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Capítulo seis.
¡Presentando la novia de Katsuki Bakugou!






—¡Argh, maldita sea! –Se escuchó la queja del joven Bakugou a la vez que pateaba una lata de soda que se encontraba en su habitación, refunfuñando y maldiciendo a cada segundo.

Hace tan solo unos minutos, su madre le había metido en una situación de la cual no sabía cómo lidiar, tenía que presentarle a su novia, el problema era... ¡Que no tenía ninguna novia! Pero su madre en verdad que era una terca y no cambiaría de opinión hasta ver a la supuesta novia de su hijo.

Por otro lado, Izuku, quien ya había recibido sus besos por el regreso de Katsuki, miraba como éste se movía de un lado a otro, pateando las cosas que se le cruzasen en el camino, los muebles o simplemente la nada. Después de unos minutos, el felino se bajó de la pequeña cama que le pertenecía y se le acercó cautelosamente al chico que se encontraba refunfuñando. Alzó una de sus patas y tocó su pierna.

—¿Qué quieres estúpido animal? –El rubio volteó hacia atrás, donde se encontraba el gato, éste alzó la cabeza y agitó su pata en señal de que quería hablar. Katsuki rodó los ojos y se inclinó para darle unas palmadas en la cabeza, nada suave precisamente.

—Katsuki, ¿Qué es lo que está pasando? –Habló una vez que se le fue concedido, la curiosidad lo estaba matando y no lograba entender absolutamente nada de lo que estaba sucediendo.

—En verdad que eres un gato idiota. –El más alto caminó y se sentó sobre su cama, soltando un suspiro pesado, intentando mantener la calma. —Una estúpida niña nos vio cuando te besé y lo dijo en todo el colegio, ahora todos creen que tengo una novia ¡Inclusive la tonta de mi madre! –Se molestó mucho más cuando lo recordó, en verdad que ese había sido un día terrible.

—Y... ¿Qué es una novia? –Preguntó con timidez el gato, enseguida recibió una mirada molesta por parte de Bakugou, lo que le hizo sobresaltar ¿Tan mal estaba preguntar al respecto?

—Una novia es una persona con la que estás de manera amorosa, dándose estúpidos abrazos, besos o cualquier otra muestra de afecto empalagosa. –Explicó como si se tratara de la cosa más horrible de todas, pero aquello sólo le hizo sentir mayor interés al gato.

—Entonces... ¿Eso quiere decir que yo soy tu novia? –Nuevamente preguntó, esta vez con más curiosidad. Al escuchar aquello la mirada del otro se molestó mucho más, el animal se vio obligado a tener que retroceder.

—¿¡Cómo se te ocurre preguntar algo tan absurdo!? ¡Por supuesto que tú y yo no somos nada! ¡Mucho menos pareja! –Gritó furioso.

—Pero tú y yo nos bes-

—¡Eso no tiene nada que ver! Eso es por tú jodida culpa. –Gruñó furioso, el hablar con el gato sólo le enfadaba más, con aquello le hizo entender que mejor dejase sus preguntas para otra ocasión.

El mayor se levantó de su lugar y volvió a recorrer la habitación, lanzando insultos al azar, como inicialmente lo había hecho.

—¿Qué es lo que haré? –Mordió su labio preocupado respecto al tema de su madre, no había alguna chica a la cual presentarle, no había manera de pedir ayuda a alguna de su clase y que fingiese salir con él, todas las chicas le temían y se negarían de inmediato, además de que todas eran unas estúpidas que dirían algo como que eso estaba mal ya que seguramente su verdadera novia se disgustaría, por lo que, no tenía alguna forma de huir de aquello, la única opción era aceptar como hombre aquella amenaza que hizo su madre.

Enséñame a no estar solo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora