(11)Escala MeeQ

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Escala MeeQ 


─Sera mejor que quites tu... carcacha de mi camino o...

─O ¿Qué? ─inquirió alguien detrás de Lion, era Ana que estaba que echaba chispas de la rabia, Jason la sujetaba de una mano junto con Beth─. Te recuerdo Ariel que no hay lugares permanentes o preferenciales en el estacionamiento para los estudiantes.

─¡Tú no te metas! ─espetó sin mirarla, seguía descargando su fría mirada únicamente en Lion.

─Cierto Ana, deja que yo me encargue de esto ─le advirtió Lion, también si mirarla.

Ariel soltó una risita maliciosa.

─¿Qué tú te... encargaras? ─se burló, para luego soltar una carcajada socarrona. Hermes fue a su encuentro en cuanto los vio discutiendo. Algunos otros estudiantes se acercaban y comenzaban a cercarlos en un círculo armando revuelo.

Después de evadirlos, Hermes llegó por fin al lado de su primo:

─Ariel basta, esto no es necesario, comenzamos a llamar mucho la atención de todos y sabes que no podemos...

─Tu tampoco te metas o... olvidare quien eres ─lo interrumpió éste en voz baja y cruel─. ¡Acaso te pones de su parte! ─le recriminó señalando a Lion con un gesto de la cabeza. La tensión en el lugar aumentaba cada segundo. Lion seguía tratando de controlarse como había aprendido en sus continuos ejercicios. Había mucha gente y podría, esta vez, salir más de uno herido. Trató de repetirse esto como un mantra en su fuero interno.

Los dos seguían mirándose con el odio a flor de piel. Lion guardaba la calma tanto como le era posible.

─¿Entonces? ─reiteró Ariel imperiosamente─. ¿Lo quitaras tú o tendré que hacerlo yo?

─¡No te atrevas a tocar mi auto! ─soltó entre dientes Lion, con voz ácida por la ira que sentía, había captado la sutil amenaza implícita en sus palabras, estaba dispuesto a destrozar su auto ahí mismo, delante de todos esos testigos.

Éste no le contesto y se acercó lentamente al vehículo de Lion, sonriendo. Casi podía oírlo en su mente decir; Anda ven, detenme si puedes. No sabía qué hacer.

Ariel suspendió una mano sobre el coche y comenzó a bajarla. Rápidamente, lo más discreto que pudo para no delatar su velocidad superior ante las personas (estos murmuraban y atraían cada vez a más estudiantes) Lion le sujetó la mano en el aire, podía sentir la presión que ejercía Ariel al tratar de zafarla, una fuerza que habría demolido, no uno, sino diez camiones de carga juntos, pero aun así no lo logró. Esto hizo que la cara de su contrincante se desdibujara de rabia, con la otra mano trato de golpearlo; pero Lion, lenta y fuertemente, también le sujetó esta, cerrando su mano alrededor de su muñeca. Ambos comenzaban a temblar, más que por el esfuerzo, por la enorme cantidad de fuerza que estaban utilizando. A tal punto que Lion sintió como el suelo que pisaba, de puro concreto, comenzaba a hundirse lentamente, si se desquebrajaba no pasaría desapercibido para los curiosos, algo que le preocupó de inmediato. Sin embargo aún mantenía fácilmente sujetando a su oponente. Los espectadores habían comenzado a exaltarse por la emocionante situación, Ana había comenzado a gritarle cosas como: ¡Basta Lion, suéltalo... sepárense!... pero antes de que los demás siquiera comenzaran a hacer bullicio, Hermes se acercó a su primo para murmurarle algo muy cerca del oído:

─Tranquilízate... aquí hay demasiada gente ─Ariel no se inmutó ni se movió, parecía como si no lo hubiera escuchado siquiera─. Si no lo haces llamare a mi tío y... a mi padre.

Juego de Titanes (Rebelión y Sombras)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora