón quería hacerle y claramente no había esperado esa respuesta de su parte, o quizá realmente le gustaba y nunca encontró la forma de acercarse a él porque técnicamente, eran algo así como de "clases" diferentes, era tan cliché.
No, definitivamente no estaba interesado, ni tenía tiempo para perder con... con eso, debía volverse más fuerte para derrotar a Vlad y que dejara de joderlos a él y a su familia por algo que nunca iba a suceder entre su madre y él.
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Amo el VladxDanny, es la primera vez que escribo de esta pareja aunque tengo este fic desde el 2015 y no he podido terminar con ella, soy un fiasco pero bueh... espero les guste, sí es que alguien lee esto.

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Daños colaterales o cómo Vlad obtiene lo que quiere
Fiksyen PeminatEn un principio había querido adoptar al pequeño Fenton para enseñarlo a su imagen y semejanza, pero transcurridos algunos sucesos, terminó por enamorarse de él. -Soy un pedófilo-murmuró suspirando cansinamente Danny admira muy en el fondo el potenc...