"Falsa alarma"

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Llegamos a un café a pocas calles de la oficina, mi celular se ha quedado sin batería y aunque tenga el cargador de éste en el bolso no quiero estresarme más. Dejo el bolso en la hebilla de la mesa y Jake me mira a los ojos.
–Te sienta bien el embarazo–Sonrío.
–Así que ya sabes–Pongo lo ojos en blanco y el asiente mientras alza la mano para llamar a la mesera.
–Tú madre se lo dijo a la mía...y ya sabes cómo corren las noticias–La mesera se acerca y mira mucho más tiempo a Jake, él por su parte parece no notarlo mientras mira la carta–Bueno, ¿tú qué quieres? –Sus ojos se encuentran con los míos y abro mi menú.
–Am...un Roast beef por favor–La miro y ella parece boba mirando a Jake.
–Y yo lo mismo y dos coca&cola–Niego mientras el recoge su menú.
–Para mi un té o un licuado, a el bebé le dan muchos gases...–Tocó mi abdomen abultado y el asiente. Mientras la chica pone los ojos como platos.
–Dos Roast beef, una Coca&Cola y un licuado de...?–la chica parece salir de su trance y su mirada oscila entre Jack, la barriga y yo.
–Fresa–Ella asiente y se retira mientras se me escapa una risa.
–¿De que ríes? –Jack parece curioso y yo me acerco un poco a él.
–¡Te ha mirado! Deberías ir por su numero, es una chica guapa–El frunce el ceño y voltea.
–¿En serio? –Sonríe.
–Es increíble que no lo notaras, en serio que si–Juego con el salero y el ríe un poco más fuerte.
–No lo he notado, juro que no–Voltea a verme de nuevo y me sonríe cálido.
–Debes tener a muchas chicas a tus pies–Rio después de un tiempo.
–Ninguna que me interese–Su mirada se hace más profunda pero trato de mantenerlo en una zona neutral...no miento, me intriga Jake, pero amo mi vida de casada.
Cuando terminamos con el postre y de hablar de todo lo que ha hecho en México se ofrece a llevarme a la casa y ya viendo la hora creo que Alan debe tener los pelos de punta, acepto.
Aparca en la gran rejilla, antes allá notaba fría e imponente ahora es como llegar a la puerta de la casa de la abuela, un ambiente cálido y sereno...
–Creo que debería saludar a tu esposo, debe estar preocupado–Niego.
–No, no son horas y no creo que haya llegado, tiene suficiente trabajo–Como para atender a su ex–puedes venir a cenar mañana, Alan estará encantado–Que de note la pizca de ironía que tiene mi voz. Así como estuve yo encantada de ver a Kimberly está mañana.
–Vale, vendré a cenar. Salúdalo de mi parte–Le doy un beso en la mejilla.
–Gracias por la hermosa tarde y por traerme–Abro la puerta y salgo apurada a la rejilla.
Dígito el código en la pantalla y está se abre y se cierra detrás de mi y veo cómo el automóvil de mi mejor amigo se pierde en la niebla fría.
Abro la puerta y cuando estoy a punto de cerrarla oigo como los zapatos de traje se acercan.
–¿En donde andabas, Hart? –Su tomo de voz y que dijera mi apellido de soltera me hacen caer en cuenta de que mi hogar no es un ambiente cálido y sereno...sino una tercera guerra mundial.
–¿Ya no soy Ross? –Pregunto sarcástica y él me mira a los ojos pero no habla–Iré entonces mañana a la notaria a cambiar mi apellido, no tengo porque estar usando algo que no es mío–Sus ojos arden.
–Mañana no vas a ningún lado–Se acerca y yo me alejo cambiando a las escaleras.
–Lastima que no seas más que mi Roomie
Él me alcanza y me toma de la mano.
–Se que estas furiosa, sé que te he hecho pasar un mal rato, pero créeme que no fue mi intención–Lo observo detenidamente.
–Primero que todo suéltame–Pone los ojos en blanco pero lo hace–Y segundo no quiero discutir este tema aquí, estoy cansada, tú igual, Sabine y el señor Nell deben estarlo y obviamente el bebé igual. Así que mañana en la mañana lo discutiremos antes que vayas al trabajo y así podré irme temprano a hacer lo mismo–subo las escaleras y una pregunta me hace detener en seco.
–¿Quien era el de la Prado negra? –Sigo subiendo tratando de omitir la pregunta y cuando oigo que la volverá a repetir volteo.
–Jake, volvió de México y pasó a saludar–llego a la habitación y paso al baño, la puerta me avisa que está en la misma habitación. Oigo que se mueve y dura varios minutos en el mismo movimiento. Mientras tanto yo me quito la ropa y solo quedó en bragas y sostén.
–Que oportuno tu amigo–Pasa a mi lado, ya en su pantalón de pijama, toma un cepillo de dientes y hace lo propio. Lo sigo.
Cuando acabamos me mira de arriba a abajo peor no me inmutó y sigo quitándome la coleta. Dejo la liga en el muro y camino fuera del baño.
La barriga se me hace más notable y gracias a una almohada que encargué por Internet me siento muy cómoda.
Apaga todas las luces y se acuesta a mi lado.
Tiempo después habla:
–No me gusta que salgas tan tarde...–Pongo los ojos en blanco, no me verá hacerlo. Pero lo estoy mirando a él, su lindo perfil alumbrado por la luz de la luna.
–No lo hago siempre, aparte...uno a l año no hace daño–Él sonríe, pero luego
Su semblante se pone serio.
–Ambos sabemos lo qué pasó antes no quiero que repitamos ese sufriendo, Lucy–Suspiro, ahora irónicamente.
–Entonces no dejes entrar a nuestra familia la causante de todo–Susurro–Porque ésta vez no soy solo yo. También está mi hijo–Cierra los ojos.
–Deja de decir "mi hijo", es nuestro, nuestro hijo– Se levanta de la cama y camina al baño.
–Entonces demuéstrame que es así–murmuro. Un sonido casi audible ; con un nudo en la garganta pero lo trago y evito llorar.  Hasta que me quedo dormida.

Me levanto y oigo la llave de la ducha. Se cierra y a los segundos veo a mi hombre salir por la puerta, tiene gotas en tu pecho y la toalla cuelga peligrosamente en su cadera; río un poco, pasan varios minutos en donde lo oigo abrir y cerrar el armario y abro más los ojos para encontrármelo vestido y mirándome.
–Te espero en el estudio–Avisa y sin más sale dela habitación.
–Buenos días para ti también, cariño–Suspirando me levanto de la caliente cama y me arreglo. Bajo las escaleras y paso primero por la cocina.
–Buenos días, Lucy. –Saluda Sabine y le doy un abrazo.
–Buenos días, ¿puedo robarte un poco de fruta? –ella sonríe y me tiende una taza con fruta picada.
–Que la disfrutes–De la un beso en la mejilla y meto el tenedor sacando varios trozos de piña, salgo riendo.
–No creo...–Guando llegó al estudio abro y lo encuentro de pie con una taza en la mano.
–¿Quieres? –Pregunto extendiéndole mi taza de piña y melón y el asiente. Ama la piña.
–A ver...
–No, siéntate que hablaré yo –Él obedece sin rechistar–A ver...sabemos qué pasó, sabemos que fue porque le fallaste a un amigo, sabemos quién estuvo en todo esto...así que: imagina que por culpa de una situación que tuve con un hombre, te hubieran violado y maltratado, hubieras adquirido un trauma que tardó en superarse bastantes años y ahora ese hombre volviera tranquilamente a mi vida y yo se lo permitiera–Se calla, sabe que tengo razón–Bueno pues no es fácil y si digo no la quiero en mi vida, no la tendré aquí, por encima de quién sea, incluso tuyo. –oigo que traga fuertemente su café, pero no dice nada–Ahora, deja de prohibidme cosas, si me amaste libre ¿por qué no puedes hacerlo ahora?, no tengo un mal trabajo ni nada de qué preocuparse , estoy bien. –Me callo y es su turno.
–Vale, Kimberly no estará en nuestra boda, ni en nuestra familia, ni en nuestra casa, ¿si entiendes eso? Nuestro. Nada es tuyo, nada es mío, todo es nuestro. No me excluyas Lucy–Dice él levantándose de la silla y acercándose.
–¿Lo dice el que me saludó con mi apellido de soltera? –pone los ojos en blanco.
–Estuvo mal y lo siento, de verdad lo siento. Pero no me gustó verte llegar en una Prado y que su piloto fuera Jake–Se arrodilla ante mi.
–Se que han pasado cosas con él, pero no tienes de qué preocuparte. Él es mi amigo, mi mejor amigo y lo sabes–Alan asiente.
–Discúlpame por todo. –Lo abrazo.
–Discúlpame tú a mí–Alan besa mi frente y mi barriga.
–Discúlpame también, bebé–Rio y el hace lo mismo. Olviden lo que dije de la tercera guerra mundial, era una falsa alarma.

Holaaaaaaaaa.
¿Nos extrañaron?  ¡Sé que si!
Me encanta como se está desarrollando todo y espero que a ustedes igual, escribo con mucho amor para mis lectores y espero buenos comentarios, aunqueeee las criticas constructivas también son buenas. Disculpen la demora pero he estado ocupada con mi cumpleaños (el domingo) y todo es una locura.
Gracias por leerme y por darle estrellita, gracias a todos los que comentan o me escriben por el buzón.
¡Un saludo a México!  Por ahí muchas me decían que las agregara en una historia.
Con amor.
Kelly.

Picante sabor de adoraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora