(7) Revelación

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7

Revelación


 ─Él es Artemio Grum ─presentó el maestro Ben, sin más, volviéndose a los recién llegados─, y él su hermano Demetrio ─siguió, señalando al otro, después de saludarlos brevemente.

Artemio le dio un gentil apretón de mano, y Lion sintió un extraño reconocimiento hacia él. Como si pertenecieran al mismo sitio, la sonrisa de Artemio se ensanchó. Demetrio también le dio la mano y Lion sintió lo mismo con él, como si los conociera de siempre. Aunque Demetrio solo le dedico una media sonrisa ligera y parecía más adusto que su hermano, o quizá se lo pareció porque vestía más informal que este: con jeans azul oscuros, chaqueta de cuero negra, cabello oscuro desordenado y un poco más rizado que el de su hermano, sin embargo, su ropa tenía el mismo tono costoso y de marca que el traje del otro. Tampoco parecía haber mucha diferencia de edad entre ellos, pues parecían contemporáneos, casi gemelos. Solo le dijo: ¡Hijo de Bacco!... como Lion no entendió su expresión, prefirió no contestarle nada. Tenían un extraño y tenue acento. Los dos imponían respeto de una forma soberbia.

─Es un placer Lion ─le dijo a su vez Artemio (su voz era potente y clara) y así parecía pues estaba extasiado, como si hubiera deseado verlo desde hacía mucho tiempo, como si fuera un gran amigo perdido─. ¡Vaya! ─añadió observándolo minuciosamente─. Eres la viva imagen de tu padre compañero.

Lion no puedo evitar sonreír de orgullo al escuchar eso. Artemio era alguien realmente agradable, pensó. A pesar de que no esperaba que fuera él quien, según el maestro Ben, le daría respuestas, se alegró de verlo.

─Sera mejor que nos apresuremos ─lo apremió su hermano, con voz imperiosa─. Debemos solucionar esto cuanto antes.

─Sí, claro ─coincidió Artemio repentinamente serio─. Ve por los muchachos y espéranos fuera ─Demetrio asintió y dejó de inmediato los vestidores cruzando la puerta con paso firme.

─Lion, sé que, en gran parte, estas confundido pero también sé qué otra parte ya la debes haber intuido y deducido por ti mismo pues conozco nuestra forma de pensar ─Lion lo miró con creciente desconcierto, pues ¿cómo lo sabía? Y ¿qué quiso decir con: nuestra manera de pensar?─. Pero te pido que esperes solo un poco más, ¿está bien? ─siguió Artemio, en tono benévolo─. Y te pido también que vengas conmigo por favor.

Lion no supo por qué ni cómo, pero se puso de pie decidido a ir con él. De alguna forma sabía que podía confiar en Artemio. Pero sin decir nada aun, iba a seguir con su plan de escuchar sin replicar.

─Ben, ya sabes que eres bienvenido si quieres venir con nosotros.

─No hace falta, los alcanzaré luego, debo arreglar el pequeño asunto del medidor de fuerza ─se disculpó el maestro, señalando hacia la derecha de la instancia.

Lion sintió una punzada de culpabilidad y vergüenza. Pero el terror que sentía hacía solo unos minutos no volvió a aflorar, lo mantendría a raya hasta entender todo. Casi estuvo a punto de pedirle a su maestro que fuera con él, pues era la única persona que había conocido que conocía también a su padre y podía hablarle de él, pero antes de replicar, él pareció entender.

─Escucha, Artemio conocía también a tu padre ─comentó colocándole una mano en el hombro─. Quizá hasta lo entendía mejor que yo, así que tranquilo, como te dije, él aclarará todas tus dudas ─dicho eso, Lion se tranquilizó, pues aunque le habría gustado que fuera alguien conocido, la verdad era que Artemio parecía muy amable y le inspiraba mucha confianza por un motivo que todavía no alcanzaba a comprender.

Juego de Titanes (Rebelión y Sombras)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora